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Mientras tantoEl monstruo ante el espejo

El monstruo ante el espejo

Cinesporas en el blogo aerostático   el blog de Federico Volpini

 

NOTA PREVIA para EL BLOGO AEROSTÁTICO

 

Instrucciones de uso

 

PERDONE USTED UN MOMENTO: ¿PODRÍA USTED DECIRME, ESTO, QUÉ ES?

 

Chamarilería: establecimiento en donde (compraventa u otro tipo de trueque) se intercambian objetos, de preferencia viejos, usados, olvidados.

 

Almacén de curiosidades: espacio en el que se depositan, para su posterior uso o distribución, rarezas que pudieran muy bien no parecerlo.

 

Chamarilería. Almacén de curiosidades. Eso son estos paseos por el tiempo. Invitación a abrir, una tras otra, las cajitas envueltas en el texto, que es para lo que el texto sirve. Calculamos que quien se suba al blogo, parándose en las fotos y explorando cada una de las cajas, empleará una media de veinte minutos, quizás treinta. Si merece o no la pena sólo lo sabrá después de hacerlo. Y, entonces, ya no podrá volver atrás. Lo malo de hacer una cosa cualquiera es que, después, no puedes no haberla hecho.

 

El viajero llega a la Isla de los Cíclopes.

 

CHAMARILERÍA. CAJA 1

 

ULISES Mario Camerini. 1954.

 

 

Polifemo: El de las muchas palabras. La palabra está al servicio de los dioses. Desde el inicio mismo de los tiempos. La prisa por preservarla en la escritura obedece a un motivo: los dioses son holgazanes. A quien lo tiene todo hecho regresar sobre ello le parece un esfuerzo tedioso. Y, luego, que la palabra solamente hablada, la memoria, no puede controlarse. La memoria no sirve mientras es lo que es y no lo que se quiere hacer de ella, cambiándola en el texto.

 

MAPA. Tapiz Alcáceres.

 


 

¿A quién pertenece la pintura? ¿Al dueño de la tela sobre la que se hizo, al que le puso un marco, a quien la pinta?

 

Una curiosa disposición: España vista desde África.

 

Odiseo, Ulises, nunca estuvo en África ni tampoco en España. Que se sepa. Hay una curiosa teoría esotérica que sugiere que La Iliada es, en realidad una catálogo de armas (los griegos, como niños, aprendiendo las cosas en cantinelas medidas a golpe de puntero) y, La Odisea, instrucciones para un viaje. Un viaje que se hizo. Un viaje que hay que hacer y que se indica. Ahí afirman que, siguiendo las jornadas del poema, exactamente, va el viajero topando con cada obstáculo que superó Ulises, Escila y Caribdis en Sicilia, hasta cruzar la Columnas de Hércules y llegar a Inglaterra. Las Casitérides, ricas en estaño, cuyo uso se inició hacia el año 2.000 antes de Cristo: no nacimos ayer. Sea de ello lo que fuere, este mapa, al revés sobre la perspectiva a la que estamos acostumbrados, nos devuelve al lugar desde el que se nos mira. Torvamente. Hoy. Cuando antes, igual, había más motivos.

 

FESTIVAL DE CINE EUROPEO DE SEVILLA (III)

 

HOJA DE RUTA. PLAN DE VUELO.

Sevilla. Gijón. Oporto. Albacete. Sitges. Sevilla Ulises. Gijón 55 días en Pequín. Oporto Los vikingos. Sitges Los amos de la noche.

 

Anochezco con ganas de hacer daño. Más que Ulises, me siento Polifemo.

 

CHAMARILERÍA. CAJA 2

 

THE SQUARE. Ruben Östlund. 2017

 

 

El salvaje es lo que permanece y, como no nos lo hemos puesto nosotros, como viene de antes, a lo que cada persona tiene miedo. Fascinado. La presa. Que ve cada persona en los demás pero intuye que es, cada persona. La presa: ustedes, yo, debe quedarse quieta. Es el mejor consejo. Parábola que incluye diferencias sociales (el cine de este reciente año: por ejemplo Life Guidance, Ruth Mader, 2017, o La vida lliure, Marc Recha, 2017, en el Festival de Cine de Gijón) y humor: multipremiada, The Square, en toda Europa. ¡Menos mal que no es la abominable Toni Erdmann! Mucho más interesante, The Square, la que nos regaló el año que acaba de salir.

