Tu mente está tranquila. Leyendo, paseando entre árboles singulares o por la acera de tu ciudad. De pronto, sientes una inquietud, puede ser por algo que has visto o que en ese momento recuerdas. Esa inquietud se vuelve cada vez más extrema, deseas expulsarla de ti convertida en palabras, en llamar la atención de lo vivido, de lo que esa luz interna te muestra y te pide que debes difundirlo, que debes gritar a los cuatro puntos cardinales para que ese sentimiento de rabia, de amor, de incomprensión, puedas mostrarlo al mundo.
La inspiración surge en cualquier circunstancia y momento del día, sin buscarla, sólo estando atento a la vida y a lo que ocurre a tu alrededor y en el resto del mundo. Algunas veces la buscas pero sobre todo te llega a tu alma como la suave y majestuosa presencia de una mariposa. En sus alas va escrita en colores la presencia de tu ánimo y esa voz luminosa que te hace sentirte inquieto, desarrollar esa idea y reflejarla en el medio que consideres debe ser expuesta para el conocimiento de los demás.
Una inspiración no puede quedarse dentro encerrada en la celda del silencio, ya que entonces se convertiría en una prisionera de la verdad. Hay que liberar nuestros sentimientos y ser capaces de canalizarlos por el cauce de la libertad de expresión, por el cauce de la vida misma.
Cuando terminas de escribir, de pintar o componer esa idea que te ha transmitido elocuentemente la preciosa mariposa y ésta se marcha volando a otra mente, suspiras y admiras tu propia creación, que no es otra que la que te ha dejado marcada en la frente las alas de tu dulce y bella mariposa que tiene su nido en tu corazón.
Inspiración
es la llama
que alimenta mi corazón,
la palabra
que compone una canción,
el grito
que mueve el amor,
la esperanza
en la vida de una flor.
Es el llanto
de la soledad,
las lágrimas
que alimentan
las semillas de la libertad,
la voz que florece
buscando igualdad.
Es el dolor
que florece angustiado
buscando amar,
el fuego
que quema las entrañas
de la verdad.
Inspiración
son tus ojos que alumbran
mi caminar,
la rabia que alimenta
la desigualdad,
la pasión que enarbola
mi despertar.
Es la mariposa
que se cobija en mi interior,
el arco iris
que pinta mi creación,
la luz
que alimenta mi pasión.