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Mientras tantoDeconstruyendo el Cuestionario Proust: Raquel Lanseros

Deconstruyendo el Cuestionario Proust: Raquel Lanseros


 

«Nací en el sur de Europa, (Jerez de la Frontera, 1973) donde todos los pueblos se quedaron / soy hija del camino, el azar y la distancia…». Es Matria, de Raquel Lanseros, la gran revelación poética del año. 200 críticos de más de 100 universidades (Harvard, Oxford o Columbia, entre otras) la han elegido la poeta más relevante en lengua española nacida después de 1970. De la mano de la poeta y traductora distinguimos entre lo que es importante, pero no determinante, y lo que es esencial. Mientras, observa el mundo exterior del que se enriquece, se sorprende y, a veces, se esconde pero para plasmarlo trabajando a pleno rendimiento. Un cerebro el de Raquel de poeta inconformista. La autora de Leyendas del promontorio (2005), Los ojos de la niebla (2008), Croniria (2009) o Las pequeñas espinas son pequeñas (2013), huye de prejuicios, etiquetas y batallas inútiles y desde la palabra mira el territorio de la infancia, el presente y el futuro. Busca un mundo sin otros héroes más que los de carne y hueso. Las preguntas se apilan sobre las ganas de saber y su cabeza es un enjambre de citas, versos, autores, conversaciones, miradas, voces… Escribir, como decía Ana María Matute, «es como una cacería, a veces hacia uno mismo y, en general, hacia la vida, hacia el entorno, hacia el ser humano».

Doctora en Didáctica de la Lengua y la Literatura, Máster en Comunicación Social y Licenciada en Filología Inglesa de su trabajo como traductora destaca su versión rimada de los poemas de amor de Edgar Allan Poe, publicada en España con el título Poemas de amor o su traducción de una selección de poemas de Lewis Carroll, bajo el título de Poemas. En la actualidad, sigue presentando Matria mientras escribe «poco a poco» su próximo trabajo, «mi escritura suele ser muy calmada», además de trabajar en varios frentes académicos y de investigación redactando artículos y preparando poesía para niños.

¿Es el momento de volver a la emoción?

A la emoción no se vuelve, siempre ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad. Como el pensamiento, como el inconsciente, como el ritmo, como nuestra capacidad lógica, todas las capacidades intelectuales han estado siempre presentes. La emoción no deja de ser una parte de la inteligencia, así como la sensibilidad. Más que volver es cuestión de adueñarnos, una vez más, de todas nuestras capacidades potenciales e intelectuales.

¿Está cómoda en esta sociedad que nos ha tocado vivir?

Nadie con cierto sentido crítico puede estar cómodo con la sociedad que le ha tocado vivir. A lo largo de la historia, los grandes pensadores se han sentido incómodos. Sin querer llegar a compararnos, por supuesto, con ellos, creo que también somos capaces. Yo en particular reflexiono ante todas las injusticias y aspectos que no parecen coherentes. Así que sentirse completamente cómodo es imposible porque la sociedad dista mucho de ser justa.

Lo que sí se nota al leer sus páginas es que le resulta imposible evadirse de lo que acontece, esos guiños a la actualidad son muy propios de su escritura…

Creo que nadie es capaz de evadirse. Lo que está sucediendo a nuestro alrededor marca la escritura poética porque somos todos hijos de nuestro tiempo, independientemente de que uno pueda escribir poemas más líricos o más atemporales. Pero es evidente que todos estamos insertos en un tiempo y en un espacio y lo reflejamos.

¿Cree que cada vez más el hombre es un lobo para el hombre, aquello que afirmara primero Plauto y más adelante Hobbes?

La existencia humana tiene una parte de competitividad desde el inicio de la Historia (guerras, recursos…), pero también hay que decir que la solidaridad y la cooperación son otros de los rasgos distintivos de nuestra especie y que también nos han llevado muy lejos. Así como unos seres humanos hacen daño a otros, también es cierto que todos estamos aquí gracias a que unos seres humanos nos ayudan a otros. Es muy importante remarcar el carácter cooperativo y solidario de nuestra especie.

