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Mientras tantoTaller La Casa de la Música

Taller La Casa de la Música

La Tierra y otras escuelas   el blog de Jorge Raedó

Vídeo de «La Casa de la Música» grabado por Proxectoterra de Galicia, España, 2011.

(Nota preliminar: el artículo fue publicado el 24 de enero de 2014 y publicado por segunda vez el 5 de septiembre de 2022, recuperando las fotos perdidas durante el trasvase de información de la antigua plataforma de Fronterad a la actual, añadiendo fotos nuevas y retocando el texto.)

El taller «Musiikkitalo / La Casa de la Música» nació septiembre 2010. El programa cultural “Strada” de la TV pública finlandesa, YLE, pidió a la asociación Rakennetaan kaupunki! una colaboración para el especial que preparaban sobre el nuevo auditorio nacional que Helsinki estaba a punto de inaugurar, el conocido Musiikkitalo (Casa de la Música). Ideé un taller de una hora a partir de los experimentos que había hecho años atrás con grandes superficies de papel arrugado, roto, pegado y pintado para espectáculos de títeres y teatro visual.

Los niños construyen una casa con papel que previamente manipulan y pintan para adecuarlo a su función. El papel es un material casi bidimensional cuando está plano, pero cuando se arruga y dobla es tridimensional. El taller transcurre primero en el interior y concluye en el exterior. Las secuencias del taller:

0 / Llegan los niños al espacio del taller y ven grandes rollos de papel extendidos en el suelo, las pinturas de colores están preparadas al lado. Todos se sientan alrededor de las tiras de papel.

1/ Arrugan el papel para que se adapte mejor a las cuerdas y cree formas que cobijen, que construyan un interior. Lo arrugan al inicio del taller para “romper el hielo” y desinhibirse con la acción sorprendente e inhabitual de destrozar el papel nuevo.

2/ Reconstruyen y pegan las rollos de papel con cinta adhesiva de papel creando un gran lienzo único.

2/ Pintan con las manos (se han puesto guantes de látex) situándose sobre el lienzo, pisándolo. Pintan libres y con todo el cuerpo. La pintura es su individualidad, el lienzo los aúna en una composición coreográfica y pictórica. La acción física sigue la música que ponemos. Moverse es pensar. El gesto mancha y crea el mundo. El niño crece a golpe de insurrección y control de la técnica. Sin estos dos ingredientes no hay pirata que valga.

3/ Transportan entre todos el gran lienzo pintado al lugar exterior donde colgarlo (previamente preparado con cuerdas). En toda obra de arquitectura se transporta el material desde el punto donde se ha preparado al punto donde se va a construir.

4/ Construyen la casa en un espacio exterior. Da igual su forma, han creado un espacio interior donde estar juntos. La Casa de la Música es obra de todos.

5/ Habitan su Casa de la Música.

He realizado el taller decenas de veces, por ejemplo, en el colegio Costa i Llobera de Barcelona, el barrio de Torresoto de Jeréz de la Frontera, la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza con cinco colegios, el Proxectoterra y cuatro colegios de Galicia, en el festival Skidit Festarit de Helsinki, el colegio Käpylä de Helsinki, dos veces en el Museo de Arquitectura Leopoldo Rother de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá con dos colegios, la Universidad Nacional de Colombia en Manizales y dos colegios, la Universidad Tadeo de Cartagena de Indias y un colegio, el jardín de infancia de Mynämäki, el colegio Paraisopolis de São Paulo, Docomomo Ibérico y el colegio José Moreno Villa de Málaga, el Museo de la Casa Brasileira de São Paulo, el Museo de Arquitectura de Ecuador, Fundación Chukuwata  en Puerto Colombia, «Anidar: arquitectura y niñez» en el Centro Cultural San Martín de Buenos Aires…

Cada vez nos sale una casa diferente. Todas juntas forman la verdadera Casa de la Música.

Reportaje del programa «Strada» de YLE, sobre el taller «Casa de la Música» en el jardín de infancia Vironenniemen de Helsinki, Finlandia, en septiembre de 2010.

El taller transcurre primero en el interior y concluye en el exterior.

La primera parte sucede en el interior del centro escolar. Los niños encuentran desplegados en el suelo grandes rollos de papel blanco de embalar de un mínimo de 120 gramos. Lo cogen con las manos y lo arrugan haciendo pelotas con él, las pisan, saltan sobre ellas. Cuando el papel está muy arrugado los niños lo extienden aplanándolo sobre el suelo.

