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Max Blecher (1909-1938) era un escritor rumano de origen judío. Desde los 19 años estuvo aquejado de una tisis ósea que prácticamente lo llevó a vivir en estado de larva, con el cuerpo enyesado, y se lo llevó al sepulcro en plena juventud. Ello condicionó su obra literaria, compuesta de tres novelas, una plaqueta de poemas y varios microrrelatos, y la hace muy singular dentro de la literatura rumana pues su tortura física dejó su huella en la visión que el escritor tuvo sobre el mundo, y dio lugar a una obra de tipo kafkiano, por lo que se le ha llamado el Kafka rumano. Émulo del escritor checo, de Bruno Schultz y de Walser, pero que, a diferencia de ellos, escribió en una lengua sin circulación, lo cual le impidió convertirse en escritor europeo. Novelista y poeta, su literatura es eminentemente surrealista, en cuya corriente se integró. Aun cuando su debut literario fue recibido con entusiasmo, entre otros, por Eugène Ionesco, no fue lo suficientemente valorado hasta hace poco, con ocasión de su traducción al alemán. Primero, su condición de judío lo condenaba casi al ostracismo en una época trágica; segundo, durante los años del poder comunista, el surrealismo era duramente combatido por el sistema. Es un escritor “maldito” dentro de la literatura rumana. La guarida iluminada fue una obra póstuma pues se publicó en 1971 y lleva como subtítulo ‘Diario de sanatorio’. En ella, Blecher vuelve a la narración en primera persona. Es un viaje al interior de su propio cuerpo.