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Argentina vuelve a votar al borde del abismo y se deja fascinar por el pensamiento mágico cuando seis de cada diez niños son pobres

I

El 22 de octubre se celebran elecciones a la presidente de Argentina. Tras haber sorteado el PASO (Primarias abiertas, simultáneas y obligatorias) han sobrevivido cinco fórmulas: por Los Libertarios o La Libertad Avanza Javier Milei y Victoria Villarruel, por Juntos por el Cambio Patricia Bullrich y Luis Petri, por Unidos por la Patria (peronismo) Sergio Massa y Agustín Rossi; por Hacemos por Nuestra Patria Juan Schiaretti y Florencio Randazzo y por el Frente de Izquierda Myriam Bregman y Nicolás Del Caño. Pero hay solo tres presidenciables con opciones: Milei, Bullrich y Massa. Las otras dos saben claramente que no tienen posibilidad alguna.

 

II

En la escuela primaria de muy chico soñaba imitar a San Martín cruzando Los Andes enfrentando la dura batalla en bien de los demás. Con esas ideas y sentido de la libertad.

 

Unidos por la Patria, de Sergio Massa, actual ministro de Economía, quien tiene el poder, es quien cumple funciones de presidente de hecho, quien decide absolutamente todo en el presente gobierno. Tiene ese perfil desde que asumió el cargo en 2004. Pero con Cristina Fernández de Kirchner, actual vicepresidenta y líder del kirchnerismo y de la Cámpora (ambos brazos de la izquierda populista peronista), detrás, vigilando. No hay índice ni encuesta que les resulte satisfactorio para la causa, todos son un espanto. Sacaron el índice de miseria mundial en donde gozamos del sexto lugar. La principal causa es la inflación. El índice de inflación interanual ronda entre 120% o 140%. El porcentaje poblacional que está por debajo de la línea de pobreza es del 40%. Debajo de esa línea casi la mitad de la población está en condiciones de pobreza. Pero el índice que más duele es el de pobreza infantil, la que afecta a niños menores de 14 años: llegó a 54,3%, que afecta a 5,8 millones de chicos. Infancia que se supone es la etapa más feliz de un ser humano. Según monseñor Mario Poli, seis de cada diez niños argentinos son pobres. Niños que obviamente con el estómago vacío les debe costar concentrarse en clases. Se está hipotecando con esos menores el futuro de nuestro país. Se está pagando a la actual vicepresidente en pensión solamente tres millones de pesos por mes (una cifra que se actualiza constantemente). La ex presidenta Isabel Perón cobra alrededor de 2.500.000 de pesos de pensión, a lo que se le debe sumar su jubilación, teniendo en cuenta que la jubilación mínima es de 124.000. El 27,9% de los jubilados cobra la mínima o menos; el 18,4% cobra entre la mínima y 100 mil; el 33,5% entre  100 mil y 200 mil; el 10,8% entre 200 mil y 300 mil, el 5,3% entre 300 mil y 400 mil y el restante 4,2% más de 400 mil. En otras palabras, los ingresos que percibe la vicepresidenta son escandalosos y sumamente privilegiados. Por lo que respecta a los  índices de seguridad todos resultan negativos. Salir a la calle hoy es una aventura; llegar a casa ileso y con sus pertenencias intactas, todo un logro. Claro que esto ocurre con el Gobierno actual, ya que anteriormente esto no sucedía, o al menos no con este grado de dramatismo.

Es decir, la seguridad en la vía pública es muy frágil. Por otro lado, la economía es un desastre. Argentina va de mal en peor. Para colmo de males y con la intención de provocar una sacudida en plena campaña electoral el ejecutivo envió al Congreso la Baja de impuesto a las ganancias sin la prevención de cubrir la falta de ingresos en las arcas del Estado que sin duda desencadenará esa medida. Gran parte de la escalada vertigionosa de la inflación es el déficit fiscal que sufre el país. En otras palabras, el Estado gasta más de lo que recibe y para poder cubrir ese descalabro recurre a la impresión indiscriminada de billetes. En pocas palabras, sigue con un tan popular como irresponsable política monetaria. Y elude las responsabilidades propias a la hora de explicar el fracaso de las medidas económicas que adopta. Cuando Massa se convirtió en ministro de Economía el dólar libre se encontraba a 290; hoy, al momento de redactar esta nota, cotiza a 1.200. Massa no ha presentado ningún programa económico para el futuro ni ha presentado equipos de trabajo que pudieran trabajar en su hipotético próximo gobierno si ganara las elecciones.

