Weiß/Colonia, 4.12.
2:00 am : En español, a la peli de Kathryn Bigelow sobre la caza y captura de Osama bin Laden le endosaron un título que evoca a san Juan de la Cruz, La noche más oscura. Es obvio que se le puede achacar unidimensionalidad en los presupuestos de partida, pero la calidad del producto está por encima de cualquier duda. Y en una de las escenas clave, la actuación de doña Jennifer Ehle ennoblece la pantalla dándole la réplica a una fenomenal Jessica Chastain. Peli de las que siempre hay que volver a ver, mal que le pese a la gauche divine.
En una información sobre el entierro de Fidel Castro leo que la caravana estuvo presidida por tres altos mandos militares, quienes «vestían uniforme de gala de color blanco y un brazalete negro en los brazos en señal de luto». Me encanta la precisión acerca del lugar donde portaban los brazaletes como posible alusión irónica al hecho de que los militares piensan con los pies.
Una llamada de Preto desde Lisboa, para pedirme permiso a fin de subir mi diario a su muro (creo que lo llaman así, como al de la vergüenza, en Berlín) de Scarfacebook. Preto es otro caso de rebautizo con mayor éxito que el que le organizaron sus padres. Del mismo modo que a la Nena, mi hermana Manuela, todos la llamamos Nena, y Chico a mi hijo Ricardo, a nuestro buen Preto sus amigos lo llamaremos por siempre Preto, que en portugués significa “negro”, siendo así que Preto es un portugués blanco nacido en Angola.
Viene Diny hasta mi cuarto para anunciarme alegre que los austríacos le han dado calabazas al candidato de la ultraderecha. «¡Era hora de que alguien empezase a remar contra la corriente!», comenta. Tan luego los austríacos, me digo.
Weiß/Colonia, 5.12.
La taruguita ha subido a su cuenta Twitter un artículo de Javier Marías por el que me entero de que lleva 30 años hablando de la infantilización de los habitantes del universo mundo. Le saco 20 de ventaja, con mi cuento “Una historia del año 3.492”, publicado en el Odiel, de Huelva, en algún momento del otoño de 1967; en El Espectador, de Bogotá, el 26.7.70; y recogido además en La generación del 39, que me editó Odón en Nueva York allá por 1972. Y en realidad, quién sabe cuántos me habrán precedido en el descubrimiento del Plan de Infantilización Masiva… «Nihil novum sub sole», como dijo alguien alguna vez. Alguien que sabía latín, claro está.
Después de la siesta me planto a escribir la columna de esta semana para El Espectador. El tema, cómo no, el Nobel de la Paz. Pero con un recuerdo emocionado para Carl von Ossietzky.
Populius lee mi diario, y lo lee con atención, como me lo demuestran las varias veces que me escribió comentándome algunas de sus entradas. Esta vez, además, lo noto preocupado por mis despilfarros. Me dice: ««contabilidad doméstica» y «asesor fiscal», términos claves en tu diario semanal. Si sos tan ordenado, si cada año hacés tu declaración de impuestos, lo único que a tu joven edad cambia son los números, digo yo: por qué no te ahorrás la guita que le pagás a tu asesor y metés los números vos mismo. Podés deducir lo que te cobra tu «asesor fiscal». Pero si te ponés a analizar, te vas a dar cuenta que son chauchitas lo que te devuelven los ladrones de Hacienda de la suma que te cobra tu «asesor». Mientras estaba en la vida laboral, iba a lo de mi asesor fiscal en Rodenkirchen. Un día descubrí (yo también fui ordenado) que lo único que hacía ese cabrón era incluir mis números en los cuadritos de los formularios. ¿Sabés la guita que me ahorré desde entonces? Comprate El gran Konz : 1.000 trucos fiscales completamente legales : Libro de autoayuda para el contribuyente, sólo cuesta 12,99 €. Un volumen rojo de 626 páginas. Pero a vos sólo te atañe la más mínima parte. Vale la pena echarle una ojeadita y a tu asesor lo mandás al carajo. Como dicen los porteños: no seas boludo y ahorrate el asesor. Además: el año que viene podés hacer la declaración de impuestos para el 2016 dos meses más tarde que hasta la fecha, si la declaración la hacés vos mismo. Pensátelo bien». No sé, la verdá es que no sé qué contestarle. Porque seguramente tiene razón, pero, a) debería estudiar algo de lo que dice el libro, y no estoy por la labor; b) no cursé cinco años de Derecho para recién ponerme a empollar textos jurídicos a los 77 años; c) lo que me cobra mi asesor fiscal, aparte de que puedo deducirlo de mis ingresos, es ± lo que me pagan por una columna. Fazit [=Total]: prefiero gastarme el honorario de una columna en pagar a un profesional que me evita todos los problemas con Hacienda… problemas que no tardarían en presentarse si la declaración anual de ingresos la hiciera un amateur. Quiero decir un servidor.
Weiß/Colonia, 6.12.
0:10 am : A Walk Among the Tumbstones [Caminando entre las tumbas], con Liam Neesson, una peli que no conocía y que me ha encantado. Es un film noir duro y puro, en el que no faltan las referencias nominales a Sam Spade y Philip Marlowe.
