Publicidadspot_img
-Publicidad-spot_img
Mientras tantoGenial partida ¿o una farsa?

Genial partida ¿o una farsa?


 

Científicos, niños prodigio, militares, campeones del mundo, grandes maestros, programas informáticos, escritores, y un largo etcétera, han pasado a formar parte de la historia del ajedrez por diversos motivos. Parece lógico que cuando este motivo es la alta calidad y belleza de la partida, ésta haya sido producida por un gran ajedrecista y así es normalmente, pero, no obstante, ha entrado en la historia una bellísima partida jugada por un semidesconocido y que debido a su altísima calidad, muchos expertos opinan que es posible que tal partida sea simplemente producto de la imaginación de su rival y al parecer amigo, Carlos Torre Repetto, considerado el mejor ajedrecista mexicano de la historia.

 

Bien, es posible que sea así, pero no es el propósito de este artículo juzgar la veracidad de la partida ni descubrir posibles fraudes, por lo que pasando a comentar el juego en sí, hay que destacar la impresionante secuencia de sacrificios de dama que realiza el conductor de las piezas blancas, el aficionado norteamericano Edwin Ziegler Adams, al que no hay que confundir con el campeón británico y magnífico jugador, Michael Adams.

 

Volviendo a la partida, resulta tragicómico la persecución implacable que realiza la dama blanca a su rival negra, huyendo ésta continuamente hasta quedarse finalmente sin casillas útiles. La secuencia es inolvidable y cuesta creer que el bando negro no tenga ninguna opción viable, pues al reproducir la partida, no podemos evitar buscar respuestas válidas al descarado acoso de la blanca señora, pero lo cierto es que no hay solución posible.

 

¡Veamos otra muestra más de la inagotable belleza del rey de los juegos!

 

 

Blancas: Edwin Ziegler Adams (1885-1944) 

Negras: Carlos Torre Repetto (1904-1978) 

Lugar y fecha: Nueva Orleans, 1920 

 

 

1.e4 e5 2.Cf3 d6 [Defensa Philidor]

 

3.d4 exd4 4.Dxd4 Cc6 5.Ab5 [La apertura se ha transformado en una Ruy López-Defensa Steinitz]

 

5…Ad7 6.Axc6 Axc6 7.Cc3 Cf6 8.0–0 Ae7 9.Cd5 [Los dos contendientes están jugando correctamente, pero este movimiento de Adams es algo apresurado y probablemente era mejor terminar el desarrollo moviendo el alfil de dama]

 

9…Axd5 10.exd5 0–0 11.Ag5 [Por fin el blanco completa su desarrollo y la partida puede considerarse igualada. Nada hace prever lo que va a ocurrir dentro de muy pocas jugadas]

 

11…c6 12.c4 cxd5 13.cxd5 Te8 14.Tfe1 a5 15.Te2 Tc8? [Esta natural jugada que parece adecuada porque activa una torre en una columna abierta, es el principio de los problemas que rápidamente va a sufrir el bando negro ¡Siempre hay que estar atento!]

 

16.Tae1 [Ahora la presión del blanco por la columna de rey es verdaderamente importante]

 

16…Dd7 [Fíjese el lector en el siguiente detalle: La torre negra de la casilla e8 está amenazada indirectamente por las dos torres blancas, pero no parece que esto represente ningún peligro, ya que dicha torre está defendida tres veces: por la otra torre, por la dama y por el caballo, además del alfil que hace de escudo en e7, por lo que no se vislumbra peligro por ningún lado, pero existe otro detalle importantísimo: el rey negro no tiene casillas de escape al estar atrapado por sus propios peones. Todo esto lo ha visto el blanco y efectúa su siguiente jugada con toda naturalidad]

 

17.Axf6 [Así se elimina uno de los tres defensores de la torre de e8]

 

17…Axf6 [¡El error! Había que capturar con el peón, manteniendo el alfil bloqueando la acción de las torres y dando una vía de escape al rey, pero es que era muy difícil imaginar la asombrosa danza de la dama blanca que ahora se inicia]

 

 

18.Dg4!!

 

[¡Ahí está lo que comentábamos! La torre negra en e8 necesita dos defensas porque si no, el blanco da jaque mate comenzando con Txe8. Conclusión: La dama tiene que defender en todo momento a su torre]

 

18…Db5 [Única casilla para seguir defendiendo a la torre. En realidad, el negro dispone de algunas opciones más: Si 18… Txe2 19.Dxd7 Si 18… Te6 19.dxe6Si 18… De7  19.Txe7todas ellas con ventaja decisiva para el blanco.]

 

19.Dc4!! [¡Otro mazazo! La dama ataca las dos piezas que defienden la torre de e8. Cualquier captura de la dama, conduce al jaque mate]

 

19…Dd7 [La dama negra se salva huyendo a la casilla donde  estaba, pero la fiesta continua]

 

20.Dc7!! [¡Esta dama es una pesadilla! de nuevo se atacan las dos piezas que defienden la torre de e8]

 

20…Db5 [La dama negra mantendrá controlada la situación, siempre que disponga de alguna casilla blanca desde la que defender la torre. A 20… Da4 sigue 21.b3]

 

21.a4! [¡Cuidado, alta tensión! Vean los lectores el siguiente chiste: Si en lugar de 21.a4, el blanco juega 21.Dxb7 que parece demoledora porque de nuevo se atacan las dos piezas clave, sigue 21… Dxe2 22.Txe2 Tc1+ ¡¡ y es el negro el que da jaque mate!! ¡Qué grande es el ajedrez!]

 

21…Dxa4 [Bueno, pues parece que el negro finalmente se va a librar del intenso acoso, ya que realmente, el blanco no ha conseguido expulsar a la dama de todas las casillas de las que dispone para defender a su torre de e8, pero el blanco hace un último intento.]

 

22.Te4 [Si ahora 22… Txe4, sigue 23.Dxc8+ con mate]

 

22…Db5 [Bueno, hay que reconocer que la escurridiza dama, siempre ha encontrado alguna casilla desde la que defender a su torre, pero en esta titánica lucha de féminas, por esta vez, es la dama blanca la que se erige como triunfadora]

 

23.Dxb7! [¡El golpe de gracia! Ahora sí, la heroína dama ya no dispone de ninguna casilla desde la que proteger a la desafortunada torre y sólo le queda inmolarse o recibir jaque mate, por lo que el maestro Carlos Torre decide con buen criterio, abandonar la partida] Las negras se rinden 1–0

 

Posición final después de 23.Dxb7!!

 

El maestro y prolífico escritor de ajedrez Irving Chernev publicó en Chess Review:


“Esta partida se ubica como la más brillante jamás producida en toda la historia del ajedrez”, a lo que Adams reaccionó con el siguiente escrito:

 

«Permítame que le dé las gracias por los comentarios en Chess Review en mi partida contra mi amigo Carlos Torre. Tres de mis hijos están ahora en servicio en su país y me gustaría que envíe a cada uno de ellos una copia de su edición de enero, para que puedan mostrar la partida a sus amigos y decir «éste es mi papá.»

 

 “Lo mismo que nuestro corazón se agita por la sonrisa de una muchacha, así la imaginación se agita por las posibilidades del ajedrez” [Mijail Tal, campeón del mundo].

 

Edwin Adams murió al año siguiente a los 59 años.

 

Luis Pérez Agustí

Más del autor

-publicidad-spot_img