Para colmo de males, se descubrieron en plena campaña casos de corrupción de funcionarios e intendentes (alcaldes) allegados al Gobierno. A pesar de todo eso, mucha gente manifiesta su intención de volver a votarle. A pesar de todos los datos duros y corruptelas que asedia a Massa los sectores que le respaldan disfrutan de un piso de votos muy notable. Es más, es tan significativa la cantidad de votos posibles que algunos encuestadores vaticinan que puede quedar en segundo lugar en los comicios del próximo domingo, aunque mi impresión es que no llegará tan lejos. Creo que sería un milagro si al final del recuento ocupara la tercera plaza. Hay que reconocer que a la hora de venderse y de hablar de sí mismo cuenta con una flamante oratoria y una gestualidad capaces de convencer casi a cualquiera.

 

En Buenos Aires tuve una infancia feliz, amigos, familia. Argentina campeón del Mundo de fútbol del 78. Mis padres querían que conociera el país, las raíces. En casa se escuchaba todo tipo de música jazz, Sinatra, Louis Amstrong, boleros, algo de tango (a mamá mucho no le gustaba) y sobre todo folklore argentino.  Se disfrutaba mucho de los asados de fin de semana con música autóctona.

 

III

Cuando llegó la guerra de Malvinas fui movilizado a la zona sur de mi país para cruzar a las islas y participar de la recuperación. Perdimos. Ese tal vez haya sido mi primer gran golpe.

 

Javier Milei, el candidato por Los Libertarios, tiene una apariencia particular que le caracteriza a simple vista: su estilo de no peinarse y sus modos histriónicos a la hora de comunicarse le han dado sin duda visibilidad. A ello hay que añadir que se trata de dar a entender que es un outsider, alguien ajeno al sistema, que sin embargo se ha sabido servir de los medios de comunicación y ha sido la gran sorpresa al cosechar más votos que nadie en las elecciones primarias. Pero al analizar sus mensajes la prensa se dio cuenta de su propio error y empezó a tomar conciencia de que la medicina que Milei pretende aplicar no sería lo mejor para el país. Milei da muestras de no respetar la libertad de prensa, entra al trapo y la reyerta con muchos reporteros, se permite calificarles con notas del 1 al 10, desacredita a los que les hace preguntas incómodas, etcétera.

Fuera de Argentina algunos comparan a Milei con el estadounidense Donald Trumps o el brasileño Jair Bolsonaro. En realidad son personajes totalmente diferentes. Lo que los une es que son disruptivos, pero Milei es una figura completamente diferente. Ha descalificado al Papa, a expresidentes, empresarios y a todo tipo de personalidades. Sus descalificaciones no se basan en un análisis crítico racional, sino desde el puro desprecio, y sobre todo sin medir las repercusiones de esas intervenciones que pretenden inflamar el debate y hacer que se fijen en él.

Más allá del fenómeno mediático, y su indudable repercusión electoral, su panoplia de medidas en el plano económico (en teoría su lado fuerte), educación o salud son en buena medida impracticables o muy difíciles de llevar a la realidad, y más allá del alcance del poder que pudiera tener si llegara a hacerse con la presidencia. Como hacer desaparecer el Banco Central de la República Argentina. Para ello necesitaría de una mayoría absoluta del poder legislativo, algo que aunque alcance la máxima magistratura no obtendrá en el Congreso. Parece fuera de toda duda que no logrará las mayorías que necesitaría para modificar la Contitución y desmantelar instituciones clave como el Banco Central.

Para dolarizar por completo la totalidad de la economía, y la renuncia por tanto a una moneda propia, necesitaría de una extraordinaria mayoría, indispensable para retocar también la Constitución a ese repecto. Y lo que es peor, la dolarización de la economía implicaría transferir las facultades otorgadas por el artículo 75 de la Constitución Argentina al sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos. Otra cosa es disponer de un sistema bimonetario, que ya está vigente para la mayoría de transacciones de cierto volumen. Esas transacciones se efectúan con monedas extranjeras (sean dólares estadounidenses o euros). Es más, el presidente de La Corte Suprema de La Nación (última instancia del Poder Judicial), ente que tiene la guarda y custodia, entre otras cosas de la interpretación de la Constitución Nacional, ya adelantó que dolarizar la economía en su totalidad renunciando a la moneda propia sería inconstitucional.

Para lograr enderezar la economía, potenciar el crecimiento y reducir la inflación, si finalmente llega a la Casa Rosada, Milei va a necesitar de una política monetaria mucho más férrea y controlada que impera, sin recurrir a la emisión innecesaria de billetes y volver a contar con una moneda que represente y defienda los intereses nacionales.