 

En Sevilla se leen las nominaciones para premios del cine europeo.

 

ÁGAPE NOMINACIONES

 

 

Ocurre y no hay manera a de preverlo que las mejores intenciones dan malos resultados. El bien se convierte en mal. Y el mal, en animal. Toni Erdmann, por ejemplo: el mal de la edición pasada. Esta edición, The Square, que deja suelto al animal. En Toni Erdmann el animal era un peluche y el de los falsos dientes de monda de naranja un ser escatológico impulsado por sus ventosidades. No llegaba a Swiss Army Man, Dan Kwan y Daniel Scheinert, 2016, que cosechó también un clamoroso éxito, pero ambas compartían intenciones. ¡Una pena que el crítico Carlos Pumares no venga por Sevilla! Conforta, Swiss Army Man en Sitges, no ser la única persona que se va de la sala a media proyección. Hubiera necesitado de Pumares cuando nos perpetraron Tony Erdmann. Pumares, que tal vez se hubiese quedado, conmigo, hasta el final a ver The Square. ¿Quién podría decirlo? Al fin y al cabo, no son más que gustos, afinidades. O momentos: que la sesión nos pille bien dispuestos y no con la cabeza en otro sitio. Por eso las películas merecen que se las vea cuando menos dos veces. Y, a Pumares, las veces que haga falta. Ese amigo que es útil porque lo que le gusta es lo que a ti te gusta. Y ese amigo que es útil porque, si le ha gustado, mejor no vas a verlo. Siempre acierta. Señale al Norte o apunte al Sur la brújula. Y, luego, lo mejor que dan los Festivales: la posibilidad de ver películas de las que ignoras todo: basta con no leer la información. Entrar, como en la vida, sin saber qué te espera. Las sorpresas.

 

CHAMARILERÍA. CAJA 3

 

MADAME HYDE. Serge Bozon. Francia. 2017

 

 

¿A quién no le gustaría encontrarse, al abrir una caja, 100.000 voltios? ¿Y encontrarte a ti dentro? Eso no te lo esperas, lo demás, sucedáneo. Madame Hyde: el otro yo de la profesora Marie Géquil, que galvaniza al alumnado, justo lo que hoy se necesita.

 

Del mito de «Mr. Hyde» los franceses son público adicto.

 

CHAMARILERÍA. CAJA 4

 

LE TESTAMENT DU DR. CORDELIER. Jean Renoir. 1959

 

 

Más aún que Fredric March, El hombre y el monstruo, Rouben Mamoulian,1931, o que el Spencer Tracy de Dr. Jekyll and Mr. Hyde, Victor Fleming, 1941, fascina, en sus andares, en su ataque, en su transformación, Jean-Louis Barrault, Le testament du Dr. Cordelier, que dirigió Jean Renoir para la televisión.

 

CHAMARILERÍA. CAJA 5

 

EN ALEMÁN, PARA QUE LA TRANSFORMACIÓN SEA COMPLETA


 

El mal que reside en nosotros y que compensa de una mala mañana, de una noche sin sueño por culpa de la fiesta del vecino, de las humillaciones cotidianas. Los vengadores justicieros, El Zorro, El Coyote, El hombre Enmascarado, Charles Bronson librado a sus instintos, el bueno de Vin Diesel: no existen. No están a nuestro alcance. Opale sí. Y Mr Hyde. Los tenemos a mano. Basta convocarlos. Sin pócimas ni ungüentos: dejándose llevar.

 

Hagamos lo que pedía Sócrates: conozcámonos a nosotros mismos.

 

CHAMARILERÍA. CAJA 6

 

SPLIT. Night Syamalan. 2016

 

 

De Split, que aquí se llamó Múltiple, lo primero que viene a la cabeza es esa música (escúchese de nuevo el principio del tráiler: muestra, extracto).

 

CHAMARILERÍA. CAJA 7

 

LA MUERTE TENÍA UN PRECIO. Sergio Leone. 1965

 

 

La música: la misma.