Se refiere en uno de sus poemas a una España que sigue doliendo «ante el olor de las aguas estancadas» y «el estiércol sobre trigo»…

Uno tiene la sensación, cuando mira a su alrededor, de que en España las cosas no han cambiado tanto como nos gustaría en cuestión de justicia social o de avances en muchos aspectos. Me gustaría que hubiese otro panorama, digamos con un reparto más justo y con un mayor cuidado de los bienes comunes. Pero eso no quiere decir que no sea capaz también de ver, admirar y disfrutar de otros puntos muy positivos que tiene España.

Viendo el panorama, ¿nos iría mejor con poetas a la hora de gobernar? Al menos poeta es sinónimo de inconformista…

Eso es lo que decía Neruda: «Ojalá los poetas gobernasen». Desde luego, poeta de verdad es sinónimo de inconformista. Poeta es alguien que piensa por sí mismo, que siente, que se aventura a hacer una representación de la realidad propia y, por lo tanto, con pensamiento crítico. ¿Qué tal nos iría si los poetas gobernasen? Quiero pensar que bien, pero distamos mucho de tener esa experiencia. Y creo que en un futuro cercano no la vamos a tener. De manera que nos vamos a quedar todavía un poquito más de tiempo sin saberlo. Quizá un poco más adelante.

Sin ir más lejos en uno de sus poemas dice, «que no crezca jamás en mis entrañas esa calma aparente llamada escepticismo» o «huya yo del resabio, del cinismo, de la imparcialidad de hombros encogidos…».

Es importante no dejarse caer en las almibaradas garras del escepticismo. El escepticismo es una postura cómoda, pero yo creo que es importante preservar el sentido de la justicia y la capacidad de emocionarse ante lo que sucede como cuando niños. Parece que a medida que uno se va haciendo mayor se va adormeciendo, anestesiando, ante estas cosas. Por eso invocaba que en mí y en aquellos que leen mi poema Invocación se produzca el milagro, que preservemos intacta mucha de nuestra inocencia primigenia.

La mediocridad, la falta de respeto, la mala de educación, parece que se instala cada vez más a nuestro alrededor, ¿Sigue opinando que España es un país que a veces le da la espalda a sus mejores hijos?

A esa lucha entre el bien y el mal todos los pensadores y artistas del mundo han aludido siempre. A veces nos da la sensación de que el mal va ganando, pero creo que el bien no cede terreno y está presente siempre. España en ese sentido creo que no es una excepción. Muchas veces el mundo da la espalda a sus mejores hijos, pero otras los acoge e incluso son los que no han sido acogidos los que rescatan la memoria colectiva.

Es curioso como pese a todo no nos damos por vencidos, seguimos peleando… Es la grandeza del ser humano…

Así es. Como he dicho antes, el bien, por así decirlo en términos simbólicos, nunca se da por vencido. El ser humano siempre peleará por tener una vida mejor y por conquistar mayores cotas de dignidad. Soy optimista. Las cosas cuestan y se mueven despacio, pero creo que la gente siempre tiene puesta la vista en la esperanza, todas las generaciones lo han hecho.

España se sigue empeñando en ignorar y no estudiar su historia. ¿A qué se debe? ¿Es desprecio? ¿desinterés?

No sé si España es un caso particular. Yo viajo a muchos otros países del mundo en los que también hay un desconocimiento general de la historia. Quizá en España tengamos problemas específicos concretos, pero creo que el desconocimiento, en general, de la historia es un problema mundial que debemos abordar. Es importantísimo revitalizar las Humanidades: la historia, la filosofía, la literatura, como únicas herramientas que tiene el ser humano para poder desarrollar una verdadera cultura, pero sobre todo una verdadera mentalidad crítica para poder pensar de una manera libre.

Dicen que el arte es una mirada más para ayudarnos a comprender el mundo, ¿cómo es su mirada actual? ¿De temor, esperanzada, indiferente…?