Además, bajar el gasto público, como dice que pretende, no le resultaría tarea fácil, y menos para alguien como Milei, ya que no cuenta ni con un solo gobernador de las 23 provincias, además de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Como tampoco cuenta con una mayoría en el Poder Legislativo que le permita maniobrar.

Respecto a las jubilaciones es evidente que existe un número privilegiado no muy numeroso, pero muy oneroso, dado el importante volumen de prestaciones que perciben, como se señaló más arriba. Es obvio que existe la tentación de rebajarlas. ¿Pero es eso posible a corto plazo? Si la revocación se hace mediante un decreto presidencial su debilidad jurídica sería enorme. Y es más que seguro que los interpondrían un recurso de amparo judicial, y a los pocos días es más que probable que esa cacareada reducción quedaría en nada, sin efecto.

Respecto a establecer aranceles para la prestación sanitaria resulta descarnado hasta el mero hecho de mencionarlo. Tenemos como se dijo altos índices de pobreza. ¿Qué haría entonces esa gente que no tiene ni para comer, cómo va a hacer para atender sus necesidades sanitarias, cómo va a poder permitirse una cirugía? ¿Y qué decir de la atención pediátrica para tantos niños que viven por debajo del índice de pobreza, o que apenas lo sobrenadan? Es un imposible.

¿Cuál es la solución que Milei esgrime ante todo ese abanico de imposibilidades? Someter todas estas medidas a consulta popular. Consultas de esa índole están regladas por la ley 25.432. Es una ley con dos aspectos. Están por una parte las consultas vinculantes, las que tienen como resultado la obligatoriedad de su cumplimiento si así lo respalda una mayoría. Por otra, consultas cuya única razón de ser es conocer el sentir popular. En su artículo 2º dice: “La ley de convocatoria a consulta popular vinculante deberá tratarse en una sesión especial y ser aprobada con el voto de la mayoría absoluta de miembros presentes en cada una de las Cámaras [del poder legislativo]”. La mayoría absoluta. Nuevamente es preciso señalar que Milei no cuenta (ni es previsible que pueda contar) con los votos necesarios para poder hacer semejante consulta. Por eso es imposible que se concreten tantos aspectos de su oferta electoral.

Sobre la capacidad para ordenar la emisión de más papel moneda para enjugar el gasto píblico, es cierto que es una potestad presidencial. Pero si ese es el caso, ¿tiene Milei miedo de sí mismo de no poder cumplir con sus ideas para poner a pleno rendimiento la maquinaria de fabricar billetes? ¿Tiene miedo de sucumbir a la tentación de emitir más de lo debido? ¿Tiene miedo de no poder darle al Banco Central de la República Argentina la indepencia que necesita, o incluso de desmantelarlo? ¿Tiene miedo de su propia personalidad, la que tal vez no le deje cumplir sus objetivos? ¿Tiene miedo de hacer un gobierno demasiado descarnado, escaso de miembros para reformar todo lo que quiere reformar? Los riesgos que entrañan las políticas que anuncia es que puede hacer más mal que bien, perjudicar a buena parte de la industria y sobre a las pequeñas y medianas empresas (las Pymes). La pérdida de empleo sería una consecuencia indeludible, lo que agravaría la ya muy precaria situación de demasiados ciudadanos que malamente sobreviven. Milei estaría maniatado por declaraciones hechas antes y después de haberse convertido en candidato a la presidencia. Cumpliéndose el Teorema de Baglini, ¿se irá echando atrás en sus promesas, como ya ha pasado en más de uno de sus ambiciosas pretensiones políticas? El Teorema de Baglini dice que “cuanto más lejos se está del poder, más irresponsables son los enunciados políticos; cuanto más cerca, más sensatos y razonables se vuelven”.

Votar a favor a la reducción de la ley del impuesto a las ganancias sin simultáneamente recortar el gasto público haría muy posiblemente que la economía se estrellara con un brote de hiperinflación. No es de extrañar que en la cámara baja los diputados hicieran oír sus exclamaciones. Porque la estrategia de Milei lo que pretendería es que esa hiperinflación serviría para que el actual gobierno perdiera su asiento más rápidamente. Una forma de evacuar el poder. Para colmo de males, siendo Milei un candidato fuerte, se ha dedicado a aconsejar a la población que compre dólares, lo que desató una corrida bancaria de la moneda llevándola a una subida tan vertiginosa como temible, que como colofón suscitó una denuncia de índole penal realizada incoada por el presidente Alberto Fernández. Ante esa ausencia de gobernabilidad hay quienes piensan que Milei será una vana promesa antes de llegar, y permita así que retomen el poder lo que estaban antes. ¿Una nueva variante del tango argentino?

