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Mientras tantoBordar un mandala estilo kantha

Bordar un mandala estilo kantha


 

Febrero me trajo el deseo de bordar diseños con puntada de hilván o bastilla, al estilo del kantha propio de Nepal y la India. En particular, quería bordar un mandala sobre una blusa de manta. Aquí les cuento el proceso, aún inconcluso, de este proyecto.

 

Dibujar un mandala estilo kantha

 

Armada de compás, estuche de geometría, regla con círculos y demás instrumentos de dibujo, tracé bocetos de mandalas para ser bordados a pura puntada de hilván (running stitch, en inglés). Esto significa, mandalas hechos con líneas discontinuas (imitando con el lápiz el trazo del hilo sobre la tela) según las combinaciones de puntadas propias del kantha. Aquí les presento el boceto con el que me quedé.

 

 

En esta fase del proceso me di cuenta de que antes de bordar con hilván, me gusta dibujar con hilván. Me resulta muy útil para tener una idea precisa de qué puedo hacer sobre la tela, aunque no siga al pie de la letra el boceto planteado.

 

Trazar el dibujo en la tela

 

En realidad, cuando trazo el dibujo en la tela, el boceto en papel solo me sirve como guía. Dibujo a mano alzada (con ayuda de instrumentos) sobre la tela directamente usando un lápiz o un plumón lavable.

 

En este caso del mandala, definí el área de la blusa en que haría el bordado (un cuadrado en la pechera), tracé una línea en el centro y coloqué el compás en el centro imaginario de mi mandala. Con un lápiz de yeso color rosa, especial para tela, hice varios círculos concéntricos imitando las distintas capas del diseño original.

 

Luego, he ido trazando el dibujo a medida que voy bordando. Esto significa que no tengo un dibujo completo sobre el que bordo desde el principio. El dibujo de referencia es el de la libreta.

 

Seleccionar los colores

 

La siguiente decisión que debo tomar es qué colores usaré en el proyecto. Para este mandala escogí siete tonos otoñales; la tela de fondo es manta de color crudo. Debo decir que la escogencia de todos los colores suele ocurrir una vez comenzado el proyecto.

 

En este caso, primero escogí un color para el borde del cuadrado-pechera de la blusa (el DMC 435 de la foto); luego vi qué tonos combinaban con este y los puse todos juntos. La decisión de qué parte del mandala va en cuál color la voy tomando sobre la marcha.

 

 

Aquí quiero hacer un paréntesis y contarles que he tenido la tentación de tomar un curso de Doméstika titulado «Teoría del color para proyectos textiles» que ofrece la bordadora y diseñadora chilena Karen Barbé. Llevo algunos días considerándolo pues creo que me podría dar más luces para armar paletas de color para mis bordados.

 

Bordar (hoy sí)

 

Busco la aguja ideal para bordar hilván (una de sashiko que guardo en mi cuaderno azul para agujas) y la enhebro con hilo verde olivo (DMC 3012) para comenzar con la hélice o flor central del mandala. Luego elijo el hilo café (DMC 838) para bordar una flor de óvalos en la siguiente capa.

 

 

Sigo con un tono rosa pálido (DMC 224) para una franja de líneas de hilván escalonado. Trazo unos triangulitos (nada perfectos) para bordarlos con dorado (DMC 832) y decido rematarlos con líneas y copitas azules (DMC 3808). Y sí, todo hasta el momento es puro hilván.

 

 

Y luego de trazar unos pétalos redondeados y de bordarlos con morado (DMC 3740), llega el momento de repetir los colores: verde, azul… ¿qué más haré? Cada vez que veo un círculo más es el momento de decidir.

 

 

Cuando termine la blusa, la mostraré aquí mismo. Así está el bordado hasta este momento en que publico.

 

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