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Algunos años nuevos

Al menos en Nochevieja todos cumplimos un año más, pensaba Faba, orgulloso de su ocurrencia en ese gran cumpleaños colectivo, que por fin, a todos nos ponía de acuerdo en algo tan difícil como celebrar conjuntamente un aniversario. Púsose a investigar el material que citaría en su reflexión final de año, y desconcertose ante tanto festejo tan diferenciado. Celebrar el año nuevo cristiano parecía que al menos nos redimía de la discusión permanente. Pero hétenos aquí, víctimas de nuestra propia tesis, al descubrir que no todos los seres humanos, por obra y gracia de sus religiones, son iguales. Razas, sectas, clases sociales… las diferencias terminan siempre haciendo así de entretenida, belicosa y peligrosa la convivencia humana. No hay forma de entendernos, ni siquiera en la última noche del año. ¿O acaso no acaba hoy el año, por igual, para todos?

 

Los griegos celebraban el año nuevo en julio. Hecatombeón, mes dedicado a Zeus venía plagado de fiestas, entre ellas las grandes Panatenaicas en honor de Atenea su hija.

 

Los cristianos trasladaron el año nuevo del solsticio de verano al de invierno.

 

Los judíos viven en 5771 desde el pasado 8 de Septiembre. Su año nuevo o Rosh Hashaná (cabeza de año), es una celebración que comienza al atardecer, y que dura hasta el atardecer del día 10 del mismo mes de Tishrei. Se trata de una fiesta religiosa que conmemora la creación del mundo, y particularmente la de Adán, primer hombre creado por Dios. Comen manzanas con miel, como símbolo de las dulzuras del nuevo año, aunque también pueden comer granadas y una cabeza de pescado. El saludo tradicional de esta fiesta es Shaná Tová, que en hebreo significa feliz año. Los dos días que dura la fiesta no se duerme, e intentan sustituir el sueño por lecturas de la Toráh. La festividad es móvil, la próxima Rosh Hashaná se celebrará el 28 de Septiembre de 2011.

 

Para los musulmanes, que viven en 1432 desde el pasado 7 de diciembre, fecha del  R’as as-Sana (año nuevo en árabe), no resulta una fiesta especialmente religiosa, aunque los devotos rememoran la vida de Mahoma y la hégira que tuvo que realizar a la ciudad de Medina. El día grande es el Ashura (décimo del mes de Muharram, el primero del año), en esa fecha se rememora tanto la creación del mundo por Dios, como la de Adán, el final del diluvio, el nacimiento de Abraham, el día que salió Jonás de la ballena, o el día que Jesús ascendió a  los cielos. Por eso, el que ayuna el día de Ashura, será recompensando por Alá, aumentando su nivel de vida en el paraíso. Como el calendario musulmán se rige por meses lunares, (diez o doce días más cortos que los solares), la próxima celebración de año nuevo se realizará el próximo 26 de noviembre de 2011.

 

El año nuevo chino o nónglì xīnnián, (Año Nuevo del Calendario Agrario), se conoce como el comienzo de la primavera. Este año nuevo lunar viene a celebrarse entre finales de enero y finales de febrero, según los años. Las celebraciones se desarrollan durante los 15 primeros días del primer mes lunar, y concluyen con el Festival de los Faroles. En esos días se produce la mayor migración anual de seres humanos. Todos los chinos se desplazan a su lugar de origen, para celebrar con su familia el año nuevo. Suelen comer jiaozi (raviolis). Dibujan hermosas caligrafías con términos tan prometedores como prosperidad y abundancia, cantan coplas de primavera, y se regalan entre ellos sobres rojos (Lai See) con dinero para los más jóvenes. También reciben la visita del dios de la riqueza, vestido de rojo y con barba, que les regala imágenes. Finalmente, en las calles se bailan las danzas del dragón (Wu Long), o las del león (Wu Shi), conservadas desde antiguo, y que sirven para ahuyentar a los malos espíritus. El pasado 14 de febrero nació en China el año 4708.

 

 

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