Atendiendo una sugerencia de mi buena amiga, la excelente periodista colombiana Ana Cristina Restrepo, vaya acá mi particular versión de este Mundial que acaba de concluir con más penas que glorias, para qué engañarnos ustedes y yo.
África: Continente cuya región meridional colonizaron los holandeses en el siglo XVII, los ingleses en el XVIII, los alemanes en el XIX, y la FIFA en la primera década del XXI. Resultado de esta última colonización son unas construcciones mastodónticas y obsoletas después de terminado el Campeonato Mundial de Fútbol. Entra dentro de lo posible que en siglos venideros se muestren a los turistas como se hace hoy con las pirámides egipcias, aunque dudo razonablemente de que se conserven tan bien como ellas.
Bafana, bafana: Nadie ha remarcado aún el exquisito sentido de la hospitalidad demostrado por la selección del equipo del país anfitrión, no optando a una plaza en los octavos de final.
Cristiano Ronaldo: Se fue sin demostrar que es lo que él cree que es: el mejor jugador de fútbol del mundo. En cambio sí se fue después de demostrar lo que muchos creemos que es: un payaso narcisista y sin modales ni educación. Váyase lo uno por lo otro.
Décimas: Arma secreta (por otro nombre espinelas), desarrollada en el blog de fútbol de la revista mexicana Nexos, para combatir de manera tan eficaz como políticamente incorrecta el aburrimiento provocado por la mayoría de los partidos de este Mundial.
Elano: La lectura de frases tales como que «Brasil ganó gracias a goles de Maicon y Elano», para nada debe inducirnos a pensar que la canarinha ha perfeccionado de tal modo sus tiros al arco que ya los puede chutar hasta con los glúteos.
Francia: Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras (título de la primera obra teatral de Miguel Hernández, poeta de quien este año se cumple el centenario de su venida al mundo, y “la Tricolore” quiso homenajearlo sutilmente con su actuación en Sudáfrica. Nadie lo detectó, sólo las antenas alertas de las décimas; ver D).
Gyan Creo que personifica como nadie el destino desgraciado de su continente. Su chut pudo decidir, en el minuto 122 del partido contra el Uruguay, que Ghana fuese el primer país africano en llegar a semifinales. Pero lo que hizo fue mandar la jabulani a las nubes, allí donde nada, nada en absoluto se le había perdido. El resto de la historia lo conocemos de sobra.
Holanda: Me hizo muchísima gracia ver a la princesa Máxima, argentina de nacimiento, coreando con énfasis –en la semifinal contra la celeste– el himno nacional de su nueva patria: “Soy Guillermo de Orange, príncipe de sangre alemana […], y al rey de España siempre le rendí pleitesía”. El domingo, en la final, espero que lo cantase con igual convicción, aunque supongo que a la reina de España –que sí es de sangre alemana– le haría mucha gracia.
Italia: Como a la península itálica, a causa de su forma, la llaman “la bota”, aquí cabría decir que la cuadra burra encontró por fin la horma de su zapato.
Jabulani: Objeto de un material indefinido y con el que se obligó a los profesionales de 32 naciones a jugar con él a un deporte para el cual dicho objeto es prácticamente inservible. Aún no se ha podido esclarecer cual es el monto destinado por la firma fabricante a conseguir que los responsables del Mundial impusieran semejante obstáculo al desarrollo del deporte rey.
Klose: No logró realizar su sueño, superar los quince goles de Ronaldo en tres Mundiales, pero al menos igualó, también en tres, los catorce de su compatriota Gerd Müller en sólo dos. Como sea, para mí el verdadero héroe de semejante estadística es el francés Just (“Justo” lo llamaban) Fontaine, que en un solo Mundial, el de Suecia 1958, marcó, él solito, trece goles. Y es, después del uruguayo Alcides Ghiggia, el único jugador que anotó goles en todos los partidos que jugó su equipo. Ghiggia, claro, le ganó por uno, el de la final del 50, cuando fue el primero de los nada más que tres personajes que han hecho enmudecer a Maracaná.
Luis Suárez: En el Ajax de Ámsterdam están estudiando la posibilidad de reprogramarlo como arquero.
Messi (Léase con asento porteño): –Briyyyó por su ausencia el pibe, como en Alemania el 2006. Pero al menos entonshes no lo sacaron a la cansha pa eshibirlo, che.– Qué lo parió, Mendieta…
Nuevo Campeón Mundial: Suiza, y lo demuestra un silogismo irrefutable de mi buen amigo Ignacio Ruiz Quintano, en su blog/cambalache Salmonetes Ya No Nos Quedan:
España es campeona del Mundial.
