Poco después de medianoche, en un mundo amenazzado (sic), se me ha ocurrido un juego, un juego de letras, caminos y posibilidades.
Espero que os guste e interese:
:
– Describa el no.
– El no se compone de una ene y una o.
– Escriba algo más.
– La ene es un montículo, la mitad exacta de la eme, el reverso imperfecto de la uve. La o, por su parte, es un círculo. Todo ello nos lleva a la siguiente conclusión: en la palabra no nos quedamos al final dando vueltas dentro o alrededor de la o, no salimos de ahí.
– ¿Nos quedamos o no nos quedamos?
– Nos quedamos.
– Bien.
– Gracias.
– Ahora describa el sí como hizo con el no.
– Después de serpentear hacia arriba el impulso del prometido vuelo se asienta sobre la i debido a su tilde, lista y preparada para volar: vuela y se aleja, dejando al sí sin su tilde.
– ¿Es ahora una palabra condicional la que queda?
– Exacto.
– Descríbala.
– Si…
– ¿No quiere añadir un cuarto punto (un punto final quizás) a los tres suspensivos?
– Nó
– Muy bien, muchas gracias, puede continuar así.