Publicidadspot_img
-Publicidad-spot_img
Mientras tantoLa brecha racial en el mercado de trabajo de Estados Unidos

La brecha racial en el mercado de trabajo de Estados Unidos


 

En Estados Unidos persiste una brecha racial importante. Se trata de una dolorosa cicatriz aún sangrante de un pasado esclavista (que pervivió hasta los años sesenta del siglo XIX, tras la victoria del Norte en la Guerra de Secesión) y, a continuación, de las políticas de segregación, que sólo se abolieron cien años después, es decir, a mediados de la década de los sesenta del siglo XX. Pero también es expresión del racismo contemporáneo, a cuya manifestación más radical hemos asistido en los últimos días. Si a veces se argumenta que detrás de la victoria de Donald Trump o de la efervescencia de la extrema derecha tradicional americana (aderezada por el fascismo y el nazismo europeos) se encuentran los perdedores de la globalización, denominación con la que se hace referencia a la clase obrera blanca, los datos que presentamos a continuación nos muestran que posiblemente esos perdedores tienen otro rostro. 

 

A la espera de que en alrededor de un mes se publique el informe sobre ingresos, desigualdad y pobreza del US Census Bureau correspondiente al año 2016, lo que nos permitirá realizar un análisis profundo sobre la situación social de Estados Unidos, vamos a observar hasta qué punto existe esa brecha racial en el mercado laboral estadounidense, cuyos datos se conocen puntualmente mes a mes. Entendemos que la laboral es, en las sociedades en las que vivimos, una de las dimensiones fundamentales en que se expresa la desigualdad social, que en este caso tiene un relevante componente étnico. 

 

Unas primeras cifras, las más básicas del mundo del trabajo, nos hacen caer en la cuenta de que la igualdad racial está muy lejos de conseguirse. Entre la población blanca, la tasa de paro de acuerdo con el último dato disponible, de julio de este año, es de un 3,8%, inferior a la del conjunto del país, que se encuentra en el 4,3%. El porcentaje de desempleados entre la población negra está, mientras tanto, en el 7,4%: prácticamente duplica a la que sufre la población blanca.

 

Además de que la tasa de paro de la población negra es mayor, su tasa de participación en el mercado laboral (62,3%) es un poco más baja que la de la población blanca (62,8%). Este indicador se refiere a qué porcentaje de la población en edad de trabajar está, efectivamente, dentro del mercado de trabajo, bien con un empleo, bien buscándolo activamente.

 

Podemos medir esa participación en el mercado de trabajo con otro ratio: empleados sobre el total de la población. En el caso de la población blanca, ese indicador es de 60,4 (sobre 100), mientras que en el de la negra es de 57,7 puntos.

 

Si además de tener en consideración la etnia introducimos la variable del género, obtenemos una fotografía muy diferente para la población negra y para la población blanca.

 

La tasa de paro de los varones blancos mayores de 20 años se situaba en el 3,4% el pasado mes de julio. Para las mujeres blancas mayores de 20 años, se colocaba dos décimas por encima, en el 3,6%. En el caso de la población negra, la tasa de paro de los hombres mayores de 20 años se encontraba en el 7%, por encima que el porcentaje de desempleadas: 6,5%. Este fenómeno, el de que las mujeres tengan una tasa de paro inferior a la de los hombres entre la población negra es extremadamente singular, único al menos en EE.UU. a la hora de comparar la participación de las diferentes etnias en el mercado de trabajo.

 

Pero la brecha realmente alarmante, no sólo por lo que revela del presente, sino también por lo que puede anticipar para el futuro, es la existente entre los más jóvenes: mientras el desempleo entre los jóvenes blancos de 16 a 19 años es de un 11,2%, el de los jóvenes negros más que duplica ese porcentaje, al situarse en el 23,3%.

 

 

La población negra, en peor situación que la hispana

 

La situación laboral de la población negra es peor que la de la población hispana, en la que la tasa de paro se encuentra en el 5,1%, con el 4,4% para los hombres y el 5,3% para las mujeres, mientras que los jóvenes hispanos entre 16 y 20 años soportan una tasa de paro más parecida a la de la población blanca que a la de la negra, con un 12,5%.

 

 

 

La población hispana, además, participa en el mercado de trabajo más que la negra y la blanca: un 66,4% de los latinos que habitan en EE.UU. son laboralmente activos, porcentaje que alcanza el 80,9% en el caso de los varones, frente a un 59,1% de las mujeres.

 

Los hombres latinos constituyen el grupo con mayor participación en el mercado laboral americano. La participación en el mercado de trabajo de los hombres blancos está en el 71,6%, frente al 68% de los hombres negros.

 

La minoría asiática de Estados Unidos es la que ha alcanzado una mayor igualdad respecto de la población blanca, a la que iguala en tasa de paro, con un 3,8%, y ello con tasa de participación en el mercado de trabajo un poco más alta, con un 64%.

 

A la vista de los datos, existe una gran desigualdad en el mercado de trabajo entre los diferentes grupos étnicos que componen Estados Unidos. Y esta situación aumenta su gravedad en un contexto en el que hay serias y fundamentadas dudas de que las políticas públicas, al menos las federales bajo el mandato de Donald Trump, puedan abandonar la ambición de la igualdad, el objetivo de borrar las diferencias raciales, sobre todo si la extrema derecha, uno de sus apoyos en las pasadas elecciones, continúa ejerciendo presión sobre la nueva Administración y ésta no le para los pies con una contundencia que hasta el momento no ha mostrado.   

 

 

Sígueme en twitter: @acvallejo

Más del autor

-publicidad-spot_img