Su eslogan durante gran parte de su campaña fue terminar con la casta. De los sindicatos critica que se enquisten en sus puestos, pero, cauteloso, dice que es un problema que tienen que arreglar ellos mismos y que no piensa meterse en ese avispero. Esa estrategia le ha llevado a invitar a diferentes funcionarios a integrarse en sus filas. Sin embargo, su propia vicepresidenta ha mostrado públicamente su incomodidad ante la inclusión de un sindicalista tan significado como Luis Barrionuevo.

A Milei le gusta jugar con cierto perfil libertario cuando dice que quiere echar abajo todo lo construido. Por eso le gusta retratarse con una motosierra, un artefacto que sirve para derribar, cortar, deshacer, no para construir. Nadie niega que en el país hay una serie de privilegios que acentúan la percepción de injusticia en amplias capas de la población y que la política se ha servido durante demasiado tiempo a sí misma y no a la ciudadanía. Pero la destrucción no conduce más que al caos.

Cabría rodear toda esa indudable fascinación que ha suscitado el hasta hace no demasiado poco insospechado aspirante Milei es la atracción por el pensamiento mágico. Este pensamiento o conocimiento mágico consistente en ofrecer conclusiones maravillosas basadas en supuestos informales, erróneos o no justificados y a menudo sobrenaturales, lo que a su vez genera opiniones o ideas carentes por completo de cualquier fundamentación empírica. Básicamente consiste en atribuir un efecto a un suceso determinado, arbitrario, sin que exista una relación de causa-efecto comprobable entre ellos. Esto sucede muchas veces con la superstición, la religión y diversas creencias populares. Y ahí es donde se presenta Milei como un Moisés capaz de que las aguas del mar incierto se abran ante su mera invocación.

De alguna manera ese pensamiento encierra un lado infantil, y ese lado infantil tiene también un lado de esperanza. Claro está, que ella no concuerda en absoluto con la realidad. El votante se ve seducido por esa senda favorable que resuelve problemas que parecían insolubles y cuyo colofón es la esperanza cierta de crecer. Un mundo más feliz. Ante tantos años de engaño, de corrupción, cuando el que viene y promete sin medida y sin escrúpulo alguno muchos ciereran los ojos y prefieren no preguntarse si lo que dice es cierto o no. Es como querer creer, que forma parte de la dinámica del pensamiento mágico. El votante se ha volcado en pos de ese malpeinado y desarreglado seductor  gritón. Ve que es uno diferente, que no guarda la compostura de los otros (que para muchos argentinos desencantados de la política es la prueba de su acomodo al poder y sus privilegios) y que además dice que no le interesa dinero. Y no solo eso, asegura sin pruebas que los grandes capitales extranjeros van a apoyar sus iniciativas desde el gobierno.

Lo cierto es que a día de hoy todavía no ha presentado a parte de su equipo. Solo a algunos colaboradores aunque sin concretar qué desempeño tendrán, y en qué quedará su soflama a favor de echar el cierre Banco Central de la República Argentina. Pero no hay noticia de quién serían ministros clave como los responsables de Economía, Salud, Educación… Se nota la falta de una estructura partidaria detrás del gran cartel de Milei. Y se nota especialmente por la cantidad de aspirantes a tener un cargo en el futuro gobierno. También se nota por el hecho incontestable de centralizar todo en su persona. De ahí la paradoja de exhibir una estridente personalidad pública y, cuando desaparece del calor de los focos da la sensación de que cuando pasa a pequeños recintos se encierra en sí mismo y con dificultades para comunicarse con los que tiene alrededor.

Pero a pesar de no contar con el andamio de un partido fuerte detrás, de no tener legisladores, ni gobernadores ni intendentes (alcaldes) la gente parece dispuesta en confiar en su mensaje aureolado de magia y parece más que seguro que será uno de los que salgan respaldados por el recuento. Y eso a pesar de que, a mi modo de ver, Milei es un vendedor de abalorios y espejitos de colores, a diferencia de otros candidatos en que las propuestas son mucho más coherentes, respaldados por un partido fuerte detrás y con apoyo político en diferentes ámbitos de nación.

