H. Rinck: “Deutsche Schachzeitung” (1905)
Las blancas igualan
El Ajedrez es un juego-ciencia tan complejo –y a veces tan azaroso, ¿por qué no admitirlo?– que sería un craso error practicarlo sin la convicción de que las posiciones muy comprometidas o claramente perdidas admiten a veces salvaciones milagrosas.
En esta línea, el gran escritor británico y católico G. K. Chesterton (1874-1936) afirmaba: «¡Lo más increíble de los milagros es que ocurren!», secundado por el semiólogo italiano Umberto Eco en su famosa obra El péndulo de Foucault, publicada en 1988: «Lo inverosímil es lo que más se parece al milagro».
De hecho, el ajedrecista que se sienta ante el tablero se comporta de algún modo como una persona realista –suele creer en la bondad del estudio “científico” del Noble Juego– pero también como un creyente confrontado a eventualidades menos previsibles. Hecho corroborado por el ruso Fiador Dostoyevski – otro apasionado del ajedrez –en su obra magna Los hermanos Karamazov–, de 1879: «Para el realista no es la fe que nace del milagro, sino el milagro que nace de la fe».
Estimado lector de ARTE64, ¿tendrá la fe suficiente para hallar el camino de la salvación en este ingenioso final compuesto por el francés H. Rinck en 1905? Tiempo asignado: 12 minutos
Solución de “Lejana vigilancia”:
Ante todo, era preciso observar que muchos ensayos, tales como 1.Dc3+?/1.Df2?/1.Dg1?/1.Dd2? o 1.Dc1? fracasan ante el simple avance de peón 1…d4!. Asimismo 1.Dc5? no servía debido a 1…Rf4:! La clave, sugerida a través del titulo de la crónica, no es sino:
1.Db3!
Jugada que instaura un implacable Zugzwang: existen ahora 4 modelos de mate distintos:
1…Rf4: 2.Dg3#
1…Rd4 2.Af6#
1…e3 2.De3# y la variante más difícil de ver, que abre la diagonal a2-g8:
1…d4 2.Cg6 mate!
Un problema muy hábilmente elaborado por uno de los pioneros de la composición española.
René Mayer (remay47@yahoo.es)
Twitter: remay @remay99353001