UNA CONVERSACIÓN
fronteraD.:
“¿Podemos empezar?”
Manson:
“¿Hablo ahí?”
fD:
“Sí, ahí, al micrófono”.
Manson:
“¿Vas a grabar esto, tío?”
fD:
“Sólo para tener un registro de lo que dices”.
Manson:
“¿No lo piensas vender luego, ni nada?”
fD:
“No: es sólo un registro”.
Manson:
“¡Mi voz vale dinero, tío! Podría hasta cantarte algo y vamos luego a medias”.
fD:
“Es sólo una entrevista. Registrar tus respuestas para después ir transcribiendo lo que has dicho. Para que sea lo que dices y como lo dices y ninguna otra cosa”.
Manson:
“Eso está bien, tío. La gente de la prensa mete mucha morralla. ¿Empiezo ya?”
fD:
“Está grabando”.
Manson:
“Me llamo Charles Manson y acabo de ver Érase una vez en Hollywood. Sí: reconozco que hay ahí algunas cosas que pudieran relacionarse con la Familia, con mis niños, conmigo”.
Érase una vez en Hollywood Quentin Taratino. 2019
fD:
“Si te parece, vamos a empezar con la película”.
Manson asiente, grave. Dice
Manson:
“Es tu entrevista, tío. Empezamos donde te de la gana. ¿Ese es el trailer?”.
fD:
“El trailer oficial. Cuando aún no se había estrenado en los cines”.
Manson:
“La música es la leche. No es mi rollo, pero sí que es la leche”.
fD:
“Los Bravos. Era un grupo de mi país, de España”.
Manson:
“¡Ah!, ¿sí, tío? ¡No jodas! ¡Creí que eran ingleses!”.
fD:
“Bueno: en Europa, en muchas tiendas de música, cuando salieron, los vendían como ingleses. Estaban en las estanterías de los discos británicos”.
Manson:
“¿Así vendían más?”.
fD:
“Así, vendían”.
Manson:
“Vender, con la música, es jodido, tío. Yo las pasé canutas”.
fD:
Espero a que prosiga. Manson menea la cabeza. Lo hará constantemente. Y, en algunos momentos, se moverá de un lado para otro. Hará visajes. Empieza a impresionarme. Uno lo mira y lo cree capaz de levitar, de llorar sangre, de desdoblarse, de caminar con los pies hacia atrás, invertidos, de aspirar todo el aire de una habitación.
“Las pasaste canutas”.
Manson:
“Con los Beach Boys. Con Melcher, ¿tú te acuerdas de Melcher?”.
fD:
“El productor de los Beach Boys”.
Manson asiente.
Manson:
“Producía a un montón de gente: a The Byrds, a Paul Revere & The Raiders. ¡Menudo hijo de puta, Terry Melcher!”.
fD:
“No te produjo a ti”.
Manson:
“No, tío. No me produjo a mí. Lo prometió. Se comprometió a ello, pero no me produjo. Me hicieron unas buenas putadas, él y el cabrón de Dennis Wilson”.
fD:
“Tú, al principio, tenías con Wilson una buena relación. Dennis Wilson te llevó a conocer a su grupo, a los Beach Boys. Y estuviste a punto de grabar en su sello”.
Manson:
“Un cagado, Dennis Wilson. Y Melcher. ¿Sabías que Melcher era hijo de Doris Day, la del cine?”.
fD:
“¿Lo conociste bien?”.
Manson:
“¡Tío!: ¡estuve en su casa! Entonces vivía con otra actriz, con Candice Bergen. La de Soldier Blue. Para esos años, ¿sabes, tío?, el cine empezaba a considerar a los indios”.
fD:
“Estuviste en su casa”.
Manson
“Y él estuvo en la mía muchas veces. En el Rancho. El Rancho Spahn”.
fD:
“El de la película”.
Manson:
“El de la película. ¡Joder, tío!”
Manson:
“¡Tarantino lo ha retratado, que parece que hubiese vuelto allí!”.
fD:
“Y Melcher te fue a ver en el Rancho”.
