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Mientras tantoDe mi Diario: Semana 35 / 2013

De mi Diario: Semana 35 / 2013


 

Weiß/Colonia, 25.8.

En la etapa de hoy de la Vuelta a España, uno de los dos comentaristas del canal EuroSport perdió una excelente ocasión de meterse la lengua en salvasealaparte. Hablando de Bayona, el puerto gallego meta de la etapa, se lució diciendo que sus habitantes fueron los primeros europeos en enterarse de la existencia de América, porque allí fue donde arribó la Pinta el 1 de marzo de 1493, comandada por Martín Alonso Pinzón, «un marino originario de por aquí». Joder, ahora resulta que el Palos de la Frontera que yo he visto durante mi niñez y adolescencia, desde la azotea de mi casa natal, en Huelva, era una fatamorgana, un espejismo, ay, resulta que Palos se encuentra en Galicia¿Cómo era aquel tuit mío de hace unos meses?«Sé que no se lo van a creer, pero he conocido al menos a dos reporteros deportivos que sabían leer y escribir».

 

Pensándolo bien, más tarde, acerca de la ignorancia de ese reportero de la Vuelta, llego a la conclusión  de que hay cosas peores, y una de ellas es el dolo, el engaño premeditado, lo que yo llamo “la pequeña historia universal de la infamia”. En el festival de cine iberoamericano de Huelva, en 1991, organizaron una visita a los trabajos de la Expo en Sevilla, para todos los invitados que quisieran ir. Yo no quise, aún hay clases. Pero Diny, que no es clasista, sí fue, y allá les mostraron todo lo que había, por ejemplo las tres carabelas ancladas en el Guadalquivir, y el cicerone les contó que estaban allí porque era de allí de donde Colón había partido en su viaje descubridor. A lo que Diny le replicó que no, que habían partido del estero de Domingo Rubio en el puerto de Palos. ¿Se desdijo el cicerone, dio marcha atrás? Todo lo contrario, le “explicó” a Diny que eso había sido en el segundo viaje. O sea, que los hijueputas (no sé calificarlos de otro modo) que cranearon las visitas guiadas por el recinto, habían tomado en cuenta la posibilidad de que hubiera visitantes que replicaran lo mismo que Diny, e instruido a los cicerones acerca de la respuesta que tenían que dar en tales casos. Teniendo en cuenta los parámetros de cultura básica que imperan hoy en España, a) no me asombra que ninguno de los cicerones se negara a la farsa… pues posiblemente ni siquiera sabían que mentían, manejados por un control remoto; y b) por otra parte más bien creo que la réplica hubiera venido de extranjeros como Diny, pero en fin, siempre es bueno saber los bueyes con los que se ara en la vieja Hispalis. Hay otra, pero a “esa” Sevilla, siempre, siempre la he despreciado. Uggggggg

 

Weiß/Colonia, 26.8.

En el italiano de Karstadt, con Julio y Carlitos. Sopa de pescado. Iban a venir, eventualmente, Cecilia y la niña Andreota, pero no apareció ninguna de las dos. Julio nos contó al pormenor su estadía en Chile, dando un curso en la Universidad Central, en Santiago, y que estuvo viendo en vivo a Quilapayún en Valparaíso. También comentó lo que suelen comentar todos los pobres hispanoparlantes que van a dar alguna vez con sus güesos en Chile: ese habla tan peculiar que padecen (el verbo es mío, no de Julio) y cuyas metástasis llegan hasta las conjugaciones. El Dios de Dante y su Comedia los condenará a un círculo especial del Infierno que deberán compartir con los güevones más güevones de la Torre de Babel. Por toda la eternidad, amén.

 

Bernardo, ese gran cocinero cronopio que ha sido profesor de Historia y leyó la entrada de mi diario sobre el reportero deportivo sabihondo, me escribe lo siguiente: «Una de las curiosidades de esta empresa de descubierta que acabó como acabó, descubriendo no una isla en medio de la nada, sino todo un continente entre Asia y Europa, fue que la Niña, con Colón a bordo, y la Pinta, con Martín Alonso Pinzón capitaneándola, llegaron al mismo tiempo a Palos, después de haberse separado por una tempestad en mitad del Atlántico y creer ambos marinos que la otra carabela se había hundido. Colón y la Niña llegaron a Lisboa mientras que Pinzón había arribado días antes a Bayona. Los habitantes de Bayona fueron, efectivamente, los primeros en conocer el regreso de los expedicionarios, pero no de la existencia de América, pues eso sólo sería una certeza bastantes años después». Qué prosa tan sencilla y tan limpia, qué gran periodista y qué buen profesor de Historia. Cheers, Berni!

 

Weiß/Colonia, 27.8.

En el horóscopo de Géminis, mi signo, el diario de hoy dice que «una de sus admirables cualidades [es decir, una de las mías] es que no se desentendería de alguien que estuviera en apuros aunque hablase con acento griego». Ay carajo, me dije, qué curiosa manera de definir el sentido de la responsabilidá. De todas maneras, eso me hizo recordar que hoy regresa Henri de Grecia, tengo entendido que con sus padres y sus hermanos. Yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

 

Como casi todos los martes al mediodía, La Modicana para los dos solos, Carlitos y yo. Y unos espaguettis frutti di mare como pa shuparse loj deo [sic].