Llamo a Carlitos y le pregunto: «¿A cuánto se cotizan hoy las acciones de La Modicana?» Pues se cotizan alto, parece ser, porque Carlitos promete pasar a buscarme a la 1 pm, como todos los martes (menos el pasado), lo hace, y somos recibidos clamorosamente en nuestro Stammlokal, en nuestra parroquia. Carlitos, recién resucitado, pide el menú completo, consistente en sopa de tupinambo y apio + espaguettis con ragú de ternera, mientras yo me regalo con unos espaguetis à la liornesa (con salmonete y aceitunas verdes y negras, deshuesadas).
[No teniendo seguridad acerca del gentilicio de Liorna, busco en el diccionario de la RALE y allí no figura, pero sí en el Panhispánico de Dudas, donde además me encuentro con que la cita que documenta su uso está tomada de Ilona llega con la lluvia, la novela de Álvaro: «Livorno. Aunque la forma tradicional española del nombre de esta ciudad italiana es Liorna, hoy se emplea con preferencia la forma italiana Livorno: “Tuvimos que demorarnos un par de días en Livorno y, en Génova, esperar la llegada de un repuesto para el árbol de la hélice”»].
Weiß/Colonia, 7.12.
En el diario, esta mañana, el titular principal de la portada es LE BAJARON LOS HUMOS A MERKEL. Como le he ido cobrando bastante afecto a Mamá (Grass dixit!), me pregunto que quién le bajó los humos, para ir a prenderle fuego a su casa. La explicación está en el subtitulo: 11’ STANDING OVATIONS PERO SÓLO 89,5% EN SU ELECCIÓN COMO PRESIDENTA DE LA CDU [=Unión Demócrata–Cristiana]. ¡¿Sölo 89,5%?! ¡¡Pero bueno, estos colegas míos son unos cretinos!! ¿Qué esperaban, la unanimidad absoluta de un Ceaucescu, los 99,9% del noble pueblo español en las “elecciones” que permitía y hasta graciosamente concedía el inferiocre? ¡La progenitora que los dio a luz!, para no decir algo más rotundo y que pondría en entredicho la virtud de dichas madres.
En la soñorrera de la siesta se me ocurre que si a Miguel Hernández lo hubieran fusilado un par de días después de empezar la guerra civil, y Lorca hubiese muerto en prisión en 1942, el que pasaría por gran poeta español del siglo XX sería Miguel, y a Federico lo conocerían los poetas de su propio idioma y los universitarios gringos especializados en folklore andalú.
Me encanta este trino que traduje del alemán, y que a mi deuda estherna le parece incluso genial:
@Wurfsternpingu (traducción: Ricardo Bada):
En mi tumba quiero este epitafio:
SIGO MUERTO, PERO GRACIAS POR VENIR A VER.
— Diego Aristizábal (@d_aristizabal) 7. Dezember 2016
Weiß/Colonia, 8.12.
Llegaron puntuales los técnicos que venían a instalar los detectores de humo en el 11a y el 11b y no puedo sino admirar su destreza y su sabia utilización del tiempo. En bastante menos de 10’ han dejado instalados los cinco detectores que precisa nuestro apartamento, y ni siquiera cayó un gramo de polvo en el suelo. Alabado sea el santísimo sacramento del altar.
Acabo de ver en el canal Arte un reportaje sobre la planta ylang–ylang, de cuya flor se extrae un aceite noble, muy noble, que enriquece los perfumes europeos, por ejemplo Chanel n.º 5. Según los expertos el mejor aceite de ylang–ylang es el que se destila de las plantaciones en las Islas Comoras. Lo que me resulta esotérico en toda esta serie dedicada a los aromas, de lunes a viernes, es que la tele, per se inodora (amén de muchas veces incolora e insípida), no resulta un medio muy apropiado para hablar de olores de ninguna especie.
Pasan en la tele Nanny McPhee [La nana mágica], pero como es en un canal comercial prefiero verla en la compu y la copia que es asequible, completa, está en español doblada en México, lo que me divierte mucho. Pero no me parece que esté bien resuelto el final, que en inglés se basa en el juego de palabras entre to behave [=(saber cómo) comportarse] y beehive [=colmena]. Lo mejor hubiera sido que la nana le dijese a Simon, el mayor de los chicos Brown: «Tienen que avisparse», y él, que es el más listo de los siete, sumaría 2+2 y organizaría el avispero con sus hermanos. Objección a): Quizás en México no se emplea esa acepción del verbo. Objección b): No sé si puede considerarse colmena un avispero. Un tema para trujamanes, pues.
Weiß/Colonia, 9.12.
