SITGES RETROSPECTIVA
Segundo día (sábado 10 de octubre)
Retrospectivamente te lo digo.
JETHRO TULL
‘My God’. Una vez más: Dios está en todos sitios.
Cavanna, en su ‘Las aventuras de Dios’, acercamiento descreído a la fé, como ha de ser cualquier acercamiento, porque las cosas muerden, pican, electrocutan y es mejor tocarlas con un palo que ponerles la mano; Cavanna establece en su libro el que tal vez sea el único criterio aplicable a cuanto se supone inteligencia. “En el principio, Dios creó la contradicción”. Los descreídos con tendencia a sacudírnoslos de encima lo más pronto posible olvidamos este sano principio: no hay principios, excepción que se aplica a sí misma. Igual sí que los hay. Para movernos por el mundo real deberemos hacer como si los hubiera y empeñarnos en hacerlos cumplir, pero los nuestros. Quiero decir que cuando alguien pretende disponer de nosotros para sus propios fines, igual tiene razón, desde su perspectiva, pero no se le deja. Por ejemplo, el PP va a sacar una ley, a menos que antes nos saquemos al PP de por medio, “blindando” los símbolos patrios: la bandera, la monarquía, las instituciones, ellos mismos, sus bienes, sus mujeres, sus maridos, sus niños, la familia, los curas y las monjas y la Escuela de Tauromaquia sobre todas las cosas ¡qué manía, los rojos, con los toros! E igual tienen razón. Igual “blindar” la sanidad de calidad y para todos, la vivienda digna, el trabajo como derecho universal y bien retribuido, la educación pública y accesible más allá del estoque y el desplante, sean temas menores. ¿Qué ganan ahí ellos? Por el contrario, pierden. Los símbolos van siempre a favor del que manda. Los derechos, en contra. No es baladí la plaza, por ejemplo. Paquirrín lo ha dicho claramente: eso es España y al que no es español que lo deporten, a poder ser con Trueba. Lo suyo, el casticismo. Por encima de la ilustración está la esencia. Para unos, para otros. Dando la lata, todos, con lo de las ideas.
¿Por qué hablan tanto de Dios y de sus ángeles, madre de los dolores, los ateos? Lógica cartesiana. La Iglesia pide a sus fieles que aprovechen cualquier lugar, cualquier momento, para dar testimonio y yo reivindico para mí ese mismo derecho. Y no es que Jeováh, Jesús, los santos, los apóstoles, vírgenes, mártires y profetas me sean antipáticos: todo lo contrario. Deploro que los jóvenes, hoy, la Historia Sagrada ni la huelan. No sólo porque el Nuevo y el Antiguo Testamento estén plagados de anécdotas jugosas, de historias estupendas, no porque sean fuente de inspiración constante, sino porque forman parte de nosotros: eso somos. Desconocer el mal, o el bien, resulta en no verlo venir. Olvidar nuestra herencia puede llevarnos hasta a repetirla, ¡el cielo no lo quiera! “¿Por qué?”, se preguntaba Esperanza Aguirre, recordemos, otro de esos demonios familiares, entrañable en lo malo, “¿por qué esos que hacen burla del hecho religioso no se atreven en países islámicos?” (Esperanza, en Kabul, suele ir con minifalda y a pelo descubierto, enseñando la cruz a los infieles). ¿Por qué? Pues justamente porque el poder decir la gente lo que piensa, de un lado y de otro lado, es lo que nos distingue de ellos, sin acritud, Esperanza: la civilización, que aquí se nos quemaba hasta hace poco; y ayer mismo la opinión del cura de la aldea era decisiva para encontrar trabajo, se abría a los perros en canal –motivo de risas inocentes- y se mataban toros por la calle a lanzazos. Ayer, literalmente.
Esperanza, que es un pedazo de pan, siente nostalgia.
Yo también.
Tenerlos muy presentes. Pero desde donde no puedan hacer daño.
Los asuntos del culto y las creencias son como las cuitas de mis primos, mis tíos, mis hermanos: esas confianzas nos traemos.
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‘LE TOUT NOUVEAU TESTAMENT’
‘Le Tout Nouveau Testament’. Jaco Van Dormael.
Van Dormael ha leído a Cavanna. Raro sería que no lo hubiese hecho. Y su idea de Dios es que, o es Eterno, o es Todopoderoso, una cosa o la otra, que en una no se puede matar Dios, por mucho que lo quiera; y en la otra, si sí puede, no es Eterno. “¡Pero es que no quiere, Dios, matarse!” Ni podría quererlo. Adiós a Dios. El Dios de ‘Le Tout Nouveau Testament’ es un oficinista, vecino de Bruselas, que pasa Su eternidad, o el tiempo que Él Se asigne, maquinando maldades para la Criatura. El todopoderoso es el ordenador de Dios, probablemente un híbrido. ¿Por qué se ha puesto Dios a esa tarea precisamente ahora? Porque es ahora cuando Van Dormael hace la película (la coartada de “ley doscientos mil” no procede: ¿qué son doscientas mil leyes en el tiempo?) Vaya en descargo de Van Dormael que putadas al género humano, incluso en Su Autobiografía Autorizada, Dios no ha dejado de hacerlas ni un momento. Chez Dieu: mujer de corto entendimiento, hijo hippie que no ha vuelto por casa e hija que se pregunta si, para estar en casa, no es mejor quedar fuera con los hombres, de salida –por el conducto de la lavadora- otros siete discípulos para la hija de Dios: que sean diecinueve, dícese dotación de un equipo de rugby. Esto, ya, es humor belga. Irreverente, cierto, pero menos punzante que Cavanna y que el Nuevo, o el Antiguo, Testamento.
Dios existe
Fuma Pall Mall
«Temo a los griegos aunque ofrezcan regalos». Los romanos, a quienes Eneas hace herederos de Troya, cuando querían que sus niños se tomasen una medicina, la metían en un caballo de madera y les decían que no se les ocurriera abrirlo. Los niños lo abrían y se comían lo que llevaba dentro. Una vez. Después temían a sus padres y había que olvidarse del niño. O darle con el caballo en la cabeza, que es como se hicieron con el mundo conocido los romanos.
‘THE GIFT’
‘The Gift’. Joel Edgerton.
Familia compra casa en otra ciudad. Como el pasado siempre acaba por llegar hasta ti, mejor no salir de él, o hacer las cosas lo mejor posible en el pasado. Hay que empezar entonces. Una advertencia a quienes no estudian hoy latín ni leen las Sagradas Escrituras. Aunque no es culpa de ellos, les va a servir lo mismo que a Príamo confiar en un caballo: el tiempo, que te lleva a donde estás. Inexorablemente.
‘The Gift’ es un regalo de verdad, un «thriller» adulto, respetuoso con el espectador, sorprendente porque acude a lo que cada uno cree conocer. Sin ir más lejos, en Troya: los caballos.
Con ‘The Gift’ y ‘Summer Camp’, de Alberto Marini, que parte de una idea interesante: para quien atropellas es lo mismo si fue un vahído pasajero, Sitges cierra sus puertas a un día que nos espera, mañana, en el pasado.
‘SUMMER CAMP’
En el presente, Sitges, sábado 10 de octubre, Santiago Segura hace una presentación sobre el consumo energético responsable. Cuál pueda ser aquí el mensaje no acierto a imaginarlo.