
Serendipia. De Serendip, uno de los antiguos nombres de Ceilán, hoy Sri Lanka. Un término acuñado por Horace Walpole, que lo había inventado basándose en un cuento popular, cuyos protagonistas estaban siempre haciendo descubrimientos de cosas sobre las que no estaban investigando. Ergo: Serendipia, la facultad de hacer, accidentalmente, felices e inesperados descubrimientos.
Bastante curioso el origen del término serendipia. En ciencia, uno de los más famosos descubrimientos hechos bajo el umbral de la serendipia es sin duda es de la penicilina, a cargo de Alexander Fleming. Pero no es el único ejemplo, los rayos X o la radiactividad también fueron descubiertos gracias en buena medida a la casualidad. Pero la acción de la serendipia no es exclusiva de la ciencia y también en otras disciplinas surgen los hallazgos felices. El famoso ‘que las musas te pillen trabajando’ de Picasso puede verse como la adaptación de la serendipia a las artes