Hoy 25, de junio de 2014, El Gallinero cumple un añito. Quiero homenajear este aniversario con una entrada escrita ‘avant la lettre’, años antes de que se creara El Gallinero, y que había quedado flotando en el limbo del noblog apropiado. Es la siguiente:
Hoy vamos a explicar, con un ejemplo práctico, cómo extractar con eficacia palabras de una crítica para convertir una crítica mala en una muy buena. Pero hagámoslo a la inversa. Éstas son las frases extraídas de una crítica que se pueden usar como eslóganes publicitarios en flyers, anuncios en prensa, etc.:
«Texto de un autor nacido para los escenarios.»
«De los actores se podría decir que se trata
de descubrimientos de la escena española.»
«El decorado es uno de los mejores
que se han visto en escena en mucho tiempo.»
«Verdaderamente merece la pena.»
¿Y quién no iría a ver un espectáculo con esas críticas? Imaginemos por ejemplo un formato gráfico similar al siguiente:
Faltaría tras cada frase el nombre del medio en que ha aparecido, claro… Pero en nuestro caso concreto analicemos el origen de estos extractos. A continuación muestro las mismas frases y, entre algunas palabras, unos paréntesis que indican una ausencia:
«(…) texto (…) de un autor (…) nacido (…) para (…) los escenarios.»
«De (…) los (…) actores (…) se podría (…) decir
que (…) se trata de (…) descubrimientos (…) de (…) la escena española.»
«El (…) decorado (…) es uno de los (…) mejores (…)
que (…) se han visto (…) en escena (…) en (…) mucho tiempo.»
«Verdaderamente (…) merece (…) la pena.»
Y por fin muestro la crítica de la que las frases han sido extraídas. (Debo decir que la crítica no se refiere a ningún espectáculo en concreto, y ha sido creada para ilustrar el método que aprendemos hoy; no pretendo con ella herir la sensibilidad de ningún profesional del teatro.) Para facilitar el estudio y la posterior reflexión, he conservado en negrita las palabras extractadas:
«Mal montaje del texto infumable de un autor que no debería haber nacido, en este nuevo siglo convulso que no da más que mierdas para eternizarse sobre los escenarios. De entre los montones de actores que pueblan el panorama español, nos encontramos aquí con una muestra significativa de lo peor de la profesión; a pesar de que para contar algo con tan poco interés como lo que se cuenta, se podría haber ahorrado mucho dinero si se hubiera escrito un monólogo, se ha preferido optar por un elenco numeroso. Es necesario decir que ni si quiera se trata de los recientes descubrimientos de realities televisivos, no, son actores aún peores; con un reparto así se llega hasta el extremo de denigrar la escena española.
El diseñador del decorado, que casualmente es uno de los actores, se ha limitado a colocar unas persianas que suben mal y bajan peor, y al hacerlo chillan como marranos; mejores épocas que estas se han visto para las puestas en escena. Pero eso sí, en algo no hemos cambiado: por mucho tiempo que pase seguiremos yendo al teatro a aplaudir como lelos.
Verdaderamente alguien tendría que apalear a esta panda de actorzuelos que no son ni siquiera capaces de pronunciar su idioma natal con corrección, Pero el que merece ser fusilado sin piedad es el director y dramaturgo; la pena es que no se encontrara en la sala el día del estreno, pues no hubiera escapado ileso.»
(Vuelvo a repetir que esta crítica ha sido escrita con una misión meramente ilustrativa y educativa, y no pretende herir la sensibilidad de ningún profesional del sector.*)
Como ya supondréis llegados a este punto, esta práctica del extracto es bastante habitual en el márketing teatral. Para evitar que el lector se canse al leer la crítica completa, y por problemas de espacio en flyers y anuncios en prensa, se eligen las palabras más importantes, que son, en definitiva, las portadores de la esencia del espectáculo.
Esperamos que esta explicación haya sido lo suficientemente útil. Un saludo y hasta la próxima.
@nico_guau
*Ningún animal (teatral) ha sufrido daños durante la escritura de esta entrada.