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Mientras tantoSe dejaba vivir

Se dejaba vivir


Cuando alguien dice que el plato que le han servido se deja comer, lo que impide que esté sencillamente bueno no es el sabor, sino su actitud. Es decir, la tendencia al desdén no tiene nada que ver con el nivel de exigencia al juzgar, sino con la falta de ganas de hacer de esta vida un lugar menos insoportable. Porque, sin duda, es posible señalar defectos sin necesidad de ponerlo todo perdido de abulia. A veces no falta sal, sino un poquito de voluntad.

Probablemente, la persona que te ha sonreído esta mañana, más que hacerlo por una tendencia natural, lo ha hecho para evitar que el mundo no se convierta en un combate de lucha libre. Como tú, tiene sus problemas, y cuenta con los tuyos. ¿Hay alguien que no sepa que estamos todos jodidos? Sin embargo, pone un poco de su parte, facilita las cosas, que es como ofrecer un vaso de agua junto con el café: se agradece muchísimo.

Con esto no me refiero a que se deba ir por la vida sonriendo como un imbécil, ni a que no podamos tener días de mierda. No tiene nada que ver con eso. Me refiero a que entregarse al menosprecio a la ligera es una ordinariez, y a que es muy egoísta transmitir todos los días amargura sin respetar los turnos: si uno ha sido insoportable el lunes, el martes le toca a otro.

Mis vecinos cenan todas las noches en la cocina, que da al patio interior. No los escucho, pero los oigo. Aunque en realidad conozco la voz de ella de milagro, porque él siempre se queja, y ella siempre se calla. Es posible que el hombre tenga cada día un motivo diferente, pero el resultado es siempre el mismo: aburrir a la única persona que le aguanta. ¿No es consciente de la pérdida de tiempo? Cuando muera y le pregunten por la vida, ¿responderá que se dejaba vivir?

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