Casi siempre me acuesto con el comentario escrito. Incluso es habitual que llegue al jueves con dos días de reposo que dan para quitar y poner. Hoy el post terminó en duermevela y sin demasiadas ideas de hacia dónde tirar. Total, que me levanto y tecleo. ¿Con qué onomatopeya se representa este sonido? Tecleo como en esos cierres de periódicos para los que nos programaron con una excitación agonizante. ¿Cómo describiría Leila Guerriero esta escena? La cito porque estoy leyendo sus Frutos extraños. Página 272. (Yo también quería mi minuto de gloria en el pique Gistau-Mora.) ¿Los periodistas también se abrazan? Quizá en el centro del círculo esté René Lavand, con sus trucos de magia sin mano derecha. Es improbable que alguna de las chicas tenga lazos de sangre con Buscarita, unas de las Abuelas de Plaza de Mayo. Facundo Cabral diría algo de los jeans al glúteo bajo la música de Los Reynols. En sus mochilas podrían llevar algún artículo despachado por Ale, el amigo chino de esta periodista argentina. Si no han entendido este post, ella les abrazará con sus crónicas.