Como sabéis, o deberíais saber, vivo en Burkina Faso, “País de los Hombres Íntegros” desde hace casi 9 años.
Era un país tranquilo, para lo que es África en general, hasta hace poco: ni guerras, ni guerrillas, ni casi violencia (como en cualquier otro lugar del mundo) por la sencilla razón de que no tiene petróleo, ni diamantes, ni coltán, ni nada que pudiera suscitar luchas por el control de los recursos.
La contrapartida era ser el 4º país por la cola en el Índice de Desarrollo Humano que publica anualmente la ONU.
Así que Dios, que todo lo puede (Allah en este caso), había regalado a Burkina Faso el paraíso de la miseria, pero gracias a sus seguidores más radicales (Allah confunda sus lenguas con sus anos) se ha convertido en un pequeño infierno en la tierra, sin tener que esperar a pasar a mejor o peor vida.
Cosas de la religión, de los dioses, parece que fuéramos para atrás en la Historia, aunque en el fondo no son más que la coartada para poder perpetrar todo tipo de tropelías.
Me temo que el mundo ha ido a peor con la caída de la URSS, roto el equilibrio de las súper potencias, y el imperio del mal apoyó y creó los talibanes pastunes y Al Quaeda para acabar con el régimen prosoviético en Afganistán con las consecuencias terribles conocidas.
De la misma manera las potencias occidentales decidieron acabar con regímenes que les eran tan poco gratos como muy deseables sus recursos naturales o situación estratégica.
Especialmente Irak, Libia, Siria, destrozando por completo esos países y dejando la muerte y desolación a su paso. Amén de fomentar el integrismo religioso, el fanatismo.
Con Burkina Faso he podido comprobar en estos 9 años el crecimiento imparable del wahabismo, corriente radical del Islam, apoyada y financiada por la dinastía saudita.
Invitan a Imanes burkineses a la peregrinación a La Meca a cambio de permanecer allí un tiempo y adoctrinarles convenientemente.
Cuando llegué a Burkina Faso nunca vi en mi ciudad, Ouahigouya 3ª en población del país, ningún niqab (vestimenta para las mujeres que sólo deja ver los ojos), sólo se veían hijab (velo sobre el pelo). Ahora hay a montones.
Velos islámicos. A mí los dioses que insisten tanto en la moda me dan mal fario
Wahabita es a musulmán como un nazi violento del Frente Sur a mi padre, hombre tranquilo y pacífico.
A peor, el mundo va a peor, me temo.
No sé quién dijo que los 2 peores azotes de la Humanidad son las religiones y los nacionalismos. Y si no lo dijo nadie, lo digo yo, aunque no tenga ninguna credibilidad.
En el caso del Islam van sobrados: su figura principal, inventor del mismo, Mahoma, el Profeta (tanto olvido lleves como violencia has dejado) era un rijoso pedófilo.
Como todo el mundo sabe, o debería saber, una de sus numerosas esposas, Aicha, su favorita, tenía 6 años cuando se casó con ella y 9 años cuando la desvirgó, dejándola incapacitada para tener hijos.
(Si queréis saber más os recomiendo un buen estudio: “Las Mujeres del Profeta”, de Felipe Maíllo Salgado, catedrático de árabe y muy bien documentado).
Esto de ser mujer y ser musulmana me recuerda al típico judío que venera a Hitler.
Pero como decía Einstein “sólo hay 2 cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana, pero de la primera no estoy seguro”.
De los nacionalismos mejor no hablar que es un tema de candente actualidad en España.
Ya sé que me diréis que todo este prólogo está de más porque todo el mundo sabe, o debería saber estas cosas, pero…
En 2 años, hemos pasado en Burkina de paraíso a infierno, como del rosa al amarillo, o de niña a mujer, o de Boston a California, o de Málaga a Malagón…
Patrás, en todo caso.
Hace casi 2 años, 16 de enero 2016, éste es un post conmemorativo, se produjo una matanza en Ouagadougou, la capital, con 26 muertos, en la que me salvé por escasos minutos.
Ese mismo día secuestraron a un matrimonio octogenario que dirigían desde hace más de 30 años un hospital en Dori no muy lejos de la ciudad donde vivo. A la mujer la soltaron al cabo de unas semanas, pero el doctor lleva ya 2 años secuestrado.
En 2010 secuestraron a 3 españoles de una caravana de fina burguesía solidaria y los liberaron con la mediación del entonces Presidente de Burkina Faso.
Según se ha sabido después el Gobierno español pagó por su liberación 12.700.000 €.
Una bonita cifra para poder comprar más armas y seguir creando el terror.
