En plena ebullición política y sanitaria en el Reino Unido la National Gallery de Londres inaugura una muestra dedicada al artista viajero Alberto Durero (1471-1528). Podría parecer casi una paradoja, afirma Marina Valcárcel en una entusiasta reseña en las páginas del ABC. “Se mire por dónde se mire, esta es una ocasión excepcional, porque mientras el Brexit se instala en Gran Bretaña, el museo de Trafalgar Square acoge la exposición de un pintor viajero, un artista adicto al aprendizaje de sus colegas europeos, un observador y experimentador del Renacimiento que, desde Núremberg, […] atravesó dos veces los Alpes hasta Venecia, donde conoció los secretos de la pintura de Giovanni Bellini, navegó el cauce del Rin hasta Aquisgrán para asistir a la coronación del nuevo emperador Carlos V y llegó hasta los Países Bajos, donde consiguió ver el mar y los restos de la ballena”.
Con más de ochenta obras expuestas, la Galería Nacional de Londres quiere rendir homenaje a la libertad estética de un artista que a través de sus viajes a Italia pudo perfeccionar la representación de los cuerpos y de la luz, mientras que en Alemania su arte siguió el curso de los acontecimientos religiosos de la Reforma protestante. Hasta llegar a “uno de los más maravillosos grabados de la Historia del Arte: Melancolía I (1514), un ángel sentado a horcajadas frente a un mar iluminado por el reflejo de un astro. Todo es extraño y simbólico: la balanza, el inmenso reloj de arena, las herramientas de carpintería, una gran piedra poliédrica, la escalera que no lleva a ninguna parte, una campaña, un perro retorcido sobre sí mismo y el infinito de un cielo iluminado por un sol de rayos bellísimos”, escribe Marina Valcárcel.
Dónde: The National Gallery, Londres
Cuándo: Hasta el 27 de febrero