Desde que Mario Vargas Llosa calificase en 1990 al sistema político mexicano como “la dictadura perfecta”, la frase ha hecho carrera en el país norteamericano como un garante de polémicas. Este año le ha tocado a una exitosa y controvertida película del cineasta Luis Estrada con ese título estrenada en octubre. La crítica al autoritarismo, la manipulación y la concentración de poder apunta esta vez a los medios, a los que retrata conchabados a la clase política. La cinta está haciendo taquilla en México.