Lo dije entonces, lo escribí, y lo sigo manteniendo: ni un solo € por mi vida.
Lo dice la canción: La vida no vale nada.
Y un año después otra matanza en otro restaurante, Aziz Istanbul, de la capital a escasos 200 ms de Cappuccino, en la misma avenida.
Este atentado ha tenido más ‘gracia’ si es que estas cosas tienen maldita gracia.
De los 18 asesinados había 2 cheiks de Emiratos Árabes y 2 imanes wahabitas. Nadie ha reivindicado el atentado (¡menuda cagada!) y se llegó a especular sobre si había sido un ajuste de cuentas entre los hombres de Dios (en este caso Allah), pero parece que no, simple casualidad (los caminos del Señor, Allah, son inescrutables y no ha salido la actualización de Google Maps para orientarse).
Mejor para ellos que ya estarán disfrutando de Dios, Allah evidentemente, y de las huríes que les toquen en reparto.
Después de los atentados del 2016 se extremaron las medidas de seguridad en todo el país, sobre todo en lugares con más presencia de expatriados (blancos).
Bueno no se extremó ninguna seguridad, pero se hizo todo más coñazo.
Aparte de colocar policías con sus Kalashnikov en las entradas de hoteles y restaurantes, con arcos de seguridad, revisión de maletas, bolsos y bolsillos.
Vamos que tomarte una cerveza en según qué sitios era un coñazo.
Cuando reabrieron el restaurante Cappuccino no me dejaron entrar una vez porque tenía un mechero metálico. Patético.
El país de los ‘hombres patéticos’ y las fuerzas de seguridad es que lo bordan: verdadero ‘orgullo’ de los ‘hombres íntegros’.
No hay quien dé más.
Unos días después de la matanza de 2017 salía una entrevista del propietario del restaurante en que lo denunciaba bien clarito:
“Cuando las cosas han comenzado, los policías fueron los primeros en huir”
En total 5 policías, 2 en la entrada del restaurante y 3 en la acera de enfrente.
‘Pies para qué os quiero’, debieron pensar, y pusieron pies en polvorosa.
Me imagino que hasta tirarían los AK47 para poder ir más ligeros y no fueran a pensar los terroristas que les iban a hacer frente.
Como decía el propietario:
“Si hubieran intentado responder al ataque, no habrían matado a tanta gente. Como huyeron pudieron entrar en el restaurante sin problema”
Hasta aquí los atentados que salen TV, periódicos, incluso en España, pero desde hace 2 años casi todas las semanas se producen asaltos o enfrentamientos.
Pocos muertos cada vez como para que salgan en la TV o diarios salvo en Burkina Faso y no lo sacan demasiado porque es mala propaganda para el Gobierno, que tiene, prácticamente, abandonado el norte de Burkina Faso, sobre todo el Sahel.
Ni va el Ejército, ni envían fuerzas para intentar recuperarlo. No hay dinero y sin que les paguen bien nadie va a ir, ni de visita.
Todos son muy patriotas, ¡Patria o Muerte!, pero sólo de boquilla. Prefieren elegir susto.
‘Ve tú que a mí me da la risa’, como en el chiste.
Los terroristas se han centrado en la educación y han comenzado a atacar escuelas y matar profesores que enseñaban en francés. La orden es terminante: sólo enseñar árabe y el Corán. Como todos sabéis, o deberíais, el Corán sólo se puede cantar, porque se recita cantando como seguramente sabéis,, de esto no me cabe duda, y en árabe.
Muchos lo cantan de memoria sin comprender, pero eso lo entiendo que yo me sabía de memoria todas las canciones de los Beatles.
Lógicamente, después de unos cuantos muertos los profesores han abandonado las clases, incluso las aldeas y la zona.
Así que ya no hay enseñanza en el norte de Burkina Faso. Simple y llanamente.
Y el Gobierno incapaz de hacer nada, salvo visitas esporádicas de algún ministro para dar ánimos y decirles que resistan, pero ellos van y vienen en el día.
Es terrible.
En lo que a mí respecta, supongo que sabéis, o deberíais saber, que tengo una Biblioteca OLVIDO, centro cultural y de formación y algunas de las actividades que hacemos es ir a proyectar películas a las aldeas para niños y para mujeres. Y aprovechamos para llevarles ropas o regalos que traemos en contenedores.
Pero ya no salimos hacia el norte, sólo aldeas que están cerca de la ciudad o bien hacia el sur y que estén cerca de la única carretera asfaltada.
Y no se soluciona el problema con no ir yo, porque también matarían a los empleados burkineses de la biblioteca.