La mirada de una persona no tiene un único componente emocional. Yo, desde luego, registro en mi mirada mucha esperanza, pero lógicamente y dependiendo de los días, de los momentos y de los sucesos biográficos también hay temor, hay ilusión, hay a veces cansancio… un poco de todo pero creo que, predominantemente, siempre están muy presentes las ganas de seguir viviendo, de seguir experimentando.

Recuerdo que Alatriste (Pérez-Reverte) en un combate naval llevaba un libro de Quevedo. Cuando le preguntaban que para qué servía un libro en una galera contestaba: «Para soportar días como estos». Coincidimos con Alatriste…

Los libros efectivamente sirven para soportar lo insoportable: el dolor, los días tristes, también para acompañarnos en las alegrías… Creo que los libros nos acompañan en todos los acontecimientos de nuestra vida, potencian los buenos y mitigan el dolor de los negativos. Tiene razón Alatriste.

«Adivino en tu piel que la vida y la muerte/ no pueden ocurrir por separado…». ¿Tiene la sensación de que está aprovechando el tiempo, la vida?

Eso de aprovechar el tiempo y la vida siempre son cuestiones muy subjetivas. Para unas personas les parecerá aprovechar el tiempo hacer una cosa y para otras hacer lo contrario. No estoy muy segura de si estoy acertando o no, pero al menos estoy intentándolo. Me gusta la vida e intento honrarla lo mejor que puedo, con todas la equivocaciones seguramente.

Además, en Matria leemos «es hora de que entiendas que vivir es también estar a la deriva» y viene bien que nos lo recuerde…

Sí. Vivir comprende muchas cosas. Vivir es un todo global lleno de muchos elementos aparentemente contradictorios. Y, estar a la deriva forma parte de la propia vida. Por eso creo que más bien estamos perdidos que sentir tener el control de nada.

Concha García Campoy decía que «la vida se parece a un juego de azar. Te van pasando cosas sin que aparentemente tengan ninguna conexión, pero luego virtuosamente se van perfilando dando sentido a todo». ¿Qué tal le ha ido a usted con esto del azar?

Estoy de acuerdo con que el azar tiene un papel más importante de lo que nos gustaría reconocer porque eso equivale a admitir nuestra falta de control. ¿Qué tal me ido a mí con el azar? No me puedo quejar. Como todo el mundo, he tenido mejores y peores épocas, pero en general no me quejo.

El paso del tiempo, el cronos, es otro de sus temas recurrentes. Un tiempo que le seduce y usted  lo convierte en palabras. El término Croniria salió de su imaginación ¿a qué se refería?  ¿Necesitábamos un nuevo término que no existía para reflejar esta época?

Croniria, más allá de reflejar una época concreta, tendía a ser universal, en tanto espacial como temporalmente. Sentía la necesidad de acuñar ese nuevo término que reflejase de alguna manera directa, con una única palabra, las relaciones entre el tiempo y los sueños. Cómo el tiempo va influyendo en nuestros sueños y cómo se van comportando nuestros sueños a través del tiempo.

«Uno conoce el mundo con sus labios de barro / sabe que ha visto ya la mitad de las cosas que quizá llegue a ver…» ¿En qué momento se encuentra ahora? ¿Le preocupa el futuro?

Vitalmente estoy en la mitad de la vida, en esa época en la que, como bien digo en ese poema, uno más o menos ha visto lo mismo que lo que tiene esperanza de llegar a ver. El futuro me preocupa como le puede preocupar a cualquier otro ser humano, pero permitiéndome vivir en el presente o, al menos, intentando con todas mis fuerzas vivir en el presente, sin que esa preocupación sea obsesiva o atenazante.

Se ha criado en un hogar lleno de libros desde narrativa, ensayo, teatro… ¿qué le hizo ir por el camino de la poesía?

