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Mientras tantoA ti, que me plagias

A ti, que me plagias

El sexo de Lucía   el blog de Lucilob

 

Alguna vez he reconocido en este foro de debate que me leéis, y que eso a los plumillas nos hace una ilusión bárbara. No os podéis imaginar cuanta. Pero ahora puedo decir que no solo me leéis sino que además, ¡me plagian! ¡A mí!!!!! Por Dios, anda que no habrá gente interesante por ahí para plagiarle los textos que tengan que venir a plagiármelos a mí.

 

En cuantito lo he sabido he llamado a casa y se lo he dicho a mi padre. Que no sabía lo que era eso de “plagiar” y ha tenido que mirar en la enciclopedia (sí, ellos siguen teniendo enciclopedia, me parece que es una edición de los ochenta, no había llegado ni Aznar). Total, para al final decirme: “Muy bien, hija, muy bien”. Y se ha quedado tan fresco.

 

En fin, retomo: que un lector me avisa (gracias, por cierto) de que alguien está plagiando este blog, apropiándose de mis textos y que además, se hace pasar por mí en una página de contactos sexuales. No podía ser no, en un foro sobre computación cuántica, tenía que ser una página para follar.

 

Joder con mi reputación: ya sé, fehacientemente, que no se me quiere en Génova, ni en la Iglesia, ni en Zarzuela… Y después de todo lo anterior, ahora también cuento con presencia en páginas de folleteo fácil. Yo: que cuando he entrado en una web de contactos, y digo contactos, no contactos sexuales, en cuanto me han dicho “hola bombón” he tenido que ir a potar al servicio. Porque a mi me gustará el sexo, como a todos. Pero me gusta el sexo con clase, hombre.

 

En fin, este post está dedicado a ti, que me plagias. Que en tu perfil de esa página dices que eres chica, con una foto que seguro es más falsa que Judas, pero yo sé (no porque lo haya imaginado yo, sino porque me dio la idea mi amigo virtual Christian) que no eres una chica, sino un informático.

 

Un informático (o un diseñador web, que también me vale) de Murcia, que además pesa cuatro quintales, porque te pasas todo el santo día comiendo huesitos y risketos. Que por las noches después de comerte la cena que te prepara tu madre (porque como cuarentón que carece de autoestima y que nunca ha tenido éxito con las mujeres sigues viviendo con tu madre) te metes en la habitación a mirar páginas porno, a copiarme los textos, y seguir comiendo risketos.

 

Que te gustarán mucho, pero son muy insanos chaval. Y se te quedan los dedos naranjas y así tendrás el teclado también naranja y grasiento. Y otras partes de tu cuerpo que te tocarás mientras estás en esas páginas de perdición. Que no quiero nombrar esas partes del cuerpo, porque me genera convulsiones, pero todos sabemos cuáles son. Y no, no me refiero a la barbilla.

 

Yo quiero decirte, amigo informático (o webmaster) que no me plagies, hombre de Dios. Si quieres escribir, lee mucho, aunque sean los prospectos de las medicinas, no te voy a decir que empieces con Kapuscinski. Lee, que siempre algo se queda. Y luego ya verás cómo te sueltas en la escritura y de qué forma mejoras la ortografía para poder mandar mensajes “kachondos” a tus contactos en esa paginita de marras.

 

Y no comas tantos risketos. Que son el Mal.

 

 

(desde aquí, mis respetos para los informáticos. Besis)

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