 

Otra cara del mal: plagiar sin que el rubor altere nuestros rasgos. Cuajojeta, impunidad, que es la sanción ajena. Split asusta, sí. Identidad indecisa. West Dylan Thordson, el autor de la música de Split y Ennio Morricone. Jekyll y Hyde. A ratos. Doble personalidad. Personalidad múltiple. Dividida.

 

El doctor Jekyll era Géminis.

 

CHAMARILERÍA. CAJA 8

 

(Como las imágenes, cierto, acompañan bien poco a Gemini de The Animals, quien vaya a abrir esta caja puede también, en tanto escucha la canción, hacerse la comida consultando Instrucciones para abrir una lata: diecisiete minutos, lo que la canción dura). 

 

ERIC BURDON & THE ANIMALS. Gemini

 

 

En realidad, el Dr. Jekyll no era Géminis: lo Géminis es muchos, pero no se molestan los unos a los otros. No era el Dr. Jekyll Géminis, sino Piscis: dos peces que nadan en distinta dirección y, al menos uno de ellos, con daño para el otro. La Astrología vale, si vale, sólo para esto ¿no piden recuperar la religión como asignatura curricular en los colegios? Jekyll y Hyde. Transmutación. La luna. El Hombre-lobo.

 

CHAMARILERÍA. CAJA 9

 

SARAH PLAYS A WEREWOLF. Katharina Wyss. 2017

 

 

Sara interpreta a un “hombre lobo”: no tiene femenino el licántropo. El oficio no estaba pensado para ellas. Mujer-lobo en Suiza. ¿Podría hacerse una película?: se ha hecho. Una inquietante, bien llevada, angustiosa propuesta. Los problemas que trae uno consigo. Abuso, resistencia, quiebra. El desdoblamiento sobre un escenario no remedia el desgarro interior. Al final, pasa mucho: Corazón puro (Roberto de Paolis, 2017), Thelma (Joachim Trier, 2017), los  lobos son los padres. Tiempo para licántropos.

 

En Radio 3, de Radio Nacional de España, por los años 80 del pasado siglo (suena igual que decir: “hace treinta y tres años”), se dio un Curso de Licantropía Aplicada.

 

DIPLOMA

 

 

Creó el curso, para el programa Sólo sé que noche nada, Carlos López Tapia y lo estuvo impartiendo, Carlos López Tapia, hasta completarlo, noche a noche, una por semana. El diploma, diseñado y dibujado por El Soso Cáustico, nunca llegó a entregarse: salió tarde de imprenta. Las imprentas son, a veces, el Hyde de las publicaciones. Y luego no encuentras de ellas nada. Éste es, por cierto, un momento excelente para que reclamen el diploma aquellos que escaparon de la bala de plata.

 

El lobo en casa.

 

CHAMARILERÍA. CAJA 10

 

BAJO LA PIEL DEL LOBO. Samu Fuentes. 2017

 

 

Bajo la piel del lobo, que se la puso también y se cobrará asimismo allí, el Festival Internacional de Cine de Gijón.

 

LOS FALLOS DE LA VERSIÓN SUBTITULADA

 

Wolves are always aware: los lobos siempre son listos. “Ser” y “estar”: significan, en castellano, dos cosas diferentes. “Preparados”, que es “listos”; y “listos”, que no siempre se traduce “preparados”, como “listos” no se traduce siempre “inteligentes”. ¿Qué más da? ¿Qué más da sobre todo –por encima de las otras cosas- o sobretodo –una prenda de ropa-? ¿Qué importa que “evitar que no hicieran” signifique justo lo contrario que “evitar que hicieran”? ¿A quién le importa eso? ¿A quién le importa que los lobos, lo que nunca será la mayoría, siendo minoría, se coman a los corderos? A los corderos no les importa, no: votan eso. A los lobos aún menos. Quitándonos el habla, pervirtiendo los significados, el lobo ha devorado ya lo que el cordero no va a ser ni capaz de expresar y, sin poderlo decir, ¿cómo comunicarlo? Si la batalla se da en el conocimiento, el lobo es tan astuto que hasta renuncia él al saber, con tal de que no lo adquieran los corderos.

