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Mientras tantoDe mi Diario: Semana 28 / 2014

De mi Diario: Semana 28 / 2014


 

Weiß/Colonia, 6.7.

0:35 am : Costa Rica hizo la hombrada. Humilló a la naranja mecánica hasta el extremo de obligarla a ganar en la tanda de penaltis (¡legales, no conseguidos con sus malas artes!) y con un arquero especializado en atajarlos, que el entrenador de los paracaidistas del área pequeña cambió en el minuto 119. Parafraseando al fundador de la multinacional vaticana: Holanda, ¿dónde está tu victoria?  Lo único que me alegra de ella es la bronca a que puede dar lugar dentro de la familia real –como si las demás fuesen ficticias– holandesa, con un rey neerlandés y una consorte argentina. Ojalá se mienten la madre el miércoles, igual quién gane de los dos.

 

Leído en los diarios de Raddatz : «Una observación a la que casi valdría la pena dedicarle un ensayo. Tengo que corregirme BASTANTE o bien confesar un profundo error: haber creído a lo largo de muchos años, seriamente, que se podía mantener una amistad con escritores. Cuando en verdad nuestras superficies de contacto se corresponden aproximadamente con las de dos gotas de mercurio. Cada uno de ellos empuja hacia arriba la piedra de Sísifo de su pequeñita gloria; Rühmkorf por lo visto es Yeats, y Brasch es Shakespeare, y Muschg es Tolstoi, y Grass es de todos modos Flaubert y Proust juntos, y sólo hablan de “Acabo de terminar [tal obra]”. Todos tienen SIDA  en la CABEZA en vez de en la VERGA». La observación es buena, aun cuando el sida no se padece precisamente en el pene, según tengo entendido; pero lo que no acabo de asumir, y llevo ya 418 páginas leídas, es ese prurito de resaltar ciertas evidencias por medio de las mayúsculas, un autor con un estilo tan depurado como el suyo no lo necesita para nada.

 

Weiß/Colonia, 7.7.

1:50 am: Le concert : Mil veces que la pasaran, mil veces que la vería, no sólo por el soundtrack, que es una maravilla, no sólo por el concierto de violín de Chaikovski, que es otra, sino por la historia misma. Todos esos hijueputas que intentaron doblegar el arte al tamaño de sus cerebelos enanos, el inferiocre Franco, el infreriocrevich Breznev, el inferiocrevich Honecker (clonado del de Breznev), quién se acuerda de ellos a no ser quienes padecemos la memoria de Funes. Ya han ingresado todos ellos a la Historia, por la cloaca, que es lo que les corresponde. Con Pinochet y Videla y Pacheco Areco. ¿Se habrán sentido incómodos –Franco no, claro– en esa compañía?

 

Este fin de semana he sido un desastre en materia de concentración. Subí la nueva entrada del diario a mi blog rotulándola como “Semana 27 / 2012”, envié un email con copias ocultas ¡a la vista!, y esta mañana –pero ya lo dejé preparado ayer– la nueva edición de The Twitter’s Digest, la # 505, con el número 55. ¿Serán los preavisos de un alzhéimer o simples descuidos? Pero por todos los dioses, si siempre miro las cosas tres veces mejor que dos, ¿de dónde los descuidos?

 

Susana estuvo pasando unos días con unos amigos en Berlín (¡estos son los hermanos, vienen a Alemania pero sin pasar por Colonia!) y desde allí me envió dos regalos por correo quelonio, los acabo de retirar del buzón. Uno es el libro de fotos de Cortázar hechas por Sara Facio, una joya; el otro es un CD de Astor Piazzolla que incluye “Vuelvo al Sur” en la versión original cantada por Roberto Goyeneche, otra joya. Pero hay una tercera joya, involuntaria –supongo– por parte de Susanita, y es la estampilla, una emisión especial de los Correos Alemanes con motivo del sesquicentenario del nacimiento de mi tocaya, Ricarda Huch. Yupiiiiiiiiiiiii, va a mi colección de estampillas con motivos literarios, que algún día tendría que poner en un álbum. Algún día.