Yo amo la literatura en general, pero la poesía en particular. Desde que tengo uso de razón, o desde que puedo recordar, la poesía ha tenido un impacto en mí muy especial. Leer poesía con todas las características que la definen como género me parece una experiencia incomparable y, por lo tanto, me llama poderosamente su influjo desde siempre. Dicen que la poesía es la que nos elige a nosotros, no lo sé, yo lo que puedo decir es que para mí la poesía es mucho más que una elección. Creo que es un destino… o, al menos, es un intento de destino.

Estudió Filología Inglesa, comenzó amando la poesía y la cultura anglosajona y Poe es uno de sus poetas más admirados. ¿Tal vez ese transcurrir de vida atormentado del poeta, el ser un  incomprendido, fue lo que la hizo enamorarse de su poesía? Comprobamos, a diario, que aún seguimos con clichés y etiquetando, comprobamos hoy que a los más brillantes les sigue costando vivir en cualquier época…

Creo que lo que me hizo enamorarme de la poesía de Poe es lo que me ha hecho enamorarme de la poesía de todos los autores que amo y que son centenares. Veo una fuerza que une lo intelectual con lo sensorio y es capaz de crear imaginando nuevos espacios. Y los espacios de Poe son para mí un feliz descubrimiento. Es cierto que la gente más brillante está en muchas ocasiones en casos de incomprensión. También es verdad que la inteligencia es asimismo la capacidad de adaptarse a la realidad, por lo tanto creo que ser brillante no necesariamente está reñido con ser feliz.

Por cierto, usted tradujo a Poe -veinticinco poemas de amor para Valparaíso-. El traductor es una figura fundamental para un editor, para el libro y para el autor. Es el que puede ayudar a que un libro sea tan bueno en otro idioma como en su idioma original. ¿Se le debería dar mayor relevancia a la figura del traductor?

Fue José Saramago quien dijo que los escritores hacen las literaturas nacionales y los traductores hacen la literatura universal. La figura del traductor es excepcionalmente importante porque, efectivamente, no tenemos la suerte de hablar todos las lenguas de mundo, necesitamos traductores para acceder a muchos autores. Es el traductor quien da una versión que puede ser más lograda o menos así que su figura es muy relevante. Cada vez se empieza a reconocer más la importancia de su labor.

Cuando me enfrento a un texto traducido pienso que es importante traducir todo lo traducible pero, en ocasiones, hay términos extranjeros tan asimilados que es preferible dejarlos en el idioma original. Intentar que la corrección de estilo no arrase con las peculiaridades del original, que no resulte un texto plano aunque no sea ortodoxo, ¿está de acuerdo?

He reflexionado mucho y he leído a muchos expertos que dan su opinión. Es muy interesante la teoría de la traducción. Un traductor siempre es una especie de empeño vano porque uno sabe que no va a ser capaz de transmitir el texto original en la lengua segunda, toda la fuerza del texto original. Pero sí, el traductor está un poco entre dos fuerzas: por un lado, la literalidad, es decir, el mensaje, el contenido traducido de la manera más fidedigna posible y luego está la belleza, la estética, el ritmo, intentar también trasladarlo de la forma más completa posible. Entre esas dos orillas se mueve un trabajo verdaderamente dificultoso.

¿Qué le hizo caer rendida después a la poesía española? Su poesía es muy geográfica, muy de identidad… 

Es verdad que Matria trata de trazar un mapa personal y colectivo de la identidad. Más allá de ello creo que me gusta más hablar de la poesía en español. Los límites geográficos de la poesía tienen que ver más con los límites geográficos de una lengua; por lo tanto, me gusta más hablar de la poesía en español. ¿Qué me hace caer rendida? Sobre todo que es mi lengua materna y eso es insustituible. Soy una amante de muchas culturas y he intentado hablar varias lenguas, pero la lengua madre tiene una fuerza en la identidad personal que es muy difícil soslayar.

James Ellroy dice algo así como que la geografía es destino…

Creo que la geografía tiene importancia en la identidad, pero la cultura mucho más. La cultura es un concepto que incluye la geografía, pero también otros muchos conceptos como pueden ser los valores, las tradiciones, los afectos, la música, la lengua, todo lo que conforma una biografía. Con lo cual, creo que el destino tiene más que ver con la identidad cultural que con la mera geográfica, que es normalmente más reducida.

