En el artículo anterior se habló de algunos de las cualidades que potencia la práctica frecuente del ajedrez y, aunque son muchas y muy numerosas, solo nos vamos a centrar en las principales o más generales, cabe mencionar que estas cualidades no se centran en niños o jóvenes, sino que son aplicables a cualquier persona de cualquier edad, por eso es tan importante que se potencie su práctica.
1) El ajedrez ejercita los dos hemisferios
El cerebro humano está divido en dos hemisferios, el derecho y el izquierdo, y cada uno de ellos tiene una función determinada. Mientras que el hemisferio izquierdo es el responsable de ciertas funciones como el cálculo, la estrategia, los idiomas, las reglas, la racionalidad, la lógica, los detalles, el hemisferio derecho es el responsable de funciones como la creatividad, la fantasía, la intuición, la curiosidad, el reconocimiento de imágnes, etcétera. Si el lector ha llegado hasta aquí, estoy seguro que ya habrá asociado varias de las funciones que ejecutan ambos hemisferios con las acciones que se desarrollan en el ajedrez (estrategia, reconocimiento de imágenes, memoria, fantasía, etcétera). Según los resultados de varios estudios científicos, se compararon las regiones cerebrales que se activaban en una partida de ajedrez entre un Gran Maestro y un simple aficionado y los resultados fueron sorprendentes.
Según el estudio publicado en Nature por Ognjen Admizic, de la Universidad de Constanza (Alemania), un Gran Maestro o Maestro Internacional utiliza más la corteza central y parietal del cerebro que es donde se encuentran almacenados los recuerdos consolidados, mientras que una aficionado emplea más el lóbulo temporal medio, pero qué supone esto. Cuando se presentan una determinada posición en el tablero, el Gran Maestro “tira” de sus recuerdos consolidados como si fuera una base de datos que trabaja a una rapidísima velocidad y en cuestión de pocos segundos habrá hallado en su cerebro una posición parecida con lo que puede sacar conclusiones rápidamente sobre la esencia de la posición aunque esta no sea idéntica. Por simplificar la idea, un Gran Maestro extrae continuamente de sus recuerdos posiciones y las compara con la actual, mientras que una aficionado “trabaja” cada posición como si fuera una nueva partida, y es por ello, por lo que a un aficionado le cuesta más tiempo llegar a la misma respuesta que a un Gran Maestro (si es que llega a la misma solución). Por otra parte, en un estudio de la Universidad de Electrónica y Tecnología de Chengdú (China), se ha demostrado que los Grandes Maestros son capaces de desconectar algunas funciones del cerebro que podríamos llamar “piloto automático” que son los que generan pensamientos espontáneos o errantes y que no están conectado a una tarea concreta y así, concentrar toda la energía en otras partes del cerebro que son realmente importantes cuando se trata de resolver problemas.
En definitiva, en proporción directa con la práctica que hagamos del ajedrez, se usarán más unos hemisferios que otros o, como ya hemos explicado, se pueden llegar a usar los dos hemisferios a la vez, sea el hemisferio que se use, será beneficioso y mejorarán su rapidez y eficacia.
2) El ajedrez ejora las conexiones entre el sistema nervioso y muscular
Según un estudio que hicieron los científicos de la Universidad de Varsovia y que, posteriormente publicaron en la revista Pediatric Endocrinology, tras examinar a casi un centenar de ajedrecistas con un rango de edad entre 8 y 19 años que habían resultado ganadores en Campeonatos del Mundo, llegaron a la afirmación de que mejora la conexión entre el sistema nervioso y el muscular. Se llego a esta conclusión cruzando los resultados de test psicotécnicos y los resultados de pruebas físicas donde se mide la rapidez de reflejos y la velocidad de reacción del cuerpo. Dichos ajedrecistas presentaban un desarrollo intelectual superior a la media de la población. No hay que olvidar que en este estudio se utilizaron ajedrecistas muy jóvenes pero con un gran conocimiento del juego y que han llegado a ser Campeones del Mundo. No por jugar al ajedrez una vez por semana, el sistema nervioso va a presentar unos cambios significativos, pero con todo esto se concluye que el ajedrez mejora, indudablemente el procesamiento de la información, de los recuerdos y es capaz de llega a resultados correctos, en menor tiempo.
3) El ajedrez mejora la autoestima
El ajedrez es un juego donde el azar prácticamente no tiene cabida y es un choque pensamientos donde un pensamiento trata de refutar el pensamiento del oponente y, cuando una persona comete un fallo –y le cuesta la partida-, se puede analizar los errores, los fallos, las imprecisiones y ejercitar la voluntad y fuerza mental para el próximo encuentro. El saber que, uno ha estudiado los errores que ha cometido, permite llegar con más confianza y autoestima al siguiente encuentro ya que, cabe suponer, que esa persona no cometerá el mismo error otra vez. Si otro u otros errores, pero ese mismo, no, por lo tanto va ganando experiencia y la experiencia produce seguridad.
Mikel Iker Menchero Pérez