Manson:
“Fue a una audición. Con el jodido Dennis Wilson y con un tipo que se llamaba Greg Jakobson. Estuvimos todo el día preparando la cosa para él. Pero, en realidad, a lo que venían era a tirarse a mis chicas. Tenían una especie de grupo. Como… como una hermandad, tío: los Penetradores de oro. Y estaban, de la mañana a la noche, sólo para eso”.
fD:
“Bueno: he oído que, a ti también, el sexo…”
Manson:
“Lo mío es otra cosa. Lo mío es arte, tío”.
fD:
“Fueron a verte al Rancho”.
Manson:
“Estuvieron allí. Escucharon un rato. Melcher me largó unos billetes. Yo pensé que era así como un adelanto. Y se marcharon. Llegué a hacer algunas pruebas en su estudio, con Dennis. Pero del disco que el puto Melcher iba a producirme, nunca más se supo.”.
fD:
“¿Qué hiciste?”
Manson:
“Me volví loco, tío. Le rogué a todo el mundo. Quise ver a Frank Zappa. Le escribí a John Lennon. Neil Young se interesó por mi música. Pero, en aquel momento, tío, nada”.
fD:
“Phil Kaufman te produjo un disco”.
Manson:
“En el setenta. Una jodienda, tío: no cuajó: ¿te lo puedes creer? El mundo no estaba preparado para Manson”.
fD:
“Lie. The Love and Terror Cult”.
Manson:
“Fue mi primer disco, tío. ¿Te imaginas que me hubiese quedado ahí?”.
fD:
“Lo primero que publicabas”.
Manson:
“No: hubo una cosa antes. Una canción. En el 68. Cease to Exist. Me la guindaron”.
fD:
Me hago de nuevas.
“¿Quién?”.
Manson:
“¿Quién va a ser? ¡El puto Dennis Wilson!”.
fD:
Volveremos a Wilson. Y a Cease to Exist
“No es esa la canción tuya que aparece en la película”.
Manson:
“No. Esa es I’ll Never Say Never To Always. La grabamos en el 67, o en el 68, pero no se publicó entonces. Está en Lie. ¡Oye, tío!: ¿cómo se llamaba ese grupo que dices? ¿Los Bravos? ¡Me interesa mucho España! ¿Tú has oído hablar de un sitio que se llama Almería? Ahí tienen un desierto de la hostia. ¿Y de Torremolinos?”.
fD:
“No están ni cerca, Charlie. Torremolinos está en Málaga”.
Tampoco ha dicho él que lo estuvieran.
Manson:
“Yo, con Torremolinos, tengo un cuelgue del copón. ¿Te he hablado alguna vez de Creepy Karpis?”.
fD:
“Charlie: no hemos hablado nunca antes de ahora”.
Manson:
“Pero lo que de verdad me flipa es Almería”.
fD:
“Ahí se rodaban los spagetti western”.
Manson ríe.
Manson:
“¡Igual estuvo también en Almería Rick Dalton! ¡Con Cliff Booth! ¿Sabes?: yo creo que a DiCaprio, en la película, Brad Pitt se lo come. ¡Y eso que a mí me gusta más DiCaprio! En Lie había también otra canción cojonuda: Garbage Dump”.
Garbage Dump CHARLES MANSON, del disco LIE. 1970
GARBAGE DUMP
¡Oh, vertedero, vertedero!
¿Por qué te llaman vertedero?
¡Oh, vertedero, vertedero!
¿Por qué te llaman vertedero?
Podrías alimentar al mundo con lo que hay en mi vertedero
Podrías alimentar al mundo con lo que hay en mi vertedero
Podrías alimentar al mundo con lo que hay en mi vertedero
Ahí está todo en un montón
Cuando vives en la calle
Y crees que te mueres de hambre
Súbete a ese viaje, hombre
Métete en esos cubos y empieza a hurgar
¡Oh, vertedero, vertedero!
¿Por qué te llaman vertedero?
¡Oh, vertedero, vertedero!
¿Por qué te llaman vertedero?
Carritos de un supermercado
No me importa que los cajeros me estén mirando
Ni siquiera me importa quién ganará la guerra
Estaré en esos cubos, detrás de mi tienda favorita
¡Oh, vertedero, vertedero!
¿Por qué te llaman vertedero?
¡Oh, vertedero, vertedero!
Ahí está todo en un montón
fD:
“En realidad no dice ‘montón’: dice ‘suma global’, lump sum: Ahí está todo en una suma global. Ahí, todo comprendido”.
