Esta obra demuestra la vigencia del hipertexto, como medio literario en el nuevo soporte de la pantalla. Frente al hipervínculo que dirige al usuario a contenidos multimedia, el hipertexto coordina lexías, núcleos textuales que conviven en simbiosis dentro de un ecosistema (la obra). En el cuento hipertextual de Remírez, realizado especialmente para Frontera D, priva lo literario y se trasladan a la pantalla técnicas de la novela clásica, combinadas con los enunciados de Deleuze y Guattari sobre la estructura de rizoma.
El lector se encuentra, en un primer nivel de lectura (se hace necesario obviar el juego de botones “seguir/info”) con una carta de Eugenia Vilasans, que se superpone a una fotografía en sepia de ella. La carta fue escrita en 1926 y permaneció escondida hasta que muriera la autora, quien confiesa la historia de su adulterio. Después de esta introducción, un link invita a acudir al escritorio de Vilasans para recomponer la historia, en donde se exponen, a modo de papeles sueltos, los fragmentos dispersos. La imagen resulta una buena metáfora del hipertexto. Postales, recortes de periódicos, hojas de diarios personales con diferentes fechas, cartas del amante, conforman la trama. Un relato epistolar que debe ensamblarse con un puzzle. En esta obra, el autor demuestra su agilidad narrativa para la forja de personajes y el discurso fragmentado.
Félix Remírez ha desarrollado obras de ciberliteratura como Trincheras de Mequinenza y Una contemporánea historia de Caldesa, elegidas para el recopilatorio de la Biblioteca Cervantes Virtual. Mantiene el blog Biblum literaria y colabora con el blog Literatura electrónica desde donde reflexiona con independencia sobre las nuevas tendencias de la literatura digital, sus soportes y el mercado.
Doménico Chiappe