Con la bronca que se respira en la calle, el enojo totalmente justificado de la gente, es necesario sentarse al menos un minuto, y pensar quién vende espejitos de colores y quién no. Que el cambio es necesario resulta obvio. Si Argentina quiere salir del agujero y mejorar es imposible si sigue haciendo lo mismo, repitiendo políticas que se ha verificado como incapaces. Se puede cambiar, se puede salir del pozo. Hay políticos que durante su mandato tuvieron el coraje de enfrentarse a enquistados líderes sindicales, de tomar la seguridad en sus manos y tratara de controlar los intereses corporativos y de otra índole que también forma parte de lo que es necesario corregir en el seno de los servicios de seguridad.

Lo que se teme de Milei es que al no contar con la plataforma necesaria para realizar las trasformaciones que hacen tanta falta no sea más que un caballo de Troya. Milei es en la actualidad diputado nacional y no se le conoce que haya impulsado ni un solo proyecto de ley. Tampoco pertenece a ninguna comisión legislativa (el filtro necesario para que un proyecto de ley vaya a ser tratado la Cámara Baja). Dice que no lo dejan. Pero ante ese impedimento hay medios para poder sortear los obstáculos que supuestamente se lo impedían, pero lo cierto es que Milei no hace nada vencer esos impedimentos.  Lamentablemente lo que se avizora que si llegar a la Casa Rosada su gobierno va estar plagado de impedimentos y que ya tiene en la recámara la excusa de que no le dejan. Es más, el politólogo argentino Andrés Malamud, radicado en Portugal, entiende que es más que probable que ante la imposibilidad de llevar a cabo las reformas radicales que plantea, Milei, dado su carácter volátil, y sobre su escasa habilidad y predisposición para la negociación y el consenso, termine queriendo cerrar el Congreso (como pretendió hacer el presidente peruano) y que sea el mismo Congreso el que lo destituya.  Ese escenario podría abrir la puerta al retorno del kirchnerismo peronista que se presentaría de nuevo como salvadores del sistema. Tanto es así que el peronismo está forjando acuerdos secretos con sectores cercanos a Milei para favorecerlo y colocarlo en el poder ante la imposibilidad de que ellos lo recuperen directamente en primera instancia.

Milei es aparentemente un outsider, una figura diferente, disruptiva. Pero para convertirse en un verdadero líder no solo hay que señalar lo que está mal, lo que está podrido en la cosa pública. Hay que saber trazar el camino posible, hay que saber mandar para llevar a la concordia y no a la destrucción.

 

Hiperinflación, mi padre hacía de todo para preservar lo nuestro. La ciudad, un caos. yo ya sabía lo que era perder el valor de la moneda.

 

IV

Antes de ingresar a la universidad estuve en el ejército, en la carrera de oficiales.  Luego en la universidad una materia seguida de otra despertaba mi interés. Me daba cuenta de que a pesar de tener un sistema republicano nuestra sociedad siempre caía en el paternalismo y todos buscaban la solución en la figura del presidente, desdibujando los otros dos poderes. Para el país ese fue un gran error. Empecé a conocer otros países y me fui dando cuenta de que no éramos los mejores del mundo, pero también sabía lo mucho y bueno que teníamos.

 

Patricia Bullrich es la candidata de Juntos por el Cambio, partido del que surgió  el ex presidente Mauricio Macri. La sociedad argentina la está observando con muchísima atención. Nacida en la Ciudad de Buenos en 1956, proviene de una familia patricia. Es magister en Ciencia Política y Sociología​ por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y obtuvo su título de doctora en Ciencia Política por la Universidad de San Martín (UNSAM). Después hizo el postdoctorado en la Universidad de Oxford. En la década del 70, cuando era una adolescente, perteneció a la Juventud Peronista. Durante el gobierno militar tuvo que exiliarse, primero en Brasil y después en México y finalmente en España.

Es una mujer que no tiene miedo a los retos ni a transitar por lugares incómodos. En su época de deportista, durante su adolescencia, fue portera de un equipo de hockey, el puesto más sacrificado y expuesto de ese deporte, ya que recibe todos los golpes. También trabajó en un local de comidas rápidas y durante su exilio en México hizo de todo, hasta lavaplatos.

Con Marcelo Langieri, Patricia Bullrich empezó a vivir en pareja. Fue a finales del año 1975. Ambos se exiliaron. En 1979 regresaron a Argentina de forma clandestina. Ese año nació Francisco, su hijo, al que no pudieron registrar legalmente hasta seis años más tarde. En 1997 contrajo matrimonio con el abogado Guillermo Yanco, con quien sigue casada. A su retorno definitivo a Argentina creó dentro de la Juventud Peronista su propia organización. Se convirtió en legisladora en 1993.