 

Desde el domingo, con Susana, mi hermana porteña, tan querida, un quasi chateo vía email entre Colonia y Buenos Aires acerca de la nueva serie del DI Morse cuando joven:


Eyyya: «¡¡¡Huija rendija, pueh!!! Acá, tierra de indios patasucia, subdesarrollados despreciables, ya se empezó a transmitir por Film & Arts «El joven Morse». Un bombón. Vamos por la segunda emisión. Tomá».

Yyyo: «Sádica. Pero te quiero igual. Soy masoca».

Eyyya: «Sádica? No, era por envidia nomá. ¡Es que ustedes ya tienen la nueva serie de Lewis! Buuuaaaaa Snif snif Mañana lunes 10 pm brindaré con una lager tibia en tu nombre mientras pasan el siguiente episodio».

Yyyo: «Qué lo parió, mirá esto, Alemania todavía no está en la lista y ustedes ya tienen la serie ahí en el Tercer Mundo. Mierda, la vida es injusta. Pero te quiero, petiza».

Eyyya: «En tu lista no nos nombran. ¿No habrá sido pirateada, che? No me extrañaría nada. Y bueh  Si querés te la cuento. Beso, besote, tu hermanita (agrandada)».

Yyyo: «Seguro que alguien la pirateó tomándola del canal de TV de las Falkland».

Eyyya: «Son las 9.20 pm. A las 10 pm empieza!!! Ta–tan, ta–tan»

Yyyo: «No te avergüenza ver versiones pirateadas en las Falkland? ¡¡Vendepatria!! (Y hablando de tutti frutti, ¿me podés hacer una copia, che?)»

Eyyya: «Che, papuso, oí, se me acaba de ocurrir una idea genial. ¿Por qué no intentás entrar por Google en Films&Arts Argentina on line? Intentalo y después me contás. Y no me entretengas, carajo, que ya está por comenzar. ¡Lo que es la envidia, Señor! Igual te quiero, que le vachaché».

Yyyo: «Lo que me proponés, si te entiendo bien, me obligaría a ver la serie en pantalla, y aún hay clases, milady. Pero gracias por el dato».

Eyyya: «En cuanto a mi humilde propuesta de que accedas al joven Morse en la pantalla, no entiendo tu «aún hay clases». ¿Te parece que subestimarías la serie si la vieras en la PC? ¿Es eso? Porque yo no pienso así. Cuando me alquilo alguna peli la veo siempre en la PC, no tengo otro modo, y nunca menosprecié una peli por eso. De cualquier manera, la serie del joven Morse no está a la altura de Lewis. Se pasaron de rosca un poquito. Ya me dirás qué te parece cuando logres verla. Besotes congelados. (2° de mínima, mañana mejora). Your young sister».

Yyyo: «Susanita del alma, la única peli que he visto en la pantalla de la compu es La virgen de los sicarios, porque me la regalaron en un DVD que no se podía ver en la de la tele, y me juré que una y no más, santo Tomás, como decía nuestra abuela Remedios, tan bella y tan sabia. Un besardo y un badabrazo calurosos, pa descongelarte. Manolito».

Eyyya: «Si lo decía la abuela Remedios, violín en bolsa, hijo. Fue una idea pa’ que te sacaras el gusto».

Yyyo: «Lo sé, lo sé, Susi, y te lo hagradesco, pero si además me decís que es más el ruido que los Morses, pos mejor lo dejo pa cuando la pasen acá. No se me enfurruñe, reina».

 

Weiß/Colonia, 28.8.

1:20 am: Una observación curiosa acerca de la primera temporada de Wallander: en los dos o tres episodios donde la participación de Linda es menor, como el de esta noche, la acción se “arrastra”, nunca interesa ni subyuga tanto como cuando ella participa en primera línea de fuego. Esa Johanna Sällström era una Johanna de Arco.

 

Diny a lo del anestesista, en relación con su operación de cataratas el 9 del mes que viene.

 

Por la tarde, con Diny, a la exposición de Chiqui en la galería de Carmen. Fotos aéreas de gran formato y una belleza alucinante. Una de ellas me recuerda algo que escribí hace muchos años: «ese cementerio de gigantes que a vista de pájaro debe parecer una salina». Conocía todas las fotos por la página web de Chiqui, pero no es lo mismo verlas en estos formatos y “de córpore insepulto”. Dejan una impresión imborrable. Una impresión Chiqui.

 

Weiß/Colonia, 29.8.

