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ArpaEl segundo advenimiento

El segundo advenimiento

 

El segundo advenimiento (William Butler Yeats)

 

Este poema de William Butler Yeats fue escrito hacia 1919 y publicado en 1921. Los acontecimientos que lo inspiraron fueron la Revolución Rusa y el inicio de la guerra civil irlandesa (entre los partidarios del IRA y los independentistas moderados que aceptaron un acuerdo de paz con Inglaterra y la pérdida del Ulster). Yeats se alineó con las nuevas autoridades del Estado Libre Irlandés y llegó a ser elegido senador del nuevo Estado. Como senador, presidió el comité que eligió el diseño de las monedas irlandesas, que desde entonces fueron las más bellas de Europa, y luego defendió –en vano- la ley del divorcio. Yeats también dirigió la comisión que investigó el estado calamitoso de la enseñanza pública, lo que le inspiró el poema Among School Children.

 

El segundo advenimiento es un poema que juega con la simbología un tanto abstrusa de los giros –la espiral incesante que mueve la historia, según las teorías un tanto estrafalarias de Yeats-, y que también incorpora el confuso ideario ocultista que sedujo a Yeats y que alguna vez soñó con imponer como alternativa al cristianismo -la “escabrosa bestia que se arrastra hacia Belén para nacer”-. Pero lo importante de este poema es su descripción de un mundo que desaparece cuando aún no se sabe qué le va a sustituir.

 

Este poema se ha convertido en un clásico del pensamiento político. El profesor Arthur Schlesinger, que fue uno de los asesores del círculo privado de John F. Kennedy, lo usó para un capítulo de su libro The Vital Center. Y, en los primeros tiempos de la invasión de Irak, un informe del Departamento de Estado iba encabezado con una cita de este poema: “Todo se desmorona, el centro cede”.

 

 

 

EL SEGUNDO ADVENIMIENTO

 

Dando vueltas y vueltas en la espiral creciente

no puede ya el halcón oír al halconero;

todo se desmorona; el centro cede;

a anarquía se abate sobre el mundo,

se suelta la marea de la sangre, y por doquier

se anega el ritual de la inocencia;

los mejores no tienen convicción, y los peores

rebosan de febril intensidad.

 

Una revelación se aproxima;

se aproxima el Segundo Advenimiento.

¡El Segundo Advenimiento! Lo digo,

y ya una vasta imagen del Spiritus Mundi

turba mi vista; allá en las arenas del desierto

una figura con cuerpo de león y cabeza de hombre,

una mirada en blanco y despiadada como el sol,

mueve sus lentos muslos, y en rededor planean

sombras de airadas aves del desierto.

Cae la oscuridad de nuevo, mas ahora sé

que a veinte siglos de obstinado sueño

los meció una pesadilla en su cuna,

¿y qué escabrosa bestia, llegada al fin su hora,

se arrastra hasta Belén para nacer?

 

                              WILLIAM BUTLER YEATS

 

Versión de Antonio Rivero Taravillo

 


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