El nuevo eslogan de Unidas Podemos es el mismo que el de una famosa colonia que decía: “Vuelve el hombre”. Es todo un poco confuso. Un partido político que cambia el “Unidos” por el “Unidas” y luego recurre al hombre, a Él, para anunciarse. VuELve Pablo, el hombre, y lo dicen como si regresara de la tragedia de los Andes y no de una baja por paternidad. Es como si trataran de encontrar una desesperada (y antaño exitosa) épica de supermercado, que es donde se encuentran esa clase de eslóganes, donde se puede adquirir esa colonia tan conocida de la que hablo por un módico precio y dónde dice vestirse Pablo Iglesias, el hombre y única bala (el hombre bala) de Unidas Podemos. Cómo ha podido cambiar tanto ese hombre arquetípico de la colonia al que todos hubiéramos creído reconocer a pesar de no haberlo visto nunca es un misterio para mí. Quizá debería ponerme a buscar una respuesta en el tenebroso significado de heteropatriarcado, por ejemplo, o en la frondosidad salvaje de la coleta o en la razón de ser del color morado. El caso es que, ahora que lo pienso, en el anuncio de colonia sólo salía una mujer vestida de cuero que de repente mostraba casi violentamente su escote. Ella se detenía y decía: “Busco a X”, en actitud inequívoca. Ese “VuELve” del cartel de Unidas Podemos es el “Busco a Pablo”. Vuelve el hombre. Y Pablo Iglesias es el hombre. Ese hombre. Fue siempre ese hombre al que sólo hubiéramos buscado entre determinados hombres del mundo, un cambio de paradigma mucho más profundo de lo que parece. Sí, ese hombre al que buscaba aquella pobre mujer sometida y desesperada era Pablo.