Cuando yo era un muchacho, prácticamente nadie normal y educado creía que un fantasma pudiera ser otra cosa que un fantasma de sábana y cadenas; es decir, algo en lo que nadie creía salvo el tonto del pueblo. Cuando era joven, prácticamente todas las personas con un gran círculo de amigos tenían uno o dos aficionados a lo que podría llamarse médiums y tonterías así. Cuando era un hombre de mediana edad, grandes científicos de primera fila como Sir William Crookes[1] y Sir Oliver Lodge[2] afirmaban haber estudiado los espíritus como podían haber estudiado las arañas y haber descubierto el ectoplasma igual que se había descubierto el protoplasma. Actualmente, el espiritismo se ha convertido en un movimiento religioso considerable gracias a la actividad del difunto sir Arthur Conan Doyle, que tenía menos de científico que de periodista.
[1] Sir William Crookes (1832-1919), eminente físico y químico, famoso por su descubrimiento del talio y por sus estudios sobre los rayos catódicos. Se convirtió en uno de los principales investigadores de fenómenos psíquicos a finales del siglo XIX y principios del XX
[2] Sir Oliver Joseph Lodge (1851-1940) , físico famoso por perfeccionar el detector de ondas hertzianas (cohesor). En 1910 empezó a investigar muy seriamente sobre fenómenos psíquicos, defendiendo la posibilidad de comunicación entre los muertos.
Para mi gusto este texto pudiera hablar no tanto de que los científicos de antaño fueran menos rigurosos como de que los asuntos que trataban y sus materiales eran tan misteriosos y etéreos como los ectoplasmas. Y también me llama la atención que estos dos físicos se dedicaran a estos asuntos a principios del siglo XX, cuando la Física, vista desde un estudiante a finales del mismo siglo parecía ser un campo apasionante.