Con el presidente Fernando de la Rúa y el Gobierno del Partido de la Unión Cívica Radical (UCR) fue la primera mujer en ocupar la secretaría de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Allí decidió relevar a 112 carceleros que facilitaban la salida de presos y eran cómplices de sus asaltos y allanamientos. Luego asumió el cargo de ministra de Trabajo. Impulsó un plan de “transparencia sindical”, ​ que incluía entre otros puntos la obligación de presentar declaraciones juradas de ingresos por parte de los dirigentes gremiales. Eso le llevó a enfrentarse con Hugo Moyano, uno de los sindicalistas más poderosos en aquel momento y en la actualidad. Ni aquella época ni ahora no hay casi nadie que se atreva a hacer frente al movimiento sindical, salvo ella. Como dije, no tiene miedo a plantarle cara a los problemas ni meterse en territorios inhóspitos.

Durante el mandato de Mauricio Macri se puso al frente del Ministerio de Seguridad. Tuvo que hacer frente al aparato kirchnerista, que no aceptó de buen agrado haber perdido las elecciones. Puso orden en las calles y en la sociedad, siempre con las garantías constitucionales como marco. Luchó con contundencia contra el narcotráfico, y en todos esos ámbitos dejó su sello de orden, valentía, coraje y claridad de ideas.

Sigue siendo una mujer de apariencia franca, no se ha sometido a cirugías para aparentar una edad que ya no tiene. Si bien cuenta con una pequeña fortuna es de modales finos, educados. La manera de manifestarse en público es la sencillez y la franqueza. Conservadora en el vestir, eso no le resta espontaneidad. El que defienda y muestre siempre educación y buenas maneras no le impide ser firme en la defensa de sus puntos de vista.

Dentro de su partido, Juntos por el Cambio, ha disputado su candidatura a la presidencia de la nación con Horacio Rodríguez Larreta, actual alcalde de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a quien derrotó con una amplia mayoría. Ella no solo tiene experiencia y capacidad demostrada por haber pasado por los poderes legislativo y ejecutivo, sino que su gestión en momentos y ministerios difíciles le han hecho que esté bien preparada para el futuro. Posee ideas claras, actitud, y el convencimiento de que será capaz de llevar a cabo sus promesas de libertad de mercado, seguridad, orden, etcétera, y eso sin temor a las consecuencias o efectos colaterlaes que sus decisiones puedan llegar a generar. La falta de determinación a la hora de actuar trae como consecuencia una vez más la frustración de una sociedad que ya se encuentra extremadamente defraudada y muy baja de ánimos después de los muchos golpes y desafectos que se ha visto obligada a encajar. Bullrich piensa que su política debe ser más de choque, de provocar cambios súbitos de forma contundente. Para ello se necesita no solo el conocimiento intelectual, sino la valentía y el coraje que ella ha demostrado desde su juventud, sin miramientos a la hora de ponerse manos a la obra. Para poner orden en la Argentina, para dar impulso económico y apertura en los mercados, para que los inversores se animen a participar en el empeño e impulsar las exportaciones de lo que las manufacturas argentinas. Para ello hoy contaría con una mayoría en el poder legislativo por primera vez en muchísimos años desde que el peronismo forma parte del tejido nacional. Además, cuenta con la fuerza de más de diez gobernadores y más de 500 alcaldes de su partido a lo largo y ancho del país.

En este momento hay una gran cantidad de planes o subsidios para todos aquellos que no están trabajando, pero lamentablemente en muchos casos se han convertido en subsidios permanentes que se han convertido en un lastre para las arcas públicas y mucha gente que disfruta de esas ayudas no ha vuelto trabajar de manera formal. Patricia Bullrich pretende poner término a esa situación, ir reduciendo paulatinamente esos subsidios, para que sean verdaderamente temporales, y hacer hincapié en la generación y canje por emplenos genuinos.

Para eso tiene pensado propiciar cambios estructurales en las leyes de trabajo. Ha formado equipos de trabajo para diferentes áreas, sobre todo en lo que se refiere al campo del empelo. Este autor forma parte de uno de esos equipos. La idea es aprobar leyes que sean modernas, dinámicas y que no ponga trabas al empresario. Pero que tampoco se vea perjudicado el trabajador ni le genere una situación de dependencia. La idea es atraer al inversor, ya sea nacional o al extranjero, y que disfrute de la seguridad y garantías jurídicas durante la contratación, la vida de producción y el momento del despido. Que todo eso no sea engorroso y mucho menos que resulte demasiado oneroso.

