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Mientras tantoCrónica de la gala de los XIX Premios Max I

Crónica de la gala de los XIX Premios Max I


 

Pues allí me fui, al Circo Price, a que no se me escapara nada a la gala de los #PremiosMax y luego contarlo aquí en El Gallinero. Un acontecimiento teatral de tal magnitud no puede pasarnos desapercibido a las gallinas. Había quedado con Vera Yobardé, y mientras la esperaba en el inmenso hall de entrada, con los nominados posando para las fotos a un lado y el público asistente al otro lado, vi pasar a muchos, como por ejemplo a la señorita Valero, tan conjuntada como siempre, o a nuestra gallina muflón Silvestre, que venía a apoyar a los valencianos (quizá ese apoyo fue crucial, y sin él no se hubieran llevado casi la mitad de los premios de la noche). En algún momento de esa espera, una persona cuyo nombre no recuerdo dijo una frase que enseguida rapté:

 

frase de Thomas Bernhard

 

Y con esta frase se empezó a calentar el ambiente de premios, premiados, no premiados, finalistas, no finalistas (son los peores, pues hacen más ruido, ya que son muchos más)… Un encargado de mantener el orden quería que me metiera en la zona «de seguridad» reservada para prensa y delimitada por un cordón rojo, y que no me juntara con los invitados normales; debía ser peligroso para ellos, o para mí, no sé. Tuve que desobedecerle repetidamente, pues veía a muchos a los que saludar… Así que finalmente me salí para siempre de la zona de seguridad y disimulé ser un invitado normal… Parecía que nadie se daba cuenta…

 

Yo seguía en mi disimulo, cuando me reconocieron el señor Sendarrubias, y la señorita Parra, que vinieron a saludarme. Ella, la señorita Parra, era finalista como mejor diseño de iluminación, y no pensaba que le fueran a dar nada, por lo cual decía estar muy tranquila. Me permití hacerles una foto, para la que dijeron que me darían su mejor perfil:

 

Foto de espaldas

 

Bueno, y allí continuaba yo disimulando mientras los invitados entraban. Esperé hasta última hora por si llegaba Vera Yobardé para subir con ella al lugar en que debíamos permanecer, pero como no apareció, me decidí a subir solo. Y como era ya tan tarde, me di cuenta de que me había quedado sin silla y muy lejos de los que conocía, los #tuiteatreros y allegados. Así que, me tuve que conformar con narrar la gala desde la retaguardia, con el siguiente campo de visión:

 

Retaguardia

 

La parte de atrás no era mala, al fin y al cabo. Podía moverme, pasear y también ir al baño siempre que me apeteciera… Y escaparme si la cosa se ponía fea… En la foto se pueden ver multitud de sillas ocupadas y entre las sillas y la pantalla posaban con el premio los premiados, como la de la foto, Elisa Sanz, que recogió el Max al Mejor Diseño de Espacio Escénico por La piedra oscura, y que hacía amago de que nos lo iba a tirar:

 

Elisa Sanz

(En esta foto de se puede reconocer la inconfundible silueta de la tuiteatrera chica de falda roja. ¿A que no adivinas dónde?)

 

¿Qué pasaría, nos tiraría finalmente el premio o no? ¿Aparecería Vera Yobardé? ¿Le darían el premio a la señorita Parra? Estás impaciente por saberlo todo, ¿verdad? ¡Las respuestas en la próxima entrega de la crónica de los Premios Max!

Continuará…

@nico_guau


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