Los pobres no son pobres por decisión propia. Sin embargo, existe el prejuicio de que es así. Un convencionalismo que está llevando a muchos Gobiernos a tomar medidas bien para, supuestamente, motivarles a salir de la miseria, bien para apartarlos de las ciudades y evitar que con su presencia empañen la limpieza y el buen orden.
La relatora de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos y la extrema pobreza, señala que, en realidad, ese prejuicio, sólo está sirviendo para castigar más a los pobres y segregarlos de la sociedad.
En una entrevista con Radio Naciones Unidas, Magdalena Sepúlveda, comenta algunas de esas medidas.
Duración: 5’00”
Producción: Antonio Lafuente