Sólo Suiza le ha ganado a España.
Ergo: Suiza es campeona del mundo
Ñandú: Ave corredora muy veloz que en África se conoce con el nombre de avestruz, y de la que no consta su existencia en los alrededores de los estadios del Mundial. Ornitólogos de fama mundial sospechan un terror pánico de la especie al sonido de las vuvuzelas (Ver V).
Once ideal: Eduardo (2° tiempo: Iker Casillas); Sergio Ramos, Piqué, Van Bronckhorst; Robben, Schweinsteiger, Xavi, Iniesta, Kevin–Prince Boateng; Müller, Forlán.
Paraguay: Como el Paraguay no hay: Amén de ello, y para confirmar el dicho, abran también este enlace y vean este poster:
Quid de la cuestión arbitral: En la comisión ad hoc de la FIFA en materia de árbitros, se encuentra como miembro el brasileño Ricardo Teixeira, involucrado en varios escándalos de arbitraje en su país y demostradamente sobornado por la firma de marketing ISL/ISMM, antaño parcera de la FIFA (cuyo directorio bien podría sere un Who’re who?) Y en la misma comisión, amén de Teixeira, figura el polaco Michal Listkiewicz, corresponsable en su país, como antiguo presidente de la Federación nacional, en escándalos de corrupción y sobornos arbitrales. Bástenos con estos dos botones de muestra y preguntémonos: ¿Cómo van a estar interesados semejantes personajes en un sistema que descarte los chanchullos? Imagínense: Una situación homologable es que la Mafia tuviera delegados con voz y voto en la Comisión parlamentaria para controlarla.
Rooney: Un amigo colombiano me escribió a continuación del Alemania vs. Inglaterra en octavos de final, diciéndome que no tenía mérito el lapidario 4:1, ya que los ingleses jugaron con sólo diez, porque Mr. Rooney se pasó el partido cazando mariposas.
Solidaridad: Al concluir el España–Portugal y quedar eliminado el once lusitano, y mientras toda La Roja andaba festejando, a Iker Casillas le faltó tiempo para salir corriendo hacia el arco contrario, donde un desventurado Eduardo –quizás el mejor guardameta del Mundial– lloraba como un niño chico y sin consuelo, y sin que dos ayudantes técnicos de su equipo lograran levantarlo del suelo adonde se había desplomado. Al ver llegar a su colega español, Eduardo comprendió, se puso en pie y ambos arqueros se estrecharon en un abrazo que vale un millón de veces más que tanta oratoria hueca sobre la hermandad ibérica.
Tutu: Arzobispo anglicano del país anfitrión y Premio Nobel de la Paz 1984. Durante la ceremonia de inauguración del Mundial se comportó como si lo hubieran clonado, a medias, de Miriam Makeba y de Al Jolson en El cantante de jazz, la primera película sonora.
Uruguay: Cayó en semifinales a pies de un equipo que no se lo mereció como contrincante, una especie de trust de millonarios con spleen que displicentemente meten un gol de vez en cuando para asegurarse el paso a la siguiente oportunidad de ganar dinero. ¡Qué distintos de la garra charrúa que exhibieron Forlán & Co. hasta el último segundo del encuentro!
Vuvuzela: Instrumento de tortura que hubiera hecho feliz a Torquemada & Co, y del cual, según informes confidenciales, se ha prevalido la CIA en Guantánamo para hacerles cantar óperas de Wagner, completas, a presos tenidos por recalcitrantemente parcos en palabras.
World Cup: Campeonato donde se ve mejor que en ninguna parte que hay que ganar los partidos contra 12 personas: las 11 del otro equipo + el árbitro. Y a veces ni así, el árbitro vale por todo un equipo más en contra.
Xhosa: Una de las cuatro lenguas en que se cantan el himno nacional de Sudáfrica y una de las más hermosas versiones de la ópera Carmen.
Yasuhito Endo–san: 17’, tiro libre a favor del Japón en octavos de final contra Dinamarca, y Keisuke Honda, de 24 años, le dice respetuosamente a Yasuhito Endo, de 30: «Lo tiro yo, Endo–san». Y marcó uno de los goles más espectaculares del Mundial. Lo que retengo es ese “–san” tradicional, al dirigirse a los mayores en la cultura japonesa. No sé qué hubiese pasado si Honda falla el tiro. Espero que no hubiera tenido que hacerse luego el harakiri.
Zelanda [Nueva→]: Se fue del Mundial sin conocer la derrota, con un balance equilibrado de goles (2:2) y por delante de Italia, a la que relegó al último lugar de su grupo. Apenas si pudiera encontrarse un mejor ejemplo para documentar la irracionalidad de este Mundial.