En todo caso siempre me llevo la escopeta y la pistola que tengo, por si vinieran a por nosotros que podamos darles también nuestro Salam Aleikun.
Desde hace 2 años me ha inquietado mucho la posibilidad de que vinieran a secuestrarme a casa.
Sería lo más lógico: un secuestro es un buen negocio.
Saben dónde vivo, dónde trabajo y mis rutinas.
En todo Ouahigouya, más de 130.000 habitantes, no somos más que 5 blancos viviendo más o menos permanentemente.
El resto de médicos, enfermeros, que vienen a operar nunca están más de 2 semanas.
Así las cosas he imaginado todo tipo de planes por si vinieran por la noche a buscarme.
Eso me ha comido el coco meses y meses de dormir mal y tener infinidad de pesadillas al respecto. Siempre acababan mal para mí o tenían toda la pinta.
En el mejor de los casos conseguía herir a algún djihadista, pero yo palmaba o se me atascaban mis armas.
Y entonces se produce el ataque a KOUMBRI
Veo en el periódico que han atacado la Gendarmería de Koumbrí, una aldea a poco más de 20 kms de Ouahigouya y donde ya había estado en 2 ocasiones haciendo proyecciones de cine.
Nada especial dice el periódico: han quemado la Gendarmería pero no ha habido que lamentar muertos ni heridos. Bien.
La noticia aparecida en prensa digital (normalmente en los diarios en papel no aparece más que un pequeño suelto, ni fotos ni nada)
Pero mira tú por dónde una persona amiga, que es de Koumbrí, me narra los hechos.
Cuatro hombres con turbantes en 2 motos le preguntan a una chica que está sacando agua de un pozo si les pueden indicar dónde está la Gendarmería (para que comprendáis mejor, en las aldeas de aquí las casas están muy separadas unas de otras, con terrenos de cultivo, que casi ni se ven; no es como los pueblos concentrados de casa y calles como en Europa).
Me imagino el diálogo:
—E veu quibaré.
Algo así como:
—Buenos días.
—Buenos días, contestaría la chica.
—¿Cómo estás?
—Bien, gracias; ¿y usted?
—Muy bien, ¿y la familia?”, etc., etc.
Aquí se pregunta por todo eso y más:
—¿Podría decirme dónde está la Gendarmería?, preguntará el terrorista.
—Por allí, contesta la chica indicando la dirección aproximada que tampoco es seguro que haya un sendero que esté marcado para poder seguir.
—¡Gracias, à bientôt!
Y parten los djihadistas resueltos a glorificar a Dios (Allah, si personalizamos).
Pero hete aquí que no encuentran la Gendarmería y se paran al lado de unos chavales cuidando unas cabras para repetir las salutaciones y el recabo de mejor orientación geográfica (debo aclarar que Google Maps está en Burkina Faso tan en mantillas como lo de los caminos del Señor, aunque esto es más normal porque además de inescrutables son infinitos).
Los chavales, que son más avispados se dan cuenta de que llevan colgados a la espalda los AK47 y se temen lo peor o al menos lo regular, que no vienen a renovar la pièce d’identité, que no son gestiones que se puedan hacer en una aldea, y deciden indicar a los terroristas en dirección contraria a la Gendarmería.
Y cuando éstos se van salen corriendo a la Gendarmería a dar el queo a los gendarmes.
No me quedó claro si los gendarmes, en número de cuatro se deshicieron en gratitud ante los cívicos chavales pero se desmembraron en salir escopetados dejando todo tal cual en la Gendarmería, armas incluidas.
Finalmente los terroristas consiguieron encontrar la Gendarmería y se llevaron lo que pillaron y lo demás lo quemaron (dice el periódico que los neutralizaron después en un control aunque escaparon pero dejaron todas las cosas, motos, armas, etc, pero no es cierto. Lo dicen por no quedar muy mal).
Cuando me enteré me sentí aliviado.
Con un terrorismo de perfil bajo como éste me da por pensar que podría salir bien parado de un intento de secuestro.
Desde luego si son terroristas con ese nivel de preparación y de organización lo mismo puedo con ellos.
De hecho he soñado en 2 ocasiones con que venían y los ganaba, a unos los mataba y a otros los hería y hacía presos.
Y salían en periódicos y televisiones mis 2 minutos de gloria (ó 30 segundos, lo que me dejen).
Ya no son pesadillas sino dulces sueños.
Tampoco habrá que confiarse.
Pero de las 4 cosas que todo hombre debe hacer en la vida lo mismo acabo por cumplir la cuarta: matar a un terrorista.
Y todos con Dios, el que corresponda.