Estuve lanzando rayos y centellas viendo la transmisión de la etapa de la Vuelta a España, que terminaba en Cáceres, y mis rayos y centellas eran contra los dos reporteros de la tele alemana: los muy cretinos hablaban todo el tiempo de «Caséres» y yo la primera vez me dije, bueno, que no se repita, pero conforme los ciclistas más se acercaban a la ciudad, más repetían «Caséres», y uno, además, le puso la guinda al pastel al hablar del puente de «Alcantára». ¡Pues coño, ya pa eso que hubiese dicho «Al Yazira», la progenitora que los dio a luz! Estos son los mismos idiotas que aprenden a pronunciar bien selvas inextricables de la fonética, como Blaszczykowski, pero que en materia de castellano, ¡como dizque estudiaron latín!, no necesitan ayuda de naides para pronunciar los nombres aborígenes de la península ibérica. Pendejos. Amén de analfabetos au rebours.

 

Vino Arzola a casa y diagnosticó que un virus habia desconfigurado el perfil de Diny en su compu, así es que afanó en desfazer el entuerto, pero entre unas y otras le dieron casi las diez de la noche acá. En las pausas mientras se activaban los pasos necesarios para resucitar a la finada, le hablé de la peli de Miranda July, Tú y yo y todos los demás, y le interesó mucho, él es otro de los cinéfilos empedernidos de mi entorno. Le pasé por email el enlace con la peli completa, con subtítulos en español, aunque él se maneja perfectamente con el inglés.

 

Weiß/Colonia, 30.8.

Antes de ir a la oficina postal a despachar correo quelonio, me puse a repasar mis anotaciones en el libro de Madariaga, Ingleses, franceses, españoles, que voy a enviarle a Bárbara, a Huelva, pa que le ayude a superar su choque cultural con la pérfida Albión. Y en la conclusión del libro veo que en su día subrayé esta frase: «Inglaterra, Francia y España son las tres puntas de Europa por las cuales su espíritu fluye, como un flúido [sic] eléctrico, hacia el Occidente». La idea no me parece ahora nada más que brillante, aunque al mismo tiempo evidente, sólo que ¿era evidente antes de que a don Salvador se le ocurriese formularla?

 

Diny viene a decirme que ha muerto Seamus Heaney, y añade: «¡Pero a los 74 años, muy joven, no es edad para morir!» Este es el momento exacto en que registro que Diny y yo (ambos ya de 74 años cumplidos) no tenemos una noción homologada de lo que es llegar a viejos. 

 

Leído al abrir un enlace a partir de un tuit, buscando material para The Twitter’s Digest: «Hacer sexo oral a alguien era pasivo porque se percibía como un acto sumiso. Por ejemplo, para castigar a alguien que había robado papás de un huerto, un romano podía obligar a la persona a hacerle sexo oral». Tengo entendido que matar al padre se llama “parricidio”, pero ¿cómo se llamará ese delito que es “robar papás”? Y no creo que se trate de una errata porque si hay algo que puede asegurarse a ciencia cierta es que los romanos no conocían la papa. ¡Por Dios!, como suele decir el maestro Mutis, en internet se encuentra uno cada superchería que tiembla el misterio.

 

Weiß/Colonia, 31.8.

Durante la siesta, reflexiono una vez más en lo que me dijo el dr. Ruppert cuando estuve en su consulta el jueves, para la extracción de sangre. Casi al despedirme le confesé que en realidad todos mis males se resumen en que deseo morir cuanto antes, a fin de no terminar siendo una carga para mi familia. Se puso muy serio y adujo que esa no era manera de formular, que lo que debería pensar y decirme es que deseo morir en plena posesión de mis facultades mentales y las físicas que se salven de la sevicia del tiempo. Le repliqué que, en el fondo, eso es lo que deseo. «Sí –me contestó–, en el fondo, pero no en la forma, y la forma en este caso es importante, es sicológicamente más importante de lo que usted cree. Piénselo, por favor». Y la verdad es que desde el jueves lo pienso a cada rato, y creo que tiene razón. Yo mismo, en “El canto XXV”, mi nouvelle de allá por 1960, pensaba así hace más de medio siglo. Busco la frase en el manuscrito: «Las formas deben guardarse porque –en realidad– son nuestra única defensa. En un mundo que se empeña en escudriñarlo todo, la firmeza en la defensa de las formas podía equivaler a una casi segura intangibilidad de los fondos».

 

Sorpresa. De repente suena el timbre de la puerta y es Henri quien sube la escalera precediendo a sus padres, vienen a devolvernos las maletas que nos piden prestadas siempre, cuando se van de vacaciones. Hoy tiene un día contreras el cabrón de Henri, no me deja abrazarlo ni besarlo, pero luego converso con él y pactamos que después de que duerma cuatro noches en su casa, el miércoles iré a buscarlo al Kindergarten y lo traeré a la nuestra. «Eso es amor, quien lo probó lo sabe».

 

Diny posee varias docenas de libros de cocina en neerlandés, alemán y español, y una de las cosas que más admiro de ella es su tesonería en poner por la práctica una y otra receta. Si se hubiese dedicado profesionalmente a la Física, la Química o la Biología, me da en la nariz que alguna vez terminaría siendo propuesta al Nobel correspondiente. Hoy le ha salido un riquísimo risoto con camarones y un poco de acelga picada, decorado con albahaca y regado con pulpa de tomate. De puro despiste se me olvidó descorchar una botella de Carménère para acompañar.

 

***********FIN***********

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