H. Rinck: “Chess Amateur” (1916)
Las blancas juegan y ganan
La palabra milagro, que procede del latín miraculum -objeto de admiración-, es un concepto sin el cual no se puede llegar entender la esencia del Noble Juego. En efecto, algunas jugadas –contadas, bien es verdad– realizadas ante el tablero son la prueba fehaciente de que “lo inverosímil es lo que más se parece al milagro” (Humberto Eco) y que “todo es posible, hasta lo imposible” (Emily Blunt).
Más aún en el fecundo terreno de los finales artísticos, en los que la victoria o la salvación dependen a menudo de recursos casi sobrenaturales. El renombrado compositor francés y especialista mundial del estudio Henri Rinck (1870 – 1952) tiene mucho que decirnos al respecto.
En los 2000 finales que alcanzó a componer durante su larga vida, se empeñó en demostrar que “´lo más increíble de los milagros es que ocurren” (B. K. Chesterton), tratando además de aplicar siempre a su labor creativa la máxima de Pablo Picasso ”Yo hago lo imposible, porque lo posible lo hace cualquiera.”
Así pues, en el estudio centenario que le presentamos hoy, ya sería un buen resultado que las blancas, con calidad y peón de menos y su caballo atacado, lograran las tablas. Pero es que ¡deben alcanzar la victoria!
Estimado lector, dispone usted de 10 minutos para resolver este “milagro a la Rinck”.
Solución de “Problenigma wenigsteiner”:
La sencilla maniobra matadora de 7 jugadas es tan lineal como forzada:
1.Cg7! Rg6 2.Rg8 Rh6 3.Rf7 Rh7
Ambos monarcas están embarcados en el juego del gato y el ratón
4.Ag5 Rh8 5.Ce6 Rh7 6.Cf8+ Rh8 7.Af6 mate!
Por una vez, ¡un problema sencillo!
René Mayer (remay47@yahoo.es)
Twitter: remay @remay99353001