—¿Una entrevista?
—Sí… Bueno, no. Más bien una charla. O una búsqueda.
—¿De qué?
—De lo que hay detrás de los relatos que nos contamos. De lo que queda cuando los corremos y quedamos solo nosotros.
Imaginate una caja,
con cintas y escritas de Frágil
o No someter al calor.
Y una mano que la abre.
Con palabras.
Saca de ahí unos walkmans,
la frase inicial de un pensamiento,
un poema, un estribillo,
o incluso al propio Aladino.
La caja cae,
se deja caer.
O se tira
en el contenedor de la esquina.
Y solo queda lo de adentro.
Eso intenta ser este video. Lo de adentro. Cuando no hay caja, ni etiquetas.
REDACCIÓN | Están los dos en sus casas, frente a un café y una pantalla. Él en México DF. Es Alejandro Zambra, escritor chileno y uno de los autores contemporáneos más certeros y profundos de habla hispana. Portador de un estilo invisible que desnuda todo lo que narra, ha publicado, entre otros, Bonsái, Formas de volver a casa y Poeta chileno. Ella, Ana Lissardy, que también escribe, desde Uruguay le hace preguntas y le lanza poemas, libros, canciones. Los dos nacidos en el ’75, él en Santiago, ella en Montevideo, conversan sobre cómo fue crecer en dictadura y cómo eso los convirtió en una generación de denuncia y ruptura; sobre democracias adolescentes y adolescentes en democracia; sobre los territorios que estamos perdiendo y los que quizás deberíamos empezar a ganar; sobre una ortodoxia fría que quiere absorberlo todo; sobre buscar un nuevo origen e inventar una propia mitología; sobre multiplicar los metros de felicidad. Y sobre otros.
RELATOR
(susurrando)
Y mientras Alejandro habla de todo eso y va soltando universos, aparece un poema, un libro de un autor que le gusta, una canción que escuchaba de niño. Y un relato se va escribiendo por debajo. Porque siempre un relato se va escribiendo por debajo.
[VIDEOGRAPH]
Este es un video que busca dejar de serlo.
Un híbrido. Nada más.
Y por suerte.