En el diario, y con motivo del 5.º centenario de las 95 tesis de Lutero (que será el 31.10.2017, pero la Iglesia protestante festejará durante todo un año), están publicando breves columnas de exégesis a las palabras del gran reformador. Algunas de ellas son caudal expresivo del idioma y se citan sin que a veces, casi todas, quienes las usan sepan de dónde provienen (¡con decir que las citan hasta católicos!) Por ejemplo: «Para evitar un gran mal hay que aceptar el pequeño»; «La mayor necedad es no decir nada con muchas palabras»; «Una mujer es la mejor compañía para la vida»… La cita de hoy en el diario no es de recibo, pero la traduzco igual: «Si bautizo a un judío, lo llevaré al puente sobre el Elba, le ataré una piedra al cuello, y lo tiraré al río y diré: “Te bautizo en el nombre de Abraham”». ¡Toma del frasco, Carrasco!
La contabilidad de El Espectador requiere de sus colaboradores que le envíen la factura por sus columnas y trabajos antes del 16 de este mes. Le escribo a M.ª Isabel Barbosa, mi interlocutora para estos trámites: «En cuanto a mis colaboraciones durante el presente mes de diciembre, y puesto que la contabilidad no admite facturas por colaboraciones de este año que lleguen datadas en el 2017, le propongo hacer lo mismo que el año pasado: yo le envío hasta el día 16 la factura incluyendo en ella mi columna del día 23, junto con una copia de su texto como comprobante». Ella me contesta: «Don Ricardo, es suficiente con que relacione las fechas de las colaboraciones, sabemos de sobra que sumercé sin falta las enviará». Y yo a mi vez, algo emocionado (lo confieso), le respondo: «Gracias, M.ª Isabel, usted me honra con su confianza. Este email suyo lo considero una de las más lindas Cartas de Lector que haya recibido en toda mi vida profesional». Es la pura verdad, palabrita del Gamín Jesús.
Hoy cumple 100 años Kirk Douglas, uno de los héroes de mi juventud, sobre todo por un papel que le iba a las mil maravillas, el de Espartaco. Hay una excelente descripción, hecha por un guionista alemán de cine, acerca del icono KD: «Aparece en la pantalla como un rectángulo con piernas. El rombo con el cráter en el mentón es de carne y sangre, late y vibra, se amolda a los rostros de guerreros y rebeldes, de malvados y bellos, rostros que mantienen joven al cine. Joven como Kirk Douglas». En homenaje a este centenario en vida, veré por enésima vez las dos pelis suyas que pasan hoy, Gunfight at the OK Corral (con su gran amigo Burt Lancaster, otro rectángulo con piernas aunque sin cráter en el rombo) y Man Without a Star, dos clásicos que añadir a la que vi ayer, Last Train from Gun Hill. Pero qué pena que casi nada más hayan programado westerns suyos para este centenario, me encantaría haberle vuelto a ver en El zoo de cristal, en Brigada 21, y como Ulises, como Van Gogh, como discípulo del diablo…
Weiß/Colonia, 10.12.
Mi tocayo asturiano, Juan Carlos, me escribe «Leo tu diario y en él tu admiración por Paco Toronjo. Hace muchos años lo vi y oí cantar en una «garbansá», en Paterna del Campo. Hoy además hablé por tfno con un amigo de allí, con el que asistí a aquel concierto flamenco. Me cuenta que pesa 109 kg y, por un problema en un pie, fue a una médico; ésta no hizo más que abroncarle por su peso excesivo. Me comenta que aguantó estoico el rapapolvos, hasta que se cansó y le preguntó a la médico cuánto había tenido que estudiar para su carrera, porque él no había estudiado nada y sabía perfectamente que tenía que perder peso. Sabiduría popular». Le contesto: «Linda la reacción de tu amigo frente a la matasanos. En cuanto a Paco Toronjo, me apena tener el escaneador en huelga porque forma parte de un aparato complejísimo que me regalaron mis hijos para mi cumpleaños y que es, ademàs de escaneador, fotocopiadora, fax y no sé cuántas funciones más (sospecho que hasta incluye un microondas), pero está concebido con los pies, pues cuando se le acaba la tinta a la fotocopiadora se declaran en huelga el resto de las funciones. Y te lo digo, lamentándolo en relación con Paco Toronjo, porque una de mis fotos más queridas es aquella en que me tiene puesta la mano en el hombro mientras cantaba un fandango. Apenas mi escaneador funcione, te la copio y te la mando. Paco era muy grande. Un colega suyo dijo, dando en el clavo, que es el único grande entre los cantaores que llegó a serlo cantando un solo palo, el fandango de Huelva. No es cierto, pero casi. El casi se refiere a que también cantó seguidillas, eso que la gente suele llamar sevillanas (que sólo son las seguidillas de Sevilla). Entre otras mis preferidas, las bíblicas, donde con su fonética alosnera convirtió a Betsabé en «la Isabé», «la carta de Urías» en «la carta de Hungría», un «según yo infiero» en un «seguro y fiero», y a Dalila en «la Lila», puedes comprobarlo oyéndolo. (No he resistido la tentación de volver a ver esta obra maestra. Aún sabiendo, como sabía, que tengo la lágrima fácil cuando se trata de mi Troglodia del alma)». Ay.
Se me ha ocurrido un tuit para regalárselo a alguna de mis cuentas nodrizas el 28 de este mes: «Trump desmiente que, siguiendo el ejemplo de Calígula, piense nombrar ministro al elefante mascota del Partido Republicano».
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