 

Primer día de sus vacaciones, Vincent lo pasa en casa. Acabamos de cenar juntos, me trajo sus calificaciones de la escuela, con dos sobresalientes, varios notables, un par de aprobados. Uno de los sobresalientes es en Arte, con un dibujo sin modelo, de creación libre, cuyo motivo es la selva. Me lo cuenta Diny: «Te lo quería traer para que lo vieras, pero el papá está tan orgulloso de él que ya lo hizo enmarcar». No cae la manzana lejos del árbol, como se dice en alemán.

 

Weiß/Colonia, 8.7.

1:15 am : Acabo de verlo en pantalla, ha muerto Alfredo di Stefano. Yo lo vi jugar en sus cinco temporadas de oro con el Madrid de la segunda ½ de los cincuenta. También te he visto jugar a ti, Metadona, y no lo hacías mal. Pero lávate la boca para hablar de él, con toda tu ciencia no le llegaste nunca ni al empeine de cualquiera de sus dos pies.

[Me escribe Miros, el poeta gastrónomo, desde mi Güeno Saire querido que yyya no volveré a ver: «Me gustó el comentario. La Saeta Rubia fue el máximo jugador de fútbol argentino; ¡fue mucho mejor que Maradroga!»]

 

En La Modicana pronósticos para el partido de esta noche. Yo creo que ganará Alemania por 1:0 y que eso sería lo mejor que le podría pasar al Brasil para evitarse un segundo maracanazo seguro. Además, romántico por naturaleza, me gustaría que ese gol lo anotase Klose porque sería su record de los Mundiales y, de yapa, el gol # 2.000 del seleccionado alemán. Y mientras estoy diciéndolo me acuerdo del cuento de la lechera, y como con las cerezas, que una trae la otra, el recuerdo del cuento me conduce al de la leche condensada y ese recuerdo al que aún me duele del inexplicable silencio de ZMA, a quien se la descubrí acá, ella no sabía que era un producto suizo, esa golosina que tanto le gusta, su primera lata alemana se la regalé yo. Tempi passati.

 

En la revista quincenal con la programación de la tele un homenaje a Sandra Bullock, que pronto cumplirá los 50. Ella es uno de los niños mimados de TV-Movie, la revista. Su corresponsal en Hollywood la tiene en un altar, y como la considera santa, durante el artículo todo se le vuelve hablar de la intangibilidad, la ejemplaridad y la “decencia” de “Sandy”, así la llama, ¡oh! Y de su llegada al estrellato a partir de Speed hace veinte años. Para comprobar que no me lo invento, programo el DVD de Me and the Mob, la siguiente peli a Speed, del mismo año 1994, y donde el personaje Lori lo interpreta… “Sandy”. Y busco la tercera escena. Lori llega mascando chicle al apartamento que comparte con Jimmy Corona, su novio, un escritor que pasa por una crisis creativa. Jimmy está sentado junto al mesón de la cocina y le pregunta qué hay de comer, a lo que Lori le responde abriéndose la blusa, sin dejar de mascar chicle, y mostrándole una lencería negra sexy que acaba de comprar para estimular la creatividad de Jimmy, ya que no frente a la máquina de escribir al menos en la cama. Y para remarcarlo se pone de espaldas a él, se inclina y le refriega las nalgas en la entrepierna, hasta excitarlo, después de lo cual se saca el chicle de la boca, lo deja sobre el mesón, se agacha para practicarle una felación a Jimmy y, cuando lo tiene a punto, se monta encima de él y lo cabalga hasta que ambos llegan al orgasmo; luego, casi sin solución de continuidá, Lori rescata el chicle del mesón y lo sigue mascando. ¡Santa “Sandy”!