 

Un lobo que trabaja todo el tiempo. Que no se sabe, él, animal: Bajo la piel del lobo, de Samu Fuentes. Pareja de una oveja que se le muere de ignorancia, lobo bueno, bestia, sencilla bestia; y presa, de otra oveja, en la misma ignorancia, que da pena por no haberle enseñado y se hubiera podido: el lobo aprende. Jeremiah Johnson en el norte de España. Samu Fuentes relega el personaje al gruñido y deja que ellas digan lo que haya que decir.

 

CHAMARILERÍA. CAJA 11

 

JEREMIAH JOHNSON. Sidney Pollack 1972

 

 

Siempre que se ve Las aventuras de Jeremiah Johnson, magnífica película, cabría preguntarse: “el tipo, ¿hablaba?” –aunque bien verdad es que Jeremiah Johnson, Robert Redford, nos parece la versión ilustrada de Chris McCandless (Emile Hirsch en Into the Wild, de Sean Penn, 2007: Hacia rutas salvajes), al que le faltan, a McCandless, todos los hervores; y otra cosa, también, Zachary Bass, Richard Harris (El hombre de una tierra salvaje. Richard C. Sarafian. 1971), que sobrevive porque puede y puede porque sabe-. Es lo del perro que, si pudiera hablar, resumiría su discurso en “tengo hambre” y “dame de comer”. Igual por eso no habla el perro. Muerde. Que duele menos.

 

El peligro se expresa en la palabra. Y sucede en la calle.

 

Sevilla es peligrosa. Se quejan los ciclistas de que los automóviles, en carretera, los van asesinando. En Sevilla, en la acera, a poco que uno se descuide, los ciclistas se vengan sobre los peatones.

 

CAZA AL PEATÓN

 

 

Estos, ciclistas, alejándose ya, hoy no han cobrado pieza. Saldrán mañana. El peatón no tiene otro remedio que cruzar. Hay pasos señalados. Uno de los peores: saliendo del hotel para llegar al cine.

 

AL CINE

 

 

Hoy hizo un año ayer, cuando llovía. Librado a sus instintos, no es el conductor, no es el ciclista: el hombre mata.

 

CHAMARILERÍA. CAJA 12

 

EL SACRIFICIO DE UN CIERVO SAGRADO. Yorgos Lanthimos. 2017

 

 

Criaturas.

 

La familia es la hipertrofia del escalafón: gente que ejerce un poder porque ha llegado antes. Sin ningún otro motivo que lo avale. ¡Y te aguantas! Ríete tú del rey, la monarquía. El rey, que tampoco se elige y que puede salirte bueno o malo, pero rey en cada uno de los casos, ejerce de puertas para afuera: no vigila, no ordena tus veinticuatro horas, no entra en tu intimidad y en ella impone cuanto al poder le parezca aceptable. La familia, otra cosa, criterio que, también, puede ser bueno o malo, pero fluye, exclusivamente, de los padres, queda dentro. Del padre más, que hay quien se escandaliza si le dices que es sexista hasta el lenguaje y transmite valores ante los que la criatura está indefensa. El lenguaje, como (más que) la religión y la familia, son instrumentos precisos, que penetran, seccionan, mutilan, abren la puerta a una invasión asimilada y cierran la salida: sutura –siempre- en falso. Está quien sobrevive y están los que se pudren. Desde dentro. Y están a quienes no les da tiempo a pudrirse. Al ciervo se lo caza porque es ciervo. Y se lo sacrifica porque no es ciervo el otro. Es uno ciervo un día y cambia radicalmente su percepción acerca de los ciervos. “Aparta de él este cáliz” es lo que pide el vino, mucho más que la boca. Nadie quiere que a una/uno se loa beban. Pero nadie pregunta. Nadie de los que beben.

 

Ni Canino (Lanthimos, 2009), ni Langosta (Lanthimos, 2015): el Ciervo, en Sitges, en Sevilla. Pero esto es personal. Como todos los gustos. Como las opiniones. Y el misterio reside en no imponerlo.

 

Poco partidario de la religión, la patria, la familia: a veces, creador, si me doy la razón, me creo un monstruo.

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