Escuela Infantil en Oleiros, España. (Foto de Ana Amado)

Barrio Torresoto de Jerez de la Frontera, España. (Foto de Jorge Raedó)

Colegio Käpylä en Helsinki, Finlandia. (Foto de Eeva Astala) 

Escuela de Ingeniería y Arquitectura de Zaragoza, España. (Foto de Sandra Montero)

Las grandes superficies de papel arrugado, tal vez algo rotas, son reparadas por los niños con cinta adhesiva de papel (también conocida como cinta de pintor), y unimos todas en un gran lienzo semejante a una sábana de papel. Los niños levantan el gran lienzo de papel y comprueban si el papel está bien pegado.

Escuela de Ingeniería y Arquitectura de Zaragoza, España. (Foto de Sandra Montero)

Escuela de Ingeniería y Arquitectura de Zaragoza, España. (Foto de Sandra Montero)

 

Fundación Chukuwata, Puerto Colombia, Colombia. (Foto de Jorge Raedó)

Procedemos a pintar el gran lienzo. Todos los niños se ponen guantes de plástico. Ponemos pintura témpera o acrílica en platos de papel. Todos los niños se ponen guantes de plástico, untan sus manos de pintura y pintan sobre el papel lo que les apetezca al son de la música que les pongamos. Yo suelo poner fragmentos de la ópera “Wir bauen eine stadt” de Paul Hindemith, jazz, local o la que considero oportuna para el momento emocional que percivo. Cuando el papel está muy pintado los niños se sacan los guantes, cogen un pincel y escriben su nombre con pintura negra. El cuadro ha quedado firmado.

Escuela Infantil en Oleiros,, España. (Foto de Ana Amado)

Jardín de infancia de Mynämäki, Finlandia. (Foto de Jorge Raedó)

Colegio Costa i Llobera en Barcelona, España. (Foto de Jorge Raedó)

Fundación Chukuwata, Puerto Colombia, Colombia. (Foto de Jorge Raedó)

Escuela Infantil en Oleiros, España. (Foto de Ana Amado)

Fiesta en el Parque Augusta de São Paulo, Brasil. (Foto de Irene Q.Pintos)

 

Fiesta en el Parque Augusta de São Paulo, Brasil. (Foto de Irene Q.Pintos)

Jardín de infancia Vironenniemen de Helsinki, Finlandia. (Foto de Jorge Raedó)

La segunda parte del taller consiste en el transporte del gran lienzo pintado al exterior, donde lo colgarán en unas cuerdas previamente atadas por nosotros entre árboles o postes. El transporte es un trabajo de equipo y sincronización.

Escuela de Ingeniería y Arquitectura de Zaragoza, España. (Foto de Sandra Montero)

Colegio en Arteixo, España. (Foto de Jorge Raedó)

Museo de Arquitectura Leopoldo Rother en Bogotá, Colombia (Foto de Jorge Raedó)

Barrio Torresoto de Jerez de la Frontera, España. (Foto de Jorge Raedó)

Fundación Chukuwata, Puerto Colombia, Colombia (Foto de Jorge Raedó)

Al llegar al lugar indicado colocamos el gran lienzo sobre las cuerdas y lo colgamos con pinzas, construyendo un techo donde habitar. El taller acaba con un juego o canción de los niños dentro de su Casa de la Música.

Colegio en Arteixo, España. (Foto de Jorge Raedó)

Universidad Nacional de Colombia en Manizales, Colombia. (Foto de Jorge Raedó) 

Barrio Torresoto de Jerez de la Frontera, España. (Foto de Jorge Raedó)

Colegio del Bienestar Social de Cartagena, Colombia. (Foto de Jorge Raedó)

Colegio en Lima, Perú. (Foto de Jorge Raedó)

Escuela Infantil en Oleiros, España. (Foto de Ana Amado)

Barrio Torresoto de Jerez de la Frontera, España. (Foto de Jorge Raedó)

Escuela de Ingeniería y Arquitectura de Zaragoza, España. (Foto de Sandra Montero)

Fiesta en el Parque Augusta de São Paulo, Brasil. (Foto de Irene Q.Pintos)

Institución Educativa Calederón 2, Quito, Ecuador. (Foto de Jorge Raedó)

Museo de Arquitectura Leopoldo Rother en Bogotá, Colombia. Solución especial con cúpula geodésica. (Foto de Jorge Raedó)

Escuela Infantil en Oleiros, España. (Foto de Ana Amado)

 

Fundación Chukuwata, Puerto Colombia, Colombia. (Foto de Jorge Raedó)

 

Nota: el taller no tiene copyright. Hágalo cuando quiera. Cuanto más se parezca al espíritu de la película “Zero en Conducta” de Jean Vigo, mejor estará.

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