Artículo escrito por Adrián Espallargas
La reunión que el G-8 tenía planeado celebrar este verano en Rusia ha sido cancelada. Los países con mayor peso mundial han decidido castigar así los pasos dados por Rusia en últimas semanas para anexionarse Crimea, pero no ha sido la única manera con la que occidente busca sancionar la actitud del gigante euroasiático. La Unión Europea y Estados Unidos han ido tomando progresivamente acciones contra Rusia con el fin frenar sus aspiraciones de anexionarse la estratégica península.
¿Qué sanciones han sido ya aprobadas?
Bajo el argumento de que el referéndum en Crimea no tenía ninguna legitimidad, Estados Unidos y la UE congelaron los activos y restringieron el movimiento en su territorio a varios miembros de la élite rusa y ucraniana.
La UE ha sancionado a un total 21 de autoridades rusas y crimeanas. La lista de Washington incluye 11 nombres. Entre otros se encuentra el depuesto presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich (refugiado en Rusia) y también el de varias autoridades políticas y empresariales de ambos países.
No parece que está primera batería de sanciones haya preocupado mucho a algunos de los afectados. Así lo expresaba en Twitter un diputado ruso que estaba incluido en la lista y que se reía de ellas en la red social:
Comrade @BarackObama, what should do those who have neither accounts nor property abroad? Or U didn’t think about it?)http://t.co/16KUTJPXOl — Dmitry Rogozin (@DRogozin) March 17, 2014
Sin embargo, seguro que a muchos de ellos no les hace mucha gracia estar en estos listados. Tanto las compañías europeas como las estadounidenses tienen prohibido hacer negocios con ellos y muchos tienen participaciones en bancos y empresas con presencia global.
De hecho, el Gobierno ruso teme que los inversores saquen cerca de 50.000 millones de euros (el rescate de la troika a Portugal fue de 78.000 millones, para entender la magnitud) fuera del país en los primeros tres meses del año por miedo a una escalada de las sanciones.
Posibles medidas en el futuro
Occidente ya ha avisado de que continuará con nuevas sanciones si Rusia sigue adelante con su idea de convertir Crimea en parte de su territorio.
En este sentido, Obama ha aprobado ya un iniciativa que permite sancionar algunos sectores de la economía rusa.
El presidente estadounidense baraja limitar a las relaciones comerciales con las fabricantes de armamento ruso y/o extender su lista a otros dirigentes muy próximos al Kremlin que también han desempeñado un papel relevante en el conflicto.
Obama quiere que los dirigentes europeos impongan duras sanciones al Gobierno de Putin, pero la UE tiene una mayor exposición a la economía de Rusia. Las sanciones contra Rusia no son, ni serán, tan duras como las establecidas con Irán. La razón es bien sencilla: la economía rusa extiende sus tentáculos por todo el mundo; la iraní, no.
La estrategia de la UE y de EEUU pasa primero por fortalecer lazos políticos y económicos con el Ejecutivo de Kiev. Dar cierta estabilidad a la parte oeste del país, de influencia más europea, y corresponder a los ucranianos que al derrocar a Yanukovich demandaban una mayor aproximación del país a la UE.
Asimismo, la batería de sanciones comunitaria podría ir encabezada con la suspensión de los acuerdos económicos con Rusia y la imposición de embargos en sectores de importancia capital como el energético.
La mitad de los ingresos de Rusia provienen del gas y del petróleo que envía a la UE, lo que hace al país vulnerable a posibles sanciones en este sector.
A su vez, el 25 % del gas que consumen los países comunitarios llega del gigante euroasiático. Si los envíos de gas ruso fueran limitados, Europa se vería comprometida ya que no tiene tiempo para estructurar una reserva estratégica. Asimismo, podría producirse una quiebra del sistema financiero ucraniano y aumentar el descontento en el frágil país.
Los Veintiocho también pueden suspender algunos de sus acuerdos económicos con Rusia.
Por ejemplo, Francia podría cancelar el envío de dos buques de asalto anfibibios Clase Mistral que ya tenía acordado con Rusia. Por su parte, Reino Unido puede poner restricciones a los oligarcas rusos que gastan millones de libras anualmente en el país o que reciben visados de residencia por invertir en bonos del estado.
No obstante, Estas sanciones son un arma de doble filo. Sí, dañan la economía rusa pero también la de los miembros de la Unión y la de EEUU. Estas medidas también afectarían a gigantes ccomo Chevron, Exxon, Siemens, BP y Shell, a la vez que a otras grandes multinacionales.
A su vez, EEUU no puede enfrentarse totalmente con Rusia ya que necesita el apoyo del país para conseguir un pacto nuclear con Irán, lo que significaría un gran logro para la política exterior de Obama. Y para ello necesita a Putin, al igual que para continuar con la destrucción del armamento químico de Siria.
Los países occidentales están aún valorando la ecuación riesgo-beneficio y, en función de eso, tomarán un decisión.
No obstante saben que aunque apuesten fuerte no tiene por qué conseguir frenar las aspiraciones del presidente ruso. Si por algo se ha caracterizado Putin en la crisis de Crimea es por su determinación.
Veremos hasta qué punto es capaz de tensar la cuerda cada lado.