Es una evidencia que la cultura clásica está desapareciendo. Como una especie a extinguir. Su poesía incide en esa necesidad de cultura, de amor por nuestros autores, como garantía de progreso y de libertad. ¿Por qué en España se apuesta tan poco por las Humanidades?

Reitero que esto de dejar de lado las humanidades no tiene que ver con España sólo, sino con el mundo occidental en general. Es un proceso que está ocurriendo en todas partes. En EE.UU. y en el resto de Europa. Creo que tiene mucho que ver con que las Humanidades ayudan a los individuos a tener un sentido crítico que no siempre interesa a los poderosos. Entonces de pronto tienden a primar los aprendizajes que son útiles a corto plazo. Y yo pregunto, ¿útil para qué? La gente piensa que lo útil es lo que permite encontrar trabajo, sin embargo es posible que la utilidad tenga que ver más con la felicidad a largo plazo. Las Humanidades tienen mucho más que aportar de lo que en un principio parece con esa visión tan cortoplacista que nos impregna ahora mismo en este momento de la historia.

En otro poema habla de la duda «la ha llevado a cabo su antiguo cometido / nos ha paralizado». Decía Ana María Matute en una entrevista que su reino era el de la duda ¿Coincide? ¿cuál es el suyo?

Bueno, yo no tengo reino. La palabra reino no me acaba de gustar mucho, yo creo más en una república de iguales. Vamos a utilizar más que reino, territorio. La duda desde luego es inevitable. Da mucho miedo la persona que no duda. Creo que uno no tiene nunca absoluta seguridad de nada salvo en unos pocos valores morales. A medida que uno va viviendo se va abriendo a otras posibilidades que la vida le va mostrando. Por eso avanzamos como sociedad y como individuos. Sí, la duda es muy beneficiosa desde el punto de vista intelectual. Toda persona medianamente capaz se ve enfrentada a la duda de una forma constante.

¿Cuál es su Matria particular?

Es tan difícil de definir que a mí me ha llevado un libro entero con 45 poemas tratar de hacerlo. Es una Matria que trata de abrazar el nosotros. No es solamente mi Matria particular. Lo intenté en su momento, cuando lo escribí. Ojalá haya logrado, al menos en parte, que sea también una Matria colectiva.

Sus poemas surgen de la memoria, de la propia identidad «nos llamamos memoria, sol, infancia… / nos llamamos semilla», es una constante ese viaje al origen en usted, esa búsqueda…

Sí, creo que la búsqueda es uno de los motores de la escritura. Uno necesita escribir de otras muchas cosas porque está en plena indagación y el origen creo que puede aportarnos muchas respuestas. Las raíces sostienen al árbol, por lo tanto nuestro origen nos da fe de quiénes somos. Creo que es fundamental investigar en él y ahondar de una manera sincera en quiénes fuimos para dilucidar un poco la pregunta de quiénes somos.

Matria lo ha dedicado a su hijo. Pensar en él y en su futuro es una forma también de no despegar los pies del suelo. ¿Lo que más teme es decepcionarlo?

Los hijos, es cierto, nos ligan al futuro de una manera emocionalmente muy intensa. No tengo la sensación de llegar a decepcionarlo. No creo que esa sea, digamos, una seña de cómo yo me siento respecto a él. En todo caso los temores que yo pueda sentir como madre son más no poder controlar que le vaya bien, que sea feliz, que pueda escoger su destino en libertad…

¿Qué libros u obra artística sorprendería a la gente encontrar en su estantería o paredes?

No creo tener libros que puedan sorprender a nadie. Los libros que tengo, que son bastantes y muchos menos de los que me gustaría, son libros de literatura, la gran parte poesía; también libros de historia, fundamental para conocer las claves; de filosofía; muchos libros de literatura infantil y juvenil… Me gusta tener libros de todo tipo, de todo tipo de pensamiento. Creo que en la diversidad está eso tan difícil de cotejar y conocer que llamamos verdad y cuanto más nos abramos a todo conocimiento, más posibilidades tendremos de encontrarla.

