Los coches grandes, imponentes, de colores chicle –impensables ahora– son iconos a gran depresión estadounidense de los años 30. Elliott Erwitt los fotografió entonces y podemos verlos ahora en una exposición en París que recoge el trabajo de varios artistas siempre en ruta. También los viajes por Estados Unidos de Robert Frank o Simone Kappeler tienen un hueco en la muestra. Si para Jason Langer o Andreas Fux los coches son elementos de una visión elegante de la época, Xavier Dauny los convierte en un cuestionamiento conceptual del paisaje. Y es que pasen los siglos que pasen siempre serán símbolo de la velocidad, el poder y la libertad individual.