La pretensión de Bullrich es la de reordenar la economía para terminar con la inflación, porque la estabilidad macroeconómica es una condición indispensable para avanzar en un cambio estructural de la base productiva de Argentina y ofrecerle previsibilidad a los inversores. Ella quiere llevar adelante una reforma integral del Estado para garantizar que la estabilidad sea irreversible y además tener un Estado que cumpla con sus funciones contribuyendo a que todos puedan desarrollar su vida en un marco de garantías constitucionales, seguridad y libertad. Bullrcih quiere liberará y potenciar la producción, porque el crecimiento de la economía es vital. Para eso presentó un plan económico con un nuevo régimen cambiario, sin cepos, ya que a día de hoy no hay un dólar libre de cambio, y hay diferentes cotizaciones de dólares que impone el gobierno actual. Liberar el dólar permitiría exportar e importar libremente, con normas macroprudenciales al movimiento de capitales. Responsabilidad fiscal, con déficit cero inmediato. Sin esto la autonomía del Banco Central no es creíble. La aspirante a la presidencia quiere garantizar la autonomía del Banco Central con prohibición de financiamiento al gobierno, y que sus autoridades sean designadas por el Congreso, con mandatos que no coincidan con el período presidencial. Y bimonetarismo, que convivan el peso y el dólar, que vuelvan los dólares al circuito productivo, del ahorro y la inversión

Pretende una racionalización y simplificación impositiva. Pretende si llegar a la Casa Rosada eliminar todos los impuestos de escasa o nula recaudación que lo único que hacen es complicarle la vida a los que producen y dificultan las exportaciones.  Retenciones y otras restricciones, eliminar la brecha de tipos de cambio entre insumos y productos, y liberar todos los cupos a la exportación desde el primer día, además de suprimir de forma inmediata las retenciones de producciones regionales, y abrir un horizonte de reducción del resto de las retenciones para su eliminación

Habrá nuevo acuerdo federal con las provincias en cuanto a relaciones institucionales, fiscales, con ajuste del gasto de la política, establecimiento de la unicameralidad en alguna de las provincias, adopción de sistemas electorales simples, inclusión de metas educativas, compromiso de límite del gasto corriente en el presupuesto estableciendo mecanismos de incentivos para provincias y municipios competitivos.

Bullrich tiene la intención de convocar a inversores de todos los sectores Somos la tercera plataforma industrial de América Latina (después de Brasil y México), tenemos un tejido productivo complejo de base, con capital humano y físico, tecnología, capacidad de desarrollo e innovación y formalización. A su vez, contamos con una matriz de producción diversificada, federal y heterogénea, con cadenas de valor integradas en ecosistemas globales (energía, minería, agroindustria, tecnologías complejas, etcétera).

Patricia Bullrich es especialista en seguridad y su intención es la de poner orden en las calles bajando el número de manifestaciones que traen tantos dolores de cabeza a los ciudadanos. Para poder salir a la calle tranquilo tanto en la seguridad física como en lo relativo a los bienes materiales.

Ella es una republicana, es decir, entiende que el respeto a la ley y a las instituciones es primordial y es una verdadera convencida en la importancia de la división de poderes, consustancial a la democracia. Entiende que debe de respetar al poder judicial, tan vituperado en Argentina en los últimos tiempos. Entiende así que eso es una garantía no solo para los ciudadanos sino también para los inversores extranjeros.

Asegura Bullrich que impulsará la educación para que todos los niños disfruten por lo menos de 190 días de clases. Para eso no solo forjará diferentes pactos, sino también que le dará espacio político y respaldo a los sindicatos para que ayueden a que la medida se ponga en marcha.

Dice también que no dará tregua en su lucha contra la corrupción, ya que es el gran karma negativo de nuestro país. Promete formar un gobierno austero, eliminando choferes y autos, además de otros privilegios que se asocian a los funcionarios públicos.

Promoverá una ley de integridad que prohíba la contratación de familiares y determine acciones claras para prevenir conflictos de interés. Fomentará un acuerdo federal por la transparencia que será requisito para la asignación de recursos, con la cláusula de que no habrá más recursos del Estado para quienes no puedan dar cuenta de su uso. Garantizará la participación ciudadana en el control del Estado a través del acceso online a toda la información pública (contrataciones, remuneraciones, viajes, gastos y comitivas), la publicidad de la gestión de intereses y el registro de audiencias públicas.  Va a proteger administrativamente a los funcionarios públicos denunciantes de actos de corrupción y está dispuesta a aprobar normas con estímulos positivos para la recuperación de bienes y dinero procedentes de la corrupción.