Manson:
“Una licencia, tío, al traducir. Pero si quieres, voy y no te traduzco”.
fD:
“Eso es lo que están haciendo las chicas de la Familia la primera vez que Cliff Booth las ve: hurgar en las basuras”.
Manson:
“¿Y de qué te crees que comíamos, tío? La vida en el Rancho Spahn no era tan fácil. La vida que teníamos no era fácil en absoluto. Los chavales estaban en la calle. Arramblando con lo que podían. Buscando en los desechos de los supermercados, Haciendo chapuzas…”
fD:
Le interrumpo.
“Algún hurto. Algún coche robado. Algún cheque sin fondos, o falsificada la firma…”
Manson:
“No elegías, tío. Las cosas vienen como vienen. Después, ya no. Después ya fui famoso. Después triunfó mi música. Pero imagínate que no hubiera sido así. Yo podría haber hecho cualquier cosa”.
fD:
“Charlie, ya hiciste alguna”.
Manson:
“De joven, sí. De joven, no te digo yo que no. Me pasé la adolescencia en centros del Estado. En correccionales. Y después en prisiones. No salí de la cárcel hasta los treinta y tres años. Como Cristo”.
fD:
“Es justo al revés, Charlie: Cristo no estuvo en la cárcel hasta los treinta y tres años. Dicen que, cuando te soltaron, en el 67, no querías salir. Que pediste que te dejaran dentro”.
Manson:
“Es el símbolo, tío: treinta y tres. Es un número mágico. A los treinta y tres años Cristo salió a la Eternidad desde su cruz. Yo, a los treinta y tres años, dejé mi cruz detrás y salí al mundo”.
fD:
“¿Eres creyente, Charlie?”.
Manson:
“Yo creo en todo, tío. Todo es nada y nada es todo”.
fD:
“¿Cómo acabó la Familia en el Rancho Spahn, Charlie? He leído que antes, durante tu primera salida de prisión, en el 54, te casaste con una camarera y que tuviste un hijo.”
Manson:
“En el 55. Me casé en el 55”.
fD:
“En el 56 te encerraron de nuevo”.
Manson:
“Y me dejó tirado. Yo tuve que enterarme por mi madre”.
fD:
“Rosalie Jane Willis. ¿Ella te abandonó, sin decirte a ti nada?”.
(La vida en el filo. Me imagino a Rosalie Jane Willis –vivió hasta 2009- leyendo sobre Manson, después de Cielo Drive. ¿No recorrería su espina dorsal un escalofrío?)
Manson:
“Pasó de mí mientras estaba en prisión. Ni una palabra, tío”.
fD:
“En el 58 te concedieron la libertad bajo palabra y estuviste en la calle hasta el 60”.
Manson:
“Entrar y salir, tío”.
fD:
“Y en el 67, cuando tu liberación definitiva, te mudaste a San Francisco, donde conociste a Mary Brunner, asistente de biblioteca en la Universidad de Berkeley. ¿Fue ella la primera en la Familia?”
Manson:
“¡Nosotros ya éramos la Familia, hombre! ¡Ahí estaba ya todo!”.
fD:
“Berkeley en el 67”.
Manson:
“¡Un montón de engreídos y de pijos, niños de papá que se creían revolucionarios!”
fD:
“Hay una cosa que no entiendo, Charlie. Todo el tiempo te veo ir de un lado a otro. Meterte en problemas. Incluso quebrantar la ley y, sin embargo, no vuelves a la cárcel”.
Manson:
“Tengo un ángel ahí arriba que me cuida, tío”.
fD:
¿Ahí arriba, en la Administración? Llevo un año leyendo sobre Charlie. Lo arrestan y lo sueltan casi inmediatamente. Se producen denuncias y alguien decide que siga en libertad. Sorprenden a sus niños, a sus chicas, en plena comisión de un delito y la Justicia mira para otro lado. Y, luego, está el extraño asunto de su agente de libertad condicional, Roger Smith, relacionado con las operaciones encubiertas del FBI y de la CIA.
Miro a Charlie. Charlie me mira a mí.
“Volvamos a la película, Charlie. Al Rancho Spahn”.
Manson:
“El Rancho Spahn. Ahí, con lo de Melcher, empezaron las cosas a torcerse. Empezaron a torcerse por un tiempo”.
El hombre que sabía demasiado Alfred Hitchcock. 1956