Después de esta segunda derrota, la expectación era máxima y ya no cabía un alfiler en el café. Se había corrido la voz y estaban presentes los mejores jugadores de París.
Hasta los incondicionales del barón empezaban a dudar de él y ya no estaban seguros de la veracidad de sus extraordinarias historias. Lo cierto es que o ganaba esta definitiva partida o toda su reputación se vendría abajo y todo por la culpa de un humilde desconocido al que ni tan siquiera se le había permitido que pronunciara palabra alguna.
Ninguno de los dos mostraba signos de nerviosismo y si acaso, algo más el desconocido que parecía incómodo por tener que jugar una tercera partida, pero lo que es el barón, fingido o no, mostraba cierta euforia y estaba deseando comenzar la partida.
De nuevo el barón pidió al invitado que le concediera las piezas blancas y vamos a ver qué aconteció en esta definitiva y esperada partida:
Blancas: Barón de Münchhausen
Negras: Invitado
Lugar: París, siglo XVIII
1.e4 [El barón insiste en su preferida primera jugada]
1… d5 [¡Y por supuesto que el invitado también! y vuelve a plantear la Defensa Escandinava atacando el peón del barón]
2.d4 [¡Aplausos del público al barón! ¿Por qué? Pues porque en la primera partida avanzó el peón atacado y en la segunda lo defendió y el resultado fue de dos derrotas, por lo que ahora utiliza una nueva táctica que es ¡regalar el peón! ¡Otra demostración de los inagotables recursos del fabuloso Barón de Münchhausen!]
2… e5 [Pero ¡atención!, el invitado, lejos de seguirle el juego al barón, desprecia el regalo y hace un movimiento que deja la posición igualada]
3.c4 f5 4.f4 c5 [¡Increíble! ¿Pueden imaginar mayor igualdad? La posición merece un diagrama]
Posición después de 4… c5
¡Jamás se ha visto posición igual en la historia del ajedrez!
¡Sólo van 4 jugadas y la posición es endiablada! Casi parece como si el invitado estuviera retando al barón y le dijera “hagas lo que hagas, me da igual, yo pienso hacer lo mismo” ¿Será posible tamaña insolencia? ¿Cómo reaccionará el barón?
5.exf5 dxc4 6.dxc5 exf4 7.Axf4 Axf5 8.Axc4 Axc5
Vean la posición ¡Es totalmente simétrica!
A estas alturas, ¿qué conclusión podemos sacar? ¿no funcionan los trucos del barón? ¿el invitado se está mofando de él? ¿Qué táctica puede utilizar el barón, dado que tiene que ganarle esta partida al misterioso desconocido para conservar su reputación? ¿agotó ya sus increíbles recursos? ¡ni mucho menos! El fabuloso barón siempre había presumido de ser un gran estratega cuando quedan pocas piezas en el tablero; una fase del ajedrez muy difícil de jugar con precisión. Con frecuencia comentaba que había ganado infinidad de partidas cuando quedaban muy pocas piezas, aprovechando que sus rivales pensaban que la partida ya no tenía interés y como además el invitado se las había arreglado para darle jaque mate dos veces con todas las piezas en el tablero, el barón decide cambiar muchas piezas con el convencimiento que finalmente engañará a su rival.
9.Axb8 Axb1 10.Axg8 Axg1 11.Txb1 Txb8 12.Txg1 Txg8
El barón sigue con su táctica de cambiar cuantas más piezas mejor.
¡Presten atención porque llegamos al final del enigma!
13.Dxd8+
Continuando con el cambio de piezas, captura con su dama la de su rival con la intención de jugárselo todo a un final de torres y peones, pero….
13… Rxe1
¿¿!!Qué!!?? ¿¿!!cómo!!?? ¿¿!!esto qué es!!??
¡¡¡El misterioso rival, tomando su rey, captura el del barón!!!
¿¿¡¡ El rey negro ha capturado al rey blanco !!??
Entre los asistentes se escuchan carcajadas y exclamaciones de asombro. El barón, con los ojos fuera de sus órbitas y completamente fuera de sí, le dice a su rival:
“¡Menos bromas y deje ahora mismo los reyes donde estaban!”
El invitado (¡por fin habló!) responde:
“Pero Vd. acaba de hacer lo mismo”
Barón:
“¿Lo mismo? Después de darme jaque mate dos veces, ¿ahora resulta que Vd. no es capaz de distinguir entre el Rey y la Dama? ¿Me toma el pelo?”
Y replica el invitado:
“Pues es que yo no sé jugar al ajedrez y únicamente me he limitado a repetir sus movimientos. Traté de decirlo desde el principio, pero no me han dejado hablar”
Barón:
“¿¡Queeee!?”
Y acto seguido, el barón se levanta y dirigiéndose a los presentes, les dice:
“Acaban de presenciar un hecho fabuloso. ¿Quién creen Vds. que podría ganar al Barón de Münchhausen?, ¡¡pues únicamente el propio Barón de Münchhausen!!”
“¿Cómo dice?” -preguntó alguien del público-
Barón:
“Que nuestro misterioso invitado me ha ganado dos veces ¡repitiendo mis propios movimientos! ¡¡Resulta que he estado jugando contra mí mismo!! Este extraordinario hecho solo podía ocurrirme a mí…”
“¡Al fabuloso y extraordinario Barón de Münchhausen!”
Cuenta la leyenda, que durante años se pudieron escuchar entre las paredes de La Régence, los ecos de los interminables aplausos que brindó el público al irrepetible
Barón de Münchhausen.
(Fin de la historia –aunque el barón es capaz de volver. Por si acaso, ¡atentos!-)
El Barón de Münchhausen, a punto de viajar encima de una bala de cañón
Luis Pérez Agustí