Publicidadspot_img
-Publicidad-spot_img
Mientras tantoUn quítame allá esas comas

Un quítame allá esas comas


 

Leo en El País del jueves 8 de agosto una crónica sobre el asesinato con recochineo de un ambientalista español residente en Brasil: tiroteado y arrojado después a la cascada que luchaba por proteger. Es un crónica desaliñada, con muchos errores, algunos endémicos en el español escrito. Lo endémico: comas que sobran y que si no cambian el sentido es porque ya leemos los textos descontando el error.

 

“El biólogo español, Gonzalo Alonso Hernández, de 48 años…”. Sobra la primera coma (no es el único biólogo español, espero).

 

“…el asesinato de la monja norteamericana, Dorothy Stang”. Aquí también sobra la coma, por la misma razón.

 

“…nunca tuvo más enemigos, que aquellos a los que denunciaba”. Aquí la coma corta la frase sin razón ni perdón posible.

 

Y luego hay errores de otro tipo: “…en el Consulado de Río, que están en contacto con la policía”. ¿El Consulado están?

 

“Vieron sobrevolar sobre la casa un helicóptero en vuelo raso”. O sobrevolar la casa o volar sobre la casa, elija usted. Y el vuelo será rasante o no será.

 

Todos estos errores se subsanan con una buena labor de edición; los corresponsales que llevan mucho tiempo inmersos en otro idioma los cometen a menudo. Dos días después, veo que ese mismo habla de “la presencia ostensiva de los cazadores de animales protegidos”. Me puedo imaginar por dónde va la cosa “ostensiva”, pero ¿no es justo aspirar a algo más de calidad?

Más del autor

-publicidad-spot_img