La Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos (CBO por sus siglas en inglés) publicó en agosto un informe sobre la evolución de la riqueza de las familias entre 1989 y 2013 que pone de manifiesto la creciente desigualdad en estos años: el 10% más rico ha ido incrementando su patrimonio desde los 30 billones de dólares del inicio del periodo hasta los 67 billones (los trillones que aparecen en el gráfico corresponden a los billones europeos). El 50% más pobre sigue teniendo un patrimonio inapreciable en la escala que tenemos sobre estas líneas, pero sí se atisba que, desde 2007, ha visto mermada todavía más su riqueza. Las familias situadas entre medias, es decir, las comprendidas entre los percentiles 51 y 90, son más ricas que en 1989 gracias a la evolución de su patrimonio entre 1995 y 2007, pero desde entonces también han sufrido una merma. En todo caso, su riqueza acumulada es un tercio de la que tiene el 10% más rico.
Lo expresaremos de otra manera: en 2013, el 10% más rico era propietario del 76% de toda la riqueza familiar, mientras que los hogares situados entre el percentil 51 y el 90 representaba el 23% del patrimonio agregado, y el 50% más pobre sólo era propietario del 1% de la riqueza. De media, las familias pertenecientes al 10% más rico tenían un patrimonio de 4 millones de dólares; cifra que baja hasta los 316.000 dólares en el caso de las familias situadas entre los percentiles 51 y 90; mientras que los hogares situados entre el percentil 26 y 50 contaban con un patrimonio de 36.000 dólares; volumen que se reduce hasta los 13.000 euros de deuda para los percentiles por debajo del 26.
Bajo estas líneas se puede observar cómo ha evolucionado el patrimonio (negativo, por las deudas) del 25% más pobre de las familias americanas (las franjas en gris muestran los periodos en que la economía americana ha estado en recesión):
La evolución del 25% más pobre ha sido muy diferente a las familias situadas entre el percentil 26 y el 50. Aunque los últimos años de crisis hayan afectado bastante a su patrimonio, no están en una situación muy distinta a la que tenían en 1989:
Las familias situadas en los percentiles 51 al 90, pese a sufrir una merma de su riqueza a partir de 2007 (muy inferior a la sufrida por los hogares inmediatamente más pobres), el crecimiento registrado en los años de bonanza, entre 1995 y 2006, ha provocado que su situación al final del periodo, en 2013, sea mejor que en 1989:
En conclusión, en cuanto a la evolución de estas cifras, el informe recoge tres ideas principales. En primer lugar, que la riqueza del 10% más rico era un 54% superior en 2013 que en 1989. En segundo lugar, el patrimonio de las familias de «clase media» aumentó un 4% en este periodo. En tercer lugar, que el 25% más pobre tiene más deudas que activos, circunstancia que ha sido habitual, pero que en los últimos años se ha convertido en especialmente preocupante. Tanto en términos absolutos como relativos, han sido las familias más pobres las que más han sufrido en esta crisis, mucho más que la clase media, pese a que ha calado el mantra contrario.
Estas cifras implican un gran crecimiento de la desigualdad en estos últimos años. Por ejemplo, la diferencia de riqueza entre las familias situadas en el 10% de la población más rica y la familia situada en la mitad de la distribución se amplió desde los 532.000 dólares de 1989 hasta los 861.000 de 2013. Y ello porque la participación del 10% más rico en el patrimonio acumulado de los hogares pasó del 67% hasta el 76% y la del 1% más rico, del 31% al 37% (aunque otras fuentes que cita el informe estiman que la participación de la riqueza de este último grupo social ha pasado del 28% al 42% entre 1989 y 2012), mientras tanto, la de las familias pertenecientes al 50% más pobre cayó desde el 3% hasta el 1%. Y esa evolución, explica el informe, se debe a que las familias situadas en los percentiles por debajo del 50 experimentaron un crecimiento mucho más lento de su riqueza entre 1989 y 2007 y, por el contrario, sufrieron una merma desproporcionalmente mayor en los años de la recesión, entre 2007 y 2009.
El informe también ha detectado que la evolución de la riqueza de las familias ha sido sensible a la edad de quienes las encabezan, así como a su nivel educativo. Las familias encabezadas por alguien de 65 años o mayor tenían un patrimonio medio mayor en 2013 del que tenían hogares parecidos en 1989, pero eso no es así para familias encabezadas por alguien de menos de 65 años. La caída del patrimonio medio desde el estallido de la crisis ha sido especialmente pronunciada en edades entre los 50 y los 64 años, aunque también ha sido importante la sufrida por quienes tienen entre 35 y 49 años.
Asimismo, la riqueza de las familias con mayor educación tenían más patrimonio en 2013 que en 1989, mientras que ocurre justo lo contrario con las familias con menos educación:
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