Para eso también promete reformar el Estado, para hacerlo mas eficiente y ágil. Quiere llevar a la Argentina al mundo. Como se dijo, para ello cuenta con mayoría en el poder legislativo y una nutrida representación en cuanto a gobernadores e intendentes. Eso hará más fáctible y llevadera la permanencia en el Gobierno y facilitará la realización  de los cambios necesarios para volver a convertir a Argentina en una nación pujante.

Para ello ha presentado a su grupo económico, que encabeza el economista Carlos Melconian, a quien a su vez acompañan economistas de primer nivel y alta experiencia tanto en materia académica como en las funciones públicas. En otras palabras, cuenta con un gran equipo.

Todo eso redunda en la credibilidad de Patricia Bullrich como futura presidenta, y en sus capacidades y credibilidad para llevar a cabo un cambio profundo y poder terminar con la corrupción.

La disputa interna que hubo en las elecciones primarias ha dejado sin embargo muy herida a Patricia Bullrich, ya que Juntos por el Cambio fue el único partido que experimento un amplio y hondo debate interno. Eso ha dejado recelos poco a poco parecen haberse ido solucionando, pero no lo suficientemente rápido.

Ha habido dos debates orales entre todos los candidatos. En el primero Bullrich estaba enferma. A pesar de eso prefirió acudir, aunque se le notaba muy cansada. Ya en el segundo debate se le vio diferente, más como es ella, vigorosa, aguerrida y con buen ánimo. En los últimos días está dejando de lado el cansancio, ya que ha recorrido todo el país. Sabe perfectamente que debe convencer ante todo y no imponer o destruir.

 

A lo largo de nuestra historia tuvimos muy buenos presidentes que nos situaron en un lugar destacado del planeta. Hoy el mundo ya no nos considera, y queda el recuerdo d que en algún momento han venido inversores extranjeros, maravillados por todo lo que aquí se podía hacer. El Mundial, Messi y ese gran equipo nos dieron una alegría enorme, además de reforzar nuestro sentido de pertenencia. La gran mayoría tomó conciencia de que esa posición de ser los mejores en el fútbol podía ser un acicate para mejorar en el resto de los aspectos nuestra Argentina.

 

V

Nuestra historia hace al ser como nación. En democracia no solo se debe pretender vivir en libertad, sino también de ser los artífices de nuestro futuro sin depender de la buena voluntad de otros.

 

Votación. En Argentina a nivel nacional el sistema para obtener la victoria en las elecciones presidenciales debe de tener una mayoría de votos directos. Habrá segunda vuelta en caso de que ningún candidato presidencial obtenga el 45% de los votos válidamente emitidos, o en caso de que ningún candidato obtenga el 40% de los votos válidos con una diferencia de al menos 10 puntos del segundo. Si este fuera el caso a la segunda vuelta acudirían solo los dos primeros de lo que resulte de las elecciones del 22 de octubre.

Las encuestas de este año no han sido muy precisas. No ha acertado en la gran mayoría de los pronósticos. Por eso hoy no hay fuentes fiables de resolución. Muchos dicen que la diferencia entre los tres primeros candidatos es de solo un punto o de un punto y medio, y en ese terreno tan volátil los pronósticos lo son aún más.

En ese escenario es muy posible que los mas votados sean al Patricia Bullrich y Javier Milei. Si eso se da así, ellos dos son los que irían a la segunda vuelta. Según los politólogos quien se vería beneficiada ante tal y eventual balotaje sería Patricia Bullrich, ya que la gran mayoría se vería seducida por la postulación mas conservadora, aquella que da posibilidad de verdaderos cambios y no por la mas extrema o disruptiva como es la de Milei, que se puede decir que es de extrema derecha.

El presidente Roca, que perteneció a la generación de 1880, nos colocó dentro de las diez primeras potencias del mundo. Educó, expandió el territorio, trajo prosperidad y orden con leyes de avanzada, grandes proyectos de infraestructura de ferrocarriles e instalaciones portuarias. Hubo un aumento de la inversión extranjera, junto con la inmigración a gran escala desde Europa y Asia, y crecieron los sectores agrícola y pastoril. Todo bajo el lema “Paz y administración”. Los argentinos tenemos mucha abundancia de bienes, campo, gas, litio, minerales, una superficie marítima importante, unos paisajes sin igual y una gente hermosa, además de los cerebros. Es asunto que miremos a esa generación de 1880 en sus virtudes y la voluntad de ser los mejores, y la Argentina saldrá del agujero.

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