¿Quién es su héroe o heroína preferida de ficción? ¿Y su villano o antihéroe favorito?

Tengo muchos héroes o heroínas que podría mencionar. En una ocasión mencioné El Quijote y también a Madame Bovary. Me gusta de ellos cómo emprenden gestas, aunque en un momento dado sepan que van a ser derrotados, digamos. Esa esperanza, ese pulso a favor de vida a pesar de todo. Me gustan los villanos complejos, a los que no les mueve simplemente la maldad. Pienso, por ejemplo, en Fausto, que vende su alma al diablo porque espera algo mucho más grande o, por ejemplo, Dorian Gray, que es también un villano, pero de pronto está ansioso por detener el tiempo. Los villanos que mueven empeños superiores, esos son mis preferidos.

Tiene la oportunidad de organizar una cena con literatos, artistas, creadores varios, ¿qué tres creadores, vivos o muertos, invitaría a esta cena? 

Son decenas, cientos y miles a los que me gustaría invitar. Homero, que escribió algo tan delicioso y tan simbólico, tan nuestro, absolutamente imborrable en nuestro ADN cultural como La Odisea. Más. Exponentes del Siglo de Oro español, cuando nuestra lengua empezaba a tomar fuerza y de pronto surgió aquella eclosión de genios: Lope de Vega, Góngora o Quevedo o Calderón o al propio Cervantes. Y, finalmente, a uno de los personajes que haya destacado en el siglo XX, que nos pudiera explicar un poco nuestra historia reciente, por ejemplo, Antonio Machado o Federico García Lorca.

¿Cuál es el último buen libro que ha leído?

Justamente hace un par de días me acabo de leer los Sonetos de Shakespeare en traducción de Mujica Láinez, que me ha parecido una verdadera joya…

Decepcionante, sobrevalorado, simplemente no es bueno… ¿Qué libro o película o serie o arte  pensaba que le iba a encantar y no fue así? ¿Recuerda qué libro (etc) dejó abandonado porque le fue imposible terminarlo?

Hay muchos casos de obras que a uno le parecen muy prometedoras y luego nos decepcionan, pero no por su valor artístico sino porque, de alguna forma, no somos capaces de conectar con ellas como ellas con nosotros. Pero no, no recuerdo ninguno en particular. Prefiero dejar en recuerdo las experiencias gratas, los buenos libros y las películas.

¿Tiene algún ‘libro-cuadro- película’ predilecto del que nadie más haya oído hablar?

Tengo muchos predilectos, pero no creo que de ninguno de ellos sea la única que haya oído hablar. Creo que, por suerte, la cultura está muy extendida y por muy raro o inencontrable que nos parezca una obra no somos nunca las únicas personas que la conocemos.

¿A qué escritores, filósofos, ilustradores, poetas, pintores, músicos, directores de cine, creadores en definitiva, de los que están en activo admira más?

Son  tantos que no podría. Además, con los vivos hay que llevar cuidado porque siempre nos dejaremos nombres. Diré que sólo por el hecho de escribir, de crear, de ser artista, de producir, ya todos merecen mi absoluta admiración porque no es fácil dedicar una vida al arte.

¿Qué persona ha marcado más su vida?

Ha habido muchas personas importantes en mi vida, pero si tuviera que decir alguien que marcó mi vida de una forma muy definitiva y a cuyo recuerdo vuelvo con frecuencia diría mis abuelos.

¿Cuál es su mayor extravagancia o ese punto snob tan necesario?

Disiento un poco en que ese punto snob sea tan necesario. Snob etimológicamente viene del latín sine nobilitate, lo snob como falta de nobleza. Me parece más necesaria la nobleza moral, si es que se puede alcanzar al menos como desiderato. Muchas, seguramente, pequeñas manías como todo el mundo o que puedan ser consideradas extravagantes, pero esnobismos espero que no.

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