 

10:50 pm : La primera es Mónica, desde Huelva, en el descanso del partido: «Felicidades, tito. Gracias a tu apoyo, Klose lo consiguió». Le contesto ipso fuckto: «¡Y qué golazo! ¿no?, el de un delantero centro de los de antes de la guerra, sin perder de vista la portería ni un segundo. Qué sangre fría, dios de los cielos».

 

Weiß/Colonia, 9.7.

1:00 am : La cantidad de emails que han llegado a mi buzón desde que terminó el partido es de mear y no echar gota. El que más me ha conmovido es el de un amigo chileno que vive en Brasil y pasó por la afrenta de esos octavos miserablemente perdidos contra un equipo inferior. Me da las gracias porque Alemania los ha vengado. No puedo sino sonreír ante tamaño desafuero.

 

1:30 am : Estoy con un Bowmore Single Malt de 12 años bebiendo a la salud de Klose, que me cumplió mi sueño de este Mundial. Si la final fuese contra Holanda, no la veré, nunca me han gustado las naranjas agrias, y menos si son mecánicas. Si es contra Argentina sí que la veré para desear que la gane el mejor. El problema es que el domingo llega Rolando y él sí querrá ver la final aunque sea europea. Pero bueno, él puede verla mientras yo leo o sigo trabajando acá en la pantalla, y después de la final, si no hay alargue ni penaltis, nos quedaría tiempo para una peli.

 

Toda la mañana dedicado a ordenar la contabilidad doméstica y el fajo de facturas que debo enviar al seguro y a la subvención estatal, son más de seis mil euros, veremos cuánto reintegran. Y tras la siesta voy a Rodenkirchen a despachar los envíos en la oficina postal. Ya en la parada del bus, y luego en la papelería (adonde tuve que ir a hacer unas fotocopias), y después en la oficina postal (donde me informan de que no les quedan más estampillas de la edición especial por el sesquicentenario de Ricarda Huch, merde alors!), en todas partes la gente al encontrarse se preguntan de inmediato: «¿Viste el partido anoche?» También yo se lo he preguntado a la dueña de la papelería, que me conoce desde años, y ella me responde: «No, no todo, fíjese que cuando iba 5:0 le dije a mi marido que me iba a dormir, no me gustan las masacres». Al volver a casa, en el tablero electrónico de la parada frente al Ayuntamiento veo que el bus de la línea 131 pasará a las 17:41. Como son las 17:40 me alegro porque está lloviendo sin escampar desde el día de ayer, todo el día, y lo que va de este, y es desapacible estar en la calle. Cuando el reloj señala que son las 17:42, en el tablero electrónico anuncian que el bus de la línea 131 llegará en un minuto. El minuto se alarga hasta las 17:53 sin que el impertérrito tablero electrónico se dé por enterado. Einstein no lo confesó nunca, pero estoy seguro de que debe su descubrimiento de la relatividad del tiempo a una espera en una parada de bus en la ciudad de Colonia.

 

Weiß/Colonia, 10.7.

0:55 am : Estuve viendo dos policiales que se sucedían en la programación, una alemana que se desarrolla en París, la otra el 6° episodio de la 1ª temporada de “El puente”, una sueco-danesa que es la rehostia en bicicleta (en mountain bike, a decir verdad). Y luego zapeé al primer canal para ver en qué había quedado el Argentina vs. Holanda, y supe que no me había perdido nada que mereciera la pena, porque lo que merecía la pena recién iba a comenzar. Miguel Barnet tenía razón, lo más interesante de todo son los penaltis. Y pasó lo que deseaba, que es Argentina la que se enfrentará el domingo a Alemania. Sinceramente pienso que es bueno que la final sea un duelo de continentes, y no me importa quién gane, con tal de que sea el mejor. Hubiera sido una historia medio colonial que tan luego en Río de Janeiro la final la disputasen dos europeos.

