Muertas tantas lenguas, ya no me acuerdo de nada ahora que todo significa persona, figura teatral de siete cabezas ¿Qué hemos hablado? Toda palabra querría ser la respuesta, explorar caminos agrestes e inconexos con el arrojo de quien teje una imaginaria red de relaciones lógicas y fácilmente la lleva de un tema a otro, desgastando la planicie del mundo, puesto en forma el cuerpo lingüístico. O tal vez hablamos para salvar la vida, viendo venir los peligros y anteponiendo preposiciones que nos sitúan apenas yuxtapuestos: Los hombres, grupo escultórico, no saben qué los une pero se saben unidos, cercanos como hilos sueltos que lentamente deshacen una túnica de tiempo, como la voz y el eco de voces pasadas y futuras.