El corazón es como un castillo medieval con mucha historia, hoy pura voz de amor sin más discurso, vuelta mañana a las palabras graves. ¡Que por siempre sean los amores felices! Prolongada hasta el fastidio, aquí se ofrece una muestra de que en el mundo no hay fuelle para tanto suspiro: Primer amor, segundo amor, amor con alcahueta, quinta clase de locura, fingirse cortésmente enamorado, paloma que no hay gavilán, loco y buen amor, entretenido con la pesca si es rechazado, mareado en mil viajes bizantinos, cárcel de amor, más allá de la muerte, pastoril y fronterizo, sonata de otoño… No es fácil orientarse con palabras de Amor, luz al Este y al Oeste de los hombres. Así anda el enamorado, peregrino por los aires, colgado cabeza abajo de una curva praxiteliana: Infirmum o enfermo de vocales abiertas. Ya va razonando la mano de Dios qué puro es morir de amor, y cómo lo puro es más bien simple.