 

Reencuentro con JB al cabo de los meses, casi frente a la catedral, en la antigua cantina de Radio Colonia, remodelada como bar con terraza. Aunque el servicio no es precisamente lo que uno esperaría en un lugar con tales precios, el lugar me encanta: cruzando una puerta se llegaba antes al ascensor Paternoster, y él y esta cantina eran los escenarios de uno de los mejores, si es que no el mejor, de los cuentos de Heinrich Böll:La colección de silencios del Doctor Murke”. Con JB encargamos un surtido de quesos franceses (la tabla pequeña; ¡la grande sería digna de Obelix!), y ella un refresco de ruibarbo, yo un Chardonnay del Véneto, bien frío. Larga plática acerca de muchos temas, personales y no personales. Hablamos del partido del martes y JB se pregunta (y me pregunta) por qué es que en el fútbol no se podría hacer como en el boxeo, que el entrenador del masacrado le evita el resto del combate arrojando la toalla; es lo que tenía que haber hecho Luis Felipe Scolari a más tardar en el descanso. No es mala pregunta. Por lo demás, coincidimos en la deportividad con que los alemanes han asumido el 7:1 contra Brasil; la actitud general acá es de asombrada sorpresa, y de una modestia ejemplar: nada de echar las campanas al vuelo. Queda por jugarse la final. E chi va piano, va lontano.

 

En el tranvía de vuelta a casa termino de leer Para viajeros improbables, libro de minicuentos de Cecilia Eudave, que me regaló mi sub cuando estuvo acá pasando unos días inolvidables con nosotros. Está bastante bien, sobre todo por el sesgo humorístico que sabe imprimirle a veces. Uno de los cuentos, el titulado “Un malentendido”, es de antología. Le pasaré el regalo a mi deuda estherna, que está dirigiendo en la provincia un taller de minirrelatos y le sacará a este libro muchísimo más partido que yo. «España y yo somos así, señora».

 

Leído en los diarios de Raddatz a propósito de fortunas como la de Rockefeller y la “primera acumulación” de que hablaba Marx: «Las generaciones son un buen dispositivo para el lavado de dinero. ¿Quién pregunta, pues, de dónde proviene el dinero de los Kennedy?».

 

Weiß/Colonia, 11.7.

2:35 am : La primera temporada de Wallander con Johanna Sällström en el papel de Linda no la dejo de ver jamás. Aunque ya me sepa las pelis de memoria. ¿O es que no procedo acaso de la misma manera cuando escucho una y otra vez a Chavela Vargas, a Jacques Brel, a Eydie Gormé, a Martirio, a Agustín Lara, a Bola de Nieve, o bien las grabaciones de Celibidache y de Carlos Kleiber, las de la Callas y Diana Damrau? ¿O cuando releo a Cervantes, a Jane Austen, a Ibsen? No sé, «sólo sé que vi llover, / vi gente correr / y no estabas tú», no estabas, tú, no estabas.

 

He descubierto una utilidad chévere para el telefóno móvil que le regalé a Diny, y es llamar al 02236.61179, nuestro número de la red fija, para poder averiguar por los timbrazos dónde fue que Diny olvidó esta vez el portátil, dentro de la casa. No hay mal que por bien no venga.

 

Pasó por acá Paul, a mostrarme sus notas de fin de curso. Se las honorifiqué debidamente, pese al extraño “Suficiente” en Deporte, que le señalé enarcando la ceja, y él me dijo que se trataba de un error, ya rectificado en su expediente. Luego, además, le entregué un sobre rotulado “Ein bißchen Fort Knox [Un poquito Fort Knox]”, con una respetable cantidad de dólares para que se la lleve como reserva extrema en su viaje: sale con un amigo el lunes camino de Ámsterdam, dormirán en la casa de Willy, y el martes de madrugada partirán de allá camino de Estambul, en tren, recorriendo toda Europa. Este va a ser su viaje iniciático. Los dioses lo acompañen.

 

Weiß/Colonia, 12.7.

