“Recogimiento, estiramiento, torcedura, tensión, distensión, relax… son las adjetivaciones de una corporalidad que no quiere dejarse poseer, es decir, la aparición de un yo huidizo, de un yo que se espanta y nos espanta”. Y es la de Daniel Verbis, una pintura que se repliega, que se acumula, que se concentra y esa es precisamente la esencia de su próxima exposición a orillas del Guadalquivir. La Galería Rafael Ortiz acoge este mes de junio Histeria animal. “Si la pintura de Bacon nos recuerda que el rostro humano todavía no ha encontrado su cara, la de Verbis grita hacia dentro una convicción: la pintura al encogerse animaliza como un cuerpo histérico”, dice David Barro sobre él.