El año se repliega y en estos días aún largos la medalla fulgurante, el humano corazón, cuelga pesadamente del olvido: No hay hombre que acepte conforme el único reto, tanto hablamos cuanto callan las canciones nuestro valor. En un mundo de preguntas y respuestas, las palabras son puntos ganados para el mérito propio; la caja fuerte es una fruslería de tocador, halagüeña y cautivadora, de espacio bien aprovechado, que encierra entre baratijas la joya verdadera. Insatisfecha con su inventario, la razón busca nuevos mercados, pero el camino de vuelta pasa por el terrizo del burro, pues si dentro es joya instruida, sólo saldrá a paso de burro que nada sabe, burro de oro y plata. Noche sin luna de los atajos, el pájaro cabra apremia siempre a los hombres en dirección correcta.