Las ramas de los árboles que no vemos se convierten en raíces al mirarse en el espejo. .ojepse le ne esrarim la secíar ne netreivnoc es somev on euq selobrá sol ed samar saL La realidad a veces se pone compleja; te cerca sin llegar a comprender su significado. Pero es sólo eso: un reflejo letra a letra. Ante la segunda frase, estarán los que ya habrán huido sobre el sillín sin tiempo para perrechadas. Con casco, pero quizá como pollos sin cabeza, lo que me recuerda a esta ilustración que un buen amigo adora. O estarán los que, tenaces en su perseverancia, se afanarán por desembrollar el sentido del juego y por eso siguen leyendo. Que las ramas sean a la vez raíces es una metáfora que me gusta. Un crecimiento paralelo y arraigado frente a las etiquetas mundanas. A veces los días se dividen en cardenales con hipertensión y quienes le replican con alusiones generalizadoras a la pederastia. ¿Para qué exponer argumentos ya no sesudos, sino coherentes? Cada cual elige con qué abonar su terruño. Pero hasta la hoja perenne caducará.
