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Mientras tantoUn ratillo con María Felices, actriz y 'librera residente'

Un ratillo con María Felices, actriz y ‘librera residente’


Calle Manuela Malasaña 23, librería Cervantes y compañía. Abro la puerta, y suena una campanilla. Entro y cierro. A mi izquierda el carrito de las recomendaciones, y a mi derecha, nada más entrar… la sección de teatro. En concreto, en la etiqueta se puede leer «Teatro contemporáneo», y encontramos a Tennessee Williams, Rodrigo García, Chejov, Lorca, Fernán Gómez, Wilde, Shakespeare, Lope de Vega. (No le pregunté por qué incluir a estos últimos en Teatro Contemporáneo, es una cuestión que me reservo para mi próxima visita.) Al momento aparece María Felices, actriz y «librera residente», como fue bautizada por una amiga suya tras la lectura en el local de unos relatos de la actriz Marta Fernández Muro. Esta librería está abierta a organizar actividades relacionadas con el teatro, ya que una de las socias, nuestra «librera residente», tiene a sus espaldas una larga trayectoria en la escena española. Nos sentamos al fondo, en las mesitas reservadas para el café y té, y comenzamos a hablar. 

 María Felices

 

¿Cómo surge esta nueva faceta en tu vida? 

Bueno, de repente encuentras un oficio tardío… En ocasiones puede ser que la falta de trabajo nos empuje, pero también creo que a veces nos empeñamos en hacer sólo una cosa, y no, somos capaces de abarcar mucho más, eso lo he descubierto yo a mis 40 añitos, -llevaba 20 años dedicándome a lo mismo y pagando las facturas como actriz-. En un momento de crisis, pero ya no digo crisis económica, sino crisis personal, te dices «es que no sé hacer otra cosa»…  ¡Mentira! Claro que sabes, somos muchos dentro de uno mismo, y yo he encontrado a esta María librera.

¿La «librera residente»? 

Sí, la «librera residente»…

 

¿Y si te convocaran a una prueba para algún proyecto importante como actriz? 

Lo haría mejor que antes. Acabo de rodar una película; han sido solamente dos sesiones pero muy placenteras, tras un casting que hice a final de verano cuando estaba ya inmersa en la librería. Normalmente vas a hacer un casting «atacao de los nervios», te va la vida en ello, vas tensionado, y yo tenía tal curro aquí que estaba sobrepasada. Me escapé corriendo a hacer la prueba, y volví a mi vida normal con los libros. Disfruté muchísimo la prueba, porque estaba tranquila. Cuando tienes menos contacto con las tablas o con la cámara durante una temporada, pues gozas mucho más… Conclusión: que me llamaron e hice la película.

 

Lo mejor para no ponerse nervioso antes de una prueba o una función es no tener tiempo para ello.  

El problema de los actores es que tenemos demasiado ocio. He aprendido a valorar mucho el tiempo libre que tenía antes. Ahora me faltan horas… El falso mito de las libreras: «tienes todo el tiempo del mundo para leer, ahí tranquila en la librería…» ¡Pues no! Ya me gustaría poder leer más. Al estar muy cerca de los libros te vas enterando de lo que llega y deseas leer tantas cosas y no tienes tiempo…

 

¿Y lees teatro? 

Sí y no… Pero no desde que estoy aquí, sino desde la época de formación, cuando leía mucho más teatro, evidentemente… El teatro tiene una función: ser representado. Creo que aparte del teatro hay tantas cosas por leer, y tan interesantes… Y hay gente que se dedica a viajar a París y a Londres, a husmear por las librerías de turno, a ver qué encuentra… Es verdad que eso es algo que se me ha despertado ahora, buscar textos de autores teatrales contemporáneos para acercarlos aquí. Quiero ampliar aún más la sección de teatro, me gustaría que la librería fuese un punto de encuentro de la profesión, porque parece que se ha perdido un poco eso, o nos encontramos en un bar de noche o no hay más… No tengo nada en contra de los bares, pero estaría bien tener un poco nuestro espacio… Yo abro las puertas de la librería a todos, para que hagamos cosas, quiero que sea un espacio vivo, y que no solo lea la «librera residente»… Y además, por cierto, hay un pequeño descuento a la gente de la profesión.

 

Anda, fenomenal. ¿y sigues yendo al teatro? 

Sí, intento escaparme e ir, pero es verdad que el tiempo es más limitado…

 

¿Darías un riñón por trabajar con quién? 

¡Por trabajar con nadie, daría yo un riñón! Simplemente trabajaría en un proyecto que me gustara, que me ilusionara, y con un director con fuste, como decía mi abuela. Con personas con fuste y fundamento.

 

¿Y con quién no trabajarías ni por dinero? 

Creo que en principio no me resisto a trabajar, a decir «no, con este nunca jamás». Luego igual trabajas con determinadas personas y piensas «nunca jamás»… Pero a priori no me cierro ante nadie.

 

¿Qué te parece la proliferación de aperturas de salas de teatro? 

Pues me parece estupendo, uno se tiene que buscar las habichuelas, el poderío y el arte… ¡Que nazcan espacios nuevos, diferentes! Aquí el año que viene también vamos a hacer teatro… ¿Por qué no puede ser un escenario una librería? Se han cocido cosas muy interesantes en las librerías a lo largo de la historia… El ciclo que hemos iniciado se llama Leyéndose a sí mism@, y hemos comenzado con Marta Fernández Muro por la amistad que me une a ella, y porque creo que es muy interesante hacer una lectura de sus relatos… Y hay alguna propuesta para más adelante… Me apetece que los autores sean de la profesión, para tener un encuentro entre ambos mundos, el de los libros y el del teatro, y así yo me leo también unos textos y me quito la espinita…

 

¿Y los libros de teatro?

Tenemos sección de Teoría Teatral y también de textos… pero es de lo que menos vende, se vende menos casi que fotografía o periodismo. Considero que es necesario, lo mismo que tengo religión o sociología, tengo que tener teatro, el teatro pasa por el libro… Por eso para este año nuevo me propongo tener una sección de teatro bien nutrida, donde aficionados y profesionales del medio tengan un lugar al que acudir.

 

Sección Teoría Teatral

¿De verdad se vende más de religión que de teatro?

Pues… (Pausa dramática). No sé qué te diga, eh… (Otra pausa.) Bueno, igual no… No, lo que pasa es que esos ensayos sobre la espiritualidad, mente, cuerpo, etc., sí que están demandados, mucho más que los libros de teoría de la religión… Pero de vez en cuando te vienen a preguntar así por… Ibsen, por ejemplo… De teoría teatral tengo los de la editorial Alba, que están muy bien, Stanislavski, Michael Chejov… Y algún otro que todos hemos consultado… Y de textos tengo los clásicos, y Shakespeare, pero también Rodrigo García, Angélica Lidell…

 

¿Me los enseñas?

Claro. La teoría teatral está aquí (señala al fondo de la tienda), y los textos están allí, a la entrada…     

 

Ah, ¡los he visto!

Ven, verás.

 

Y aquí se paró la grabadora, misteriosamente, justo cuando abrimos un libro…

nico guau

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