Entierro en Gaza de Paul Hansen
¿Quieres aprender fotografía? Entonces, del mismo modo, que antes de escribir, conviene leer decenas de novelas, ensayos, blogs y poemas, para realizar buenas tomas fotográficas, parece necesario observar muchas fotografías, acudir a numerosas pinacotecas de museos de todo el mundo y, por supuesto, haber experimentado con la luz, el diafragma, el obturador, la óptica y el ISO. Captar el momento. Perspectiva, profundidad de campo, retratos, enfoques, intuición, suerte, paciencia… contar historias desde el relato vivo y cargado de energía que puede proporcionarte una imagen, que puede esconder un tesoro periodístico en sí mismo. Son palabras de una nativa digital pero novata en este universo de píxeles que pueden conformar una buena toma (shoot).
Al inicio de este post, un pedacito de World Press Photo, el Pulitzer del fotoperiodismo en el mundo, con una imagen de la foto del año de este prestigioso certamen del año 2012, un entierro en Gaza en una foto tomada por el fotógrafo sueco Paul Hansen. Una imagen tan perfectamente tomada que recuerda a las imágenes de tres dimensiones: primer plano, unos niños fallecidos, en segundo, unos familiares dolidos, y en un último plano, un reguero de personas que parecen manifestarse con ira en una calle estrecha donde no se intuye el fin. Pero cuál es la historia de esta fotografía y en qué contexto se ubica concretamente. A continuación, se reproduce la nota aclaratoria que acompaña a la imagen.
Los cuerpos de los niños Suhaib Hijazi, de dos años de edad, y su hermano mayor, Muhammad, de casi cuatro años, son trasladados por sus tíos a la mezquita para un funeral en Gaza. Los niños murieron tras el ataque aéreo israelí, el 19 de noviembre, durante el cual su casa quedó destruida. Su padre, Fouad, también resultó muerto, mientras su madre y los otros cuatro hermanos quedaron gravemente heridos. El 14 de noviembre Israel había iniciado una ofensiva contra Gaza, gobernada por Hamás, en respuesta al continuo lanzamiento de misiles por parte de los grupos militantes palestinos. Durante los primeros días de la ofensiva, Israel atacó objetivos de importancia militar y estratégica, aunque posteriormente extendió su radio de ataque e incluyó zonas residenciales sospechosas de albergar a militantes de Hamás. En el momento en el que se produjo el alto el fuego, habían muerto más de 150 personas, de las cuales 103 eran civiles y, al menos, 30 eran niños.
Respecto a la técnica de la fotografía, esta obra de Hansen no ha estado exenta de polémica precisamente por su tratamiento que roza la perfección y que bien podría ser un cuadro hiper-realista, más allá de una foto. Esta imagen ha sido analizada por expertos con el fin de comprobar las posibles manipulaciones a las que haya podido ser sometida. En opinión de los expertos, esta fotografía ha sido retocada en cuanto al tono y el color pero, sin embargo, no ha padecido ningún tipo de manipulación en términos de composición, después de haber sido criticado por un blog de tecnología en el que consideraban que el fotógrafo habría realizado una mezcla de tres fotos en una sola. Hansen se defiende ante las acusaciones recibidas y añade que fue criticado a causa de su tratamiento de la luz en la imagen que le otorga gran espectacularidad. Como explica detalladamente la noticia del diario El País, la edición de una imagen es una práctica habitual en el fotoperiodismo, especialmente a la hora de enviarse a concursos fotográficos.
Los amantes del fotoperiodismo pueden asombrarse y, al mismo tiempo, emocionarse por su carga emocional, ante esta imagen que representa el funeral de dos niños inocentes en Gaza. Esta fotografía puede observarse en World Press Photo desde el día 13 de septiembre hasta el 13 de octubre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La entrada tiene un precio de 3 euros y la duración de la visita es de aproximadamente una hora. Merece la pena perderse entre las que podrían ser las mejores fotos del mundo.