0:30 am : En Neuss, dentro de la temporada anual dedicada a Shakespeare en The Globe, duplicado del teatro del Bardo en Londres, pusieron en escena El perro del hortelano, de Lope de Vega, por una compañía española. Vamos Diny & yo con Ulli & Carlitos, y es un viaje que ha valido la pena. Ya de camino a Neuss, en el auto, les cuento que he estado releyendo la obra, que sólo leí una vez años ha, en la noche de los tiempos, y que me parece que es algo atípica para Lope, a causa de sus protagonistas. La condesa Diana es una perfecta perra (del hortelano, sí, pero sobre todo una perra, en el peor sentido del epíteto) y Teodoro es un trepador sin el más mínimo escrúpulo que no vacila en llegar al engaño para conseguir ascender en la escala social. Les digo que «la única explicación es que esos personajes son italianos, de la misma manera que en las pelis de Bollywood los malvados y las putas siempre son cristianos». Se echan a reír, pero luego, mientras avanza la puesta en escena, magnífica de presentación y actuación, creo que se van convenciendo de lo que aventuré. Añado a ello que el personaje de la pobre Marcela debe haber sido la venganza de Lope contra la actriz que la interpretó en el estreno. Antes de que la función empezase, Ulli me preguntó con cierto temor si el castellano de Lope era respecto del actual como el inglés de Shakespeare respecto del de hoy. La tranquilicé diciéndole que no, y en el descanso le enumeré las palabras que he ido registrando durante los dos primeros actos y que hoy se pronuncian y escriben distinto: agora, asín, efeto, perfeto, conceto, y la conjugación en “alle”, por ejemplo “matalle”, o en “ille”, “decille”. Al salir, después de que las ovaciones y los ¡bravos! atronaron el teatro (los actores se miraban harto asombrados, como preguntándose si estos eran los fríos alemanes del cliché que circula por el mundo), Carlitos me comentó: «Me parece que Hollywood aprendió mucho de Lope». Y sí, pero el aparente happy end de El perro del hortelano a mí me parece una bomba con espoleta retardada: una arpía como esa condesa Diana, ya conseguido el capricho de casarse con su secretario, presuntamente noble, se volverá todavía más celosa y le hará la vida imposible al pobre hombre. No le envidio la suerte. 

 

En el diario de hoy, y con motivo de la final de mañana, han ideado un once cultural argentino, casi a toda plana en la página 8, sobre un fondo verde de césped de cancha de fútbol y con las demarcaciones propias de una. Es como diciéndoles a los lectores “Ojo, Argentina no es tan sólo Messi + 10 jugadores más, hay otras cosas más importantes”, y todas ellas aparecen con foto y unas breves líneas biográficas. En el arco, Borges. Como defensores, Gardel, Yupanqui, José Hernández y Mercedes Sosa. Centrocampistas: Claudia Piñeiro, Barenboim y Piazzolla. Y en el ataque: Campanella, Martha Argerich y Mauricio Kagel. Yo, la verdá, de arquero habría puesto a Cortázar, que ya por su corpulencia casi que tapaba todo el arco. Y a Borges lo llevaría de DT, no en el arco, por Dios, ¿o es que nadie le dijo a esos redactores alemanes que Borges era ciego?

 

[Pena que este sea uno de los ítems del diario que no han subido a la página web, está muy bien concebido y hubiera sido lindo incluirlo como hipervínculo para los lectores de Fronterad].

 

Voy al centro a comprar en Saturn un nuevo mando a distancia para el reproductor de DVD, ya que el viejo no funciona ni aunque se le pongan baterías nuevas. Aprovecho para sacarme de encima el bono de 50 € que mis hijos me regalaron por mi cumpleaños y lo invierto en DVDs y en el último CD de Diana Damrau, “Forever”, donde canta arias de operetas y musicals. Luego voy al Mar del Norte y me regalo con una porción grande de gambas rebozadas y alioli, y una copa de un Entre-deux-Mers, frío, que estaba diciendo “bebedme”. Me convenció, y me lo bebí.

 

***********FIN***********

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