ALCANZAD LAS ASAMBLEAS
Tercer lunes del mes de junio
Unos agitan altas las banderas,
iracundos, tundiendo cacerolas,
otros tiran con sogas las estatuas
pidiendo dignidad para las víctimas.
(Mientras la peste en el silencio medra,
como el verdugo que mantiene el cargo
aunque cambien repúblicas y reyes.)
Todos, el justo y el inicuo, gritan.
Precaveos, hermanos, de los gritos.
En la guerra de gritos nunca ganan
los desarmados porque nada grita
más alto que las armas, y sabemos
que quienes braman ondeando enseñas
son amigos del dueño de las armas.
El pasado reclama la verdad,
rendir honor al reo no al sayón:
por eso es noble derribar estatuas,
profanar mausoleos de tiranos,
llenar los callejeros de poetas
y científicos, no de criminales.
Mas el hoy nos exige hacer justicia,
la justicia que es obra de las leyes,
las leyes que se escriben con palabras
desde la idea, la razón, el voto.
Alzad la voz, tomad las anchas calles,
pero luego alcanzad las asambleas,
sin más poder que el pescador al alba,
sin otra fuerza que la del acuerdo,
y recordad, hermanos, que la suma
de voces hace gritos, solo gritos,
mas la suma de ideas hace pueblos.
Gonzalo Sánchez-Terán