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Mientras tantoNaufragios en Madrid

Naufragios en Madrid


 

Un naufragio en una isla desierta… siglos atrás:

 

Sí. Tras chocar con un arrecife de coral escondido. El barco (el Batavia) se fue a pique, pero se salvó buena parte de la tripulación. 154 personas en total. Todos estábamos a salvo en aquella isla desierta.


Los que sabían decidieron qué hacer. Se habían salvado buena parte de las provisiones. Era posible organizarse y aguantar. Esperar hasta que la avanzadilla volviera. Porque había una chalupa, con la que poder zarpar en busca de otros buques a los que dar el aviso.

 

Batavia. Historia de un naufragio


Podíamos aguantar todos. Se organizó un poblado, un reparto de tareas, un ritmo de vida, unas normas colectivas… Y se aceptó la decisión del Capitán: en su ausencia, el contramaestre Cornelisz gobernaría el grupo en la isla.


Era fácil de aceptar. Aguantaríamos en orden hasta el regreso del Capitán.


Sólo que al partir la chalupa, las cosas no ocurrieron como habíamos pensado, como ellos habían pensado.

 

Los días pasaban, y la situación empezó a complicarse. Las cosas no eran tan sencillas. Creo. Eso decía Cornelisz, eso parecía, según avanzaba el tiempo sin ninguna noticia, sin ninguna nueva esperanza a la que agarrarse.

 

Los ánimos se enrarecieron. No recuerdo el momento exacto. Pero allí no podíamos sobrevivir todos. Era obvio. Resultaba evidente.

 

Así es como lo recuerdo, al menos.

 

Fueron necesarios sacrificios. Sí. Cornelisz cogió el toro por los cuernos. Alguien tenía que hacerlo. Y él estaba en la posición indicada.

 

¿Murió gente? No sé. Sí. Por supuesto. Era una situación extrema. Hubo que tomar decisiones. Y el caso es que en aquel momento el contexto no te dejaba pensar tanto.

 

Es fácil juzgar desde la distancia.

 

Yo creo que se hizo lo que se debía hacer.

 

¿Que por qué sobreviví?

 

Pues…

 

No sé. Puede que no fuera así. O sí, tal vez.

 

Lo recuerdo de modo desordenado.

 

Necesitaría aclarar las ideas.

 

 

Eso voy a hacer yo.

 

Sí. Ha habido otros naufragios. Ustedes los han podido ver estos últimos días. Barcos cargados de dudas, por ejemplo, remando en mil mares distintos enbusca de algo como un destino. Quizá en busca de un naufragio propicio.

 

Otros aún permanecen en su isla desierta: un naufragio de hace unas décadas, con un grupo de niños obligados a madurar a marchas forzadas, enfrentándose a su inexperiencia y a una desconocida amenaza.

Pero yo voy a ir a este.

 

En Kubik Fabrik, Batavia, historia de un naufragio. 9-11 de Mayo, 19:30.

 

Vera Yobardé

@verayobarde

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