En un hospital público de Nicaragua, la doctora y ginecóloga Carla Cerrato debe elegir entre cumplir una ley que prohíbe el aborto o asumir el riesgo de proteger la vida de una paciente que probablemente morirá si da a luz. A través del documental de Alessandra Zeka se le da voz a la realidad que desde 2007 mujeres, familias y miembros de la comunidad médica tienen que vivir. Con la victoria del gobierno de Daniel Ortega, miembro de una formación marxista revolucionaria que se convirtió al catolicismo para ganar votantes, se puso en marcha una reforma de la ley del aborto que prohibía cualquier tipo de interrupción del embarazo, incluso si se trataba de casos de violación, incesto o de situaciones en las que la vida de la madre está en peligro. El documental A Quiet Inquisition, que se proyecta el 3 de abril en el Frontline Club de Londres, alza la voz contra una medida que se ha llevado a muchas mujeres a la tumba simplemente para satisfacer un fin partidista de